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LA POESIA DE ARISTOTELES ESPAÑA
Por Walter Garib
www.waltergarib.cl
Hace algunos años, apareció un artículo de opinión
en un matutino, donde cierto crítico literario dudaba de la
existencia de Aristóteles España. En aquella época
todo se ponía en duda. Dijo que podría ser un seudónimo,
una invención, acaso un juego de palabras. Nosotros ahora,
a modo de seguir con la travesura, podríamos agregar que a
lo mejor es un poeta de ilustre trayectoria, que se oculta
bajo este singular heterónimo, para hacer de las suyas. De
tal suerte, entrega cada cierto tiempo un poemario que no acepta clasificación,
escuela, encasillamiento, donde se burla y embiste contra todos, derribando
a empellones las barreras de la tradición.
Vamos a desilusionar a quienes transitan por este camino de suposiciones,
refiriendo parte de la historia de un personaje real. Aristóteles
España existe, y para demostrarlo, diremos que permaneció
confinado largos meses en la inhóspita isla Dawson durante
la dictadura militar, junto a ilustres dirigentes políticos.
Él por entonces, un muchacho de diecisiete años, compartía
el infortunio de sus mayores, quienes se preguntaban si era un náufrago
o el personaje de un cuento alacalufe. De este hecho surrealista,
sospechamos, surge su quehacer poético, que permanecía
en su espíritu, esperando manifestarse.
Ha escrito entre otros libros, los poemarios "Guitarra de mis
sueños", "Incendio en el silencio", "Dawson",
"Equilibrio e incomunicaciones", "Materia de eliminación",
premio Gabriela Mistral, Premio Especial Rubén Darío-Nicaragua,
y Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile.
Su reciente libro, "La entera Noche llena" -no su último
libro porque seguirá escribiendo mientras continué llamándose
Aristóteles o Tote, como le dicen sus amigos- sorprende desde
la primera línea. Y no es un decir al pasar. Desde el erotismo,
a los sueños, a la música, al dolor de verse atrapado
en un mundo de flagrantes injusticias, su recorrido al galope es variado,
provocador. Donde el jugo sexual se parece a una Biblia, donde es
el tiempo de hojas que se pudren en casa, donde las mujeres relinchan,
donde lo senos son barrotes, aunque después, unos se doblegan
y otros se doblan vencidos por el amor.
Escribir sobre la poesía de Aristóteles es tarea compleja.
Se debe usar con cautela el lenguaje, puesto que él lo sabe
manejar con espontaneidad, fuerza, alejado de los dictados de la gramática,
virgen a quien hay que violar día a día. Alfanje en
mano derriba, no los molinos de don Quijote, si no las cabezas del
beaterío que se persigna despavorido al leer a un poeta acostumbrado
a expresar lo que siente, cree, sueña, a riesgo de ser acusado
de decir blasfemias de todos los calibres.
También hay en su poemario, humor negro tan propio de Quevedo,
de Massís, de Parra y de Rabelais cuando el cura dice: "baritoneaba
con el culo". Es bien visto que España tenga padres literarios
reconocidos, identificables, porque todos los tenemos. "La entera
noche llena" nos sumerge en la vida cotidiana, que pareciera
no serlo en un juego donde la realidad, la muerte, la ficción,
las contrariedades se dan maña, con el propósito de
mostrar lo que poquísimos poetas son capaces de ofrecer: visiones
destempladas, imágenes rejuvenecidas dentro del lenguaje que
nunca se agota.
Queremos rescatar estos versos, que vemos como un llamado de alerta,
en un país donde la democracia aún no madura: "Es
el tiempo de los espejos que caminan,/ de los señores feudales
y los perros feudales/ el tiempo de la miseria individualista…"
"Dame papel, quiero papel madre, que tu hijo aún tiene
odio…"
De preguntar alguien si la poesía tiene alguna utilidad, razón
de ser, diremos que contribuye a superar los infortunios, las arbitrariedades,
soportar las dolencias del alma y si se quiere, combatir la fiebre,
la calvicie -como dijo no recuerdo quién- y las penurias de
amor.
Poeta Aristóteles España; de existir hoy la Santa Inquisición,
hace tiempo que a usted por hereje, lo hubiesen quemado vivo junto
con sus libros.
WALTER GARIB (Requínoa,
1933), es uno de los más importantes novelistas chilenos. Estudió
en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Católica y
Derecho en la Universidad de Chile durante tres años. Autor
de la "Cuerda tensa" (1963); "Travesuras de un pequeño
tirano" (1986), ha publicado alrededor de quince novelas. En
1972 obtuvo el Premio "Nicomedes Guzmán", de la Sociedad
de Escritores de Chile y otros galardones nacionales e internacionales.
Durante tres períodos se desempeñó como Director
de la Sociedad de Escritores de Chile.