LO KE ERIZA NOS / un rush por El entrevero *
El entrevero (Cuarto Propio, Santiago, Plural Ediciones, La Paz), de Andrés Ajens.
Por Roger Santiváñez
Mi Patria es la irrealidad
-Kozer-
CUANDO visité Santiago de Chile en 2006 conocí a Andrés Ajens y deambulando por las cercanías de su casa –en busca de una suculenta cazuela junto a Martha Oatis– nos encontramos con un poeta mapuche amigo suyo que empezó a silbar y a cantar como yo jamás había escuchado expresar poesía. Allí estuvo (y está) para mí la clave de un libro como El Entrevero. En la música de cámara –vía Joyce– disperdigada en las más diversas asociaciones mentales y conceptuales, confundidas bajo la noche serrana de nuestra América. Confusa, es decir con fusa, raramente musical es la magia blanca (y negra) del discurso ajeno, o sea de Ajens. Porque Andrés que es lo mismo que Andés o Andes se va por las ramas de su propio árbol genealógico para encontrarse con Jaime Sáenz, el verdadero danzak de la nueva poesía en el castellano del sur americano. Lo más Sur, como diría Lucho Hernández en su Lima de Jesús María.
HAZ LLOVER, así le dijo un shamán aymara a Huidobro y éste prendió un troncho de una sola mirada. He allí la entraña del Creacionismo, del cual Andrés Ajens sucumbe en la punta de su cumbre. Pero heroicamente, prácticamente resucita en otras lecturas y transformaciones. Una obra como El entrevero es un desafío al cánon, un insulto a los patriarcas de la literatura. Y eso da gusto, reconforta como un buen averno supurado de puses deliciosas. Desde El Pez de Oro, del genio de Orkopata, probablemente no se hubiere escrito un libro tan Churata como éste, cuyas páginas hierven de sangre India y tonsurada. Concolorcorvo en Ocean City, aquella tarde que me lo llevé al malecón bajo el brazo. Y pude decir como Ajens: We-Inca. O la mixtura. Habla entre dos lenguas. Entre patas. Quino & Campero en la Avenida Manco Capac de Lima bebiendo cerveza conmigo a fines de los 70s para nunca más dejarse ver hasta ahorita en El entrevero. Por eso este libro está compuesto en subjuntivo. Pero da cimiento. Y nos cura y nos enferma: Pharmakon derridiano. Estrella solitaria que se pierde en el confín de los vértices geograficos. Geo-Graphía. Nina Pacha Sonko Inti Atawallpaman. Yes, I know. Con la Kulta cultura que me da la palabra: No exagero si digo que con este enrevesado y sin embargo transparente opus, Andrés Ajens rompe en dos la idea de lo que es literatura en en el ámbito de nuestra procedencia. ¿Qué se llama pues? La trama del trauma, diremos junto al poeta. Porque El entrevero sólo es posible en la mente & el corazón de un gran poeta.
Princeton University
16 de setiembre, 2008
* Texto leído en la presentación de El entrevero en Lima, organizada por Paul Guillén, en el Centro Cultural Teatro de Cámara, el 19 del 9 a las 19 hrs.