al borde de
… Lo mismo nos ha perdido,
Lo mismo nos ha olvidado,
Lo mismo nos ha — …
Paul Celan
de tus ojos nacen espinas, flores diversas,
gravitas errante y me miras
mi sangre, que se rige por las tardes, carga viento
sostiene la fuerza de tu respiración
entonces se esparce el fuego
crece una sensación furiosa de noche
y el campo que me dejas es un camino de sal, blanco, sin rostro.
y te necesito.
necesito esas huellas habitando el pasado
el riesgo del cristal en mi pecho cuando dices mi nombre,
necesito de ti,
de los jardines de rosas por la noche.
eso y una columna para mis brazos agotados.
mi recuerdo está lleno de ojos, de olor y frío
y no importa,
porque pronuncias piedras preciosas talladas con tu ausencia,
oscuridad con tus ojos abiertos y finitos,
y yo quisiera detener tu corazón, desatarle los signos que lo convierten en red
ahogarlo de sombra, acariciar sus párpados dormidos.
buscar el océano que dejaste en mí.
medianoche
colina de viento y sorpresa
perfume de mañana,
contigo mis huellas se convierten en nítido enero y calma.
en pestañas con dolor, sumiso silencio, dolor nuevamente,
entonces palpita la calle y el techo es luz fría.
la habitación crece:
extendemos la ventana, unas cuantas palabras confían
inesperadamente en ti,
en un templo que golpea mi desvelo
hemos despertado y bebemos estrellas,
la razón de su luz tendida sobre el mar.
tú eres lo imprevisto,
la feroz ceniza convencida
el fondo de las ramas,
mi forma antigua de temblar frente a una respiración.
lágrima en la arena
En el pecho
Una voz extraña ha despertado
Y una canción canta en mí
una nostalgia que no es mía.
Lucian Blaga
he decidido, como todos los días, alimentar el espacio que dejaste. pintar las hojas de los árboles cuando cae el otoño. despertar con caricias y fruta el recuerdo de tu piel por la mañana. camino con miel en los ojos, con el color de la playa cuando es de tarde, explico a mis brazos que la fuerza es una forma de amar al cielo, que las estrellas son el aterrizaje para escapar de ti. y vuelvo.
resignada, sin tiempo, vuelvo al borde de la cama, directamente a tus ojos, regreso con la frente baja y los ojos de principio y final. entonces pienso en la gravedad de la lluvia, en la vida cíclica de un beso. por ti visto mis manos de soledad y esperanza, por ti mi cuerpo es el color rojo, por ti mi vida se escapa y descansa. he decidido, hoy, como todos los días, alimentar tu lenguaje de vacío, y dejarlo secar al sol.
garúa nacida el 27 de enero
te nombro tristeza,
noche, gotera, luz de asfalto sola.
púas en mi corazón golpeadas por el viento.
y tú, garúas cuando te nombro finito
cuando sonríes a pesar de los rostros de la porcelana fría
a pesar de las piedras preciosas sujetas a tu pecho
sujetas a tus huesos, a tu piel de sonrisa.
te nombro,
y el aire descalzo acaricia tu cuerpo de recuerdo
anillo, tejido, conjunto de colores sobre la mesa esperando colarse en tu muñeca.
mientras el sol nos habla del mar, de las islas que lo consumen
y pintamos nuestras manos atadas
con todo el humo de tu cuerpo,
con el vacío del mío,
mientras la luz de un lago rodeado de montañas
consume el reflejo de tu batalla
del peso que deforma una boca abierta que despega.
* * *