Marea Baja
Segundos antes de arrojarse desde el acantilado la clavadista
hace su meditación escrita. Sobre todo se arroja y en la caída
va tejiendo su propia respiración. Torrente de verbos
donde se intenta respirar dentro del agua.
O en la placenta materna o en la placenta de la tierra
o en la salida de la nave, respira atada a un cordón
poético.
Cae sin paracaídas la Altazora hacia el monólogo
de Molly Coz.
“Clavado al océano
nado profunda
salgo a flote
respiro”.
Respira en primera persona odiamando su gavilán.
En un lugar de Venus escucha un disco con Kali.
Supernova naciendo en cada re lectura y en la marea baja
recorre la playa y sus signos.
Luego sube a escribir su electroencefalograma y la acompañan
en su afán los corazones de piedra.
Hoy leo estas palabras para acompañarla en su primer libro al mar.
Ayer leí la mitad de Marea Baja en la radio.
El estudio se llenó de agua mientras sonaba la Palmenia Pizarro
y su cariño malo.