“NO HAY
GURUES NI MAESTRIAS EN POESIA”: ANDRES AJENS
Por Juan Carlos Ramiro Quiroga (*)
1.- El amor a Chile se refleja de diferentes formas: una de ellas,
la menos habitual, es la amistad con el poeta santiaguino Andrés
Ajens. Una amistad que fue creciendo igual que la semilla de mostaza
desde los primeros años de la década de los 90 del anterior
milenio. El pequeñito como solemos llamarlo
desde que Rodolfo Ortiz, director de La Mariposa Mundial,
lo conoció, es tan listo que no cabe en Santiago y se vino
a transitar no sólo algunas ciudades y pueblos de Bolivia,
sino a beber con algunos espíritus literarios sendas copas
de vino y de singani. En ese entrevero, entre 1993 y 1994, tropezamos
en un snak de la avenida Arce para no separarnos más en los
caminos de la vida. Me parece que la obra de Ajens es una “agujero
negro” como la que tuvieron en su tiempo Emir Rodríguez
Monegal y Mario Vargas Llosa con “Paradiso” del gordo habanero.
Recuerdo que la mayoría de los escritores latinoamericanos
de esa época, hablaron pestes de la ópera prima de Lezama.
Igual que a este cubano asmático, Ajens en este momento es
el menos conocido en capital chilena. Aunque nadie lo toma en serio,
menos a su literatura, este poeta ha originado un movimiento poético
(traslado de poetas) que se origina en Santiago y se expande hacia
La Paz, Córdoba, Cochabamba y el viejo mundo. Es más,
sus contactos literarios son casi infinitos con las pléyades
jóvenes de Francia y de Inglaterra, con ciertos íconos
de la poesía del Brasil como el que murió hace meses
atrás: Haroldo de Campos. Lo conocía personalmente,
se imaginan. Inclusive Ajens ha publicado sus libros de poemas en
francés, en inglés, en español y, cuando no,
en la lengua de Adán, el aimará. Sus amigos son perdurables
en Bolivia. El autor de esta entrevista se considera unos de esos
piojos favoritos.
2.- Poeta, ensayista y traductor, Andrés Ajens nació
entre Concepción y Santiago en 1961. Ha publicado “Conmemoración
de inciertas fechas y otro poema” (1992), “La última
carta de Rimbaud” (1995) y “MAS INTIMAS MISTURA” (1998).
En traducción, del portugués: “Poemas inconjuntos
y otros poemas”, de Alberto Caeiro / Fernando Pessoa (1996). Un
conjunto de sus ensayos sobre cultura latinoamericana aparecieron
bajo el título “Lecturas meridianas” en 1998. Poemas
suyos han sido traducidos al inglés y al francés y publicados
en revistas de Francia y Canadá (Prétexte, Quaderno,
The Globe and Mail); la poeta canadiense Erin Mouré
publicó en Inglaterra un volumen con traducciones al inglés
de “MAS INTIMAS MISTURA” (Cambridge, 2001). Ha escrito una novela
“O Entrevero” que escapa a la definición clásica
de este género porque como Joyce o como Lezama no cree en las
clasificaciones. Algunos borradores circulan en Bolivia, Argentina,
Chile y Francia. Diplomado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias
Sociales de París. Es el primer escritor latinoamericano en
haber sido invitado a participar en la prestigiosa Cambridge Conference
of Contemporary Poetry (1999). Además, Ajens al parecer impulsa
Intemperie Ediciones (ver www.intemperie.cl)
con la que ha editado más de 14 libros y las revistas “Caballo
Verde para la Poesía” que dirige Pablo Neruda y la babélica
“Creación” que ha registrado el poeta Vicente Huidobro.
3.- Esta entrevista es la más personal que ha realizado Juan
Carlos Ramiro Quiroga, porque revela situaciones inéditas aún
no conocidas por los literatos santiaguinos, como aquella revelación
de que el primer texto “serio” de Ajens fue escrito en la lengua francesa
y no en el castellano que compartimos. Y que sus preceptores tanto
Humberto Díaz Casanueva, como Germán Bravo y Juan Luis
Martínez fallecieron o se suicidaron a los días de leer
los libros iniciales de poesía de Ajens.
-¿Qué libro o poema o poeta te deslumbró
por primera vez e intuiste que tu destino era el de escribir poemas?
- En mi infancia la más tierna me inquietaron singularmente
Altazor (Huidobro) y L'Étranger (Camus): dos hilachas, dispares
por demás, de la modernidad periférica - sudamericana
y norafricana para el caso. No estoy tan seguro, con todo, que escribir
poemas sea un destino. Un ¿desdestinar(se)? Tal vez.
-¿Cuándo empezaste a escribir en serio?
- Aún no lo hago, y creo que felizmente ya no lo tendré
que hacer (¡en serio!). La "seriedad" y la "broma",
la verdad y la mentira, la autenticidad y el artiluguio, hacen sistema
(algo de ello lo explicita La última carta de Rimbaud). La
poesía, un decir, ocurre entremedio (inter-viene), entre el
mimeo paródico y la identificación sin más, en
los entreveros de la suspensión referencial. En cualquier caso:
a los doce años, viviendo en Concepción (sur de Chile),
escribí mi primer texto 'serio' (en francés de cierto)
y a los catorce, ya en Santiago, gané un concurso escolar de
cuentos cuyo premio era un viaje a Uruguay.
-Cuando publicaste tu primer libro de poesía, quien fue
la primera persona que compró y leyó tus trabajo y hasta
te hizo llegar sus apreciaciones?
- Fue en noviembre de 1992 (Conmemoración de inciertas fechas
y otro poema) y la primera compra la hizo un/a anónimo/a de
la cincuentena de personas que asistió al (literal) lanzamiento
del libro desde un puente sobre el río Mapocho. Algunos meses
antes el poeta Humberto Díaz Casanueva me había alentado
a publicarlo, y algo tuvo que ver incluso en el título definitivo
del libro (se suponía que él lo presentaría,
pero falleció repentinamente a fines de octubre de ese año).
Ahora que lo pienso, ese apronte estuvo no poco necrocircunvolado:
la primera 'apreciación' escrita que alguien me hizo llegar
la hizo Germán Bravo, un gran amigo de parrandas y de lecturas
en París; su reseña, que inicialmente me pareció
insoportablemente deconstructiva, apareció bastante después
en El espíritu del Valle, revista dirigida por Gonzalo
Millán, pues entretanto Germán había optado sin
estruendo ni pudor por el suicidio. Para más remate, Juan Luis
Martínez, a quien le había hecho llegar el libro a comienzos
de 1993, falleció también algunas semanas después.
-Al parecer para tí no existen las fronteras formales y
has estado de "saltinbamqui" del verso al ensayo y del ensayo
a la narrativa. ¿Esa suerte de descreimiento de las formas
literarias es una suerte de cercanía al caos original donde
las palabras son lo que son el habla coloquial?
- Fronteras 'formales' como tú dices hay; es la evidencia misma
de las convenciones y de la institucionalidad literaria. Yo diría:
lo que ocurre (cuando ocurre: un poema) ocurre cuando la escritura
abre huecos/lapsos donde la ley (del género, de la literatura,
del arte) aún no se instala. No se trataría tanto entonces
de transgredir la ley, dado que la trangresión la confirma,
como de adelantarse a donde ésta aún no ha normado.
Y sí, hay quienes llaman a ese hueco pre-legal precisamente
"caos" (pero un caos él mismo "cacaótico",
como decía Huidobro, ante de la bipartición entre orden
y caos).
-¿Tu admiración por Juan Luis Martinez fue decisiva
tanto en tu poesía como en tu narrativa? ¿Cuenta si
lo conociste en persona o sólo fue a través de sus obra?
- Admiración, diría, deslumbrantemente problemática.
Problema en versión 'nativa' del 'problema Mallarmé'
para una escritura datada, temporánea. Pues, para decirlo brevemente,
Martínez, quien en esto no hace sino consumar la tradición
de las vanguardias latinoamericanas abierta por Huidobro, no cuestiona
la tradición del Arte como tal (esta discusión, que
requeriría un largo etcétera que no es posible puntear
aquí, se encuentra radicalmente entreabierta con respecto a
Mallarmé, el abuelo de Martínez, en El Meridiano de
Paul Celan). En lo personal, sólo vine a conocer a J. L. Martínez
en su funeral, en marzo de 1993. Con todo, Marcelo Novoa, escritor
cercano entonces a Martínez, contó más tarde,
en la presentación de La última carta de Rimbaud (1996),
que a Martínez le había gustado el libro (creo que esa
fue la expresión que usó) y que había lanzado
incluso algunas hipótesis de lectura sobre el sentido del mismo
(el 'juego'), aunque quedara convencido que tras el nombre de Ajens
se escondía el poeta Carlos Cociña, quien aparece en
los créditos del libro como editor.
-Para ti personalmente ¿qué significa "La Nueva
Novela"?
- Una brillante translucinación del Libro de Mallarmé
(La NN, por demás, lo dice - casi - tal cual).
-¿En qué queda Rimbaud en una parte fundamental
de tu formación literaria?
- Rimbaud sigue siendo (una posibilidad privilegiada para aquilatar)
las vanguardias avant la lettre y, de paso, buena parte de lo que
se da en llamar 'poesía latinoamericana'. Neruda, por caso,
al único escritor que saluda en su discurso de Estocolmo es
al pendejo de Charleville.
-¿Paul Celan es otro "gurú" en tu trabajo
o en tus poéticas diarias?
- No hay gurúes ni maestrías en poesía, caro
Juan Carlos (cf., entre otros, el poema Keine Sandkunst mehr del propio
Celan). A diferencia de lo que ocurre en el terreno del arte y de
las técnicas literarias, en poesía no hay receta ni
ejemplo que valga (el arte, dice el mismo Celan en el El Meridiano,
sería el camino que la poesía ha de recorrer, que ha
de dejar tras de sí). La importancia de Celan está pues
en que elabora la interrupción de la identificación
entre arte (o literatura) y poesía, y, de paso, circunscribe
el legado no sólo de Mallarmé sino del conjunto del
arte literario (occidental). No habría, en todo caso, un "corte,
cambio y fuera", no habría "superación"
del arte por la poesía, empero, sino, si hay, un desprendimiento
cada vez, datado. Esto último, inopinadamente, abre campo entre
nos a lecturas e intertextualidades no forzosamente apropiativas de
las escrituras amerindias... Nunca estará de más recordar
que tanto Shakespeare, en La tempestad, como Calderón de la
Barca, en La aurora en Copacabana, interpretan la Conquista (americana)
como triunfo del Arte (occidental).
-¿Quién es Dios para Andrés Ajens?
- Un pasaje de un poema de Más íntimas mistura, titulado
'ay dios como ay comodín' dice:
ay diosa también y es odiosa
como odioso es dios
No he, por ahora, estimado J. C., nada más que agregar sobre
el energumenodioso Sujeto.
-Para terminar ¿podría definir qué significa
el término ángel?
- El término "ángel" envía precisamente
al enviado, al mensajero (griego anggelos), al artefacto semántico,
y por demás asexual. Cuando tal ángel "se cae"
o deja de funcionar, un poema habrá podido comenzar. En Las
alas del deseo (alias 'Los ángeles sobre Berlín'), Wim
Wenders subraya otra consiguiente característica angélica:
su inmortal atemporalidad, pues, tal platónica Idea, yace en
la eternidad. Pero he ahí que Damiel (Bruno Ganz, no por nada
convocado en cierto pasaje de Conmemoración de inciertas fechas…)
se resuelve a entrar en el flujo del tiempo, y cuando ello acontece
el ex-ángel, o más bien el desángel, habrá
podido decir: "Ocurrió algo, que sigue ocurriendo - y
que me vincula" (toma 7039).
(*) Esta entrevista
será publicada por la revista literaria “La Mariposa Mundial”
en el número 13 que saldrá en la ciudad de La Paz, Bolivia.