Los Libros
Por Alejandro Lavquén
Naturaleza muerta (Ediciones del Temple). Guido Arroyo, poeta valdiviano, enfrenta (y desnuda), a través de estos poemas, las vicisitudes de la vida contemporánea, tanto del mundo global como local, cercado por un sistema político-social “moderno” que oprime a los seres humanos, pues a pesar de las apariencias de prosperidad, todo es irreal, tal vez un engaño permanente: “El hombre ha muerto, pero la sombra sigue intacta/ nada resuelve nada, ni el río ni el trazo ni la estupidez de exhibir/ mi cabeza en la plaza pública para cambiar el agua/ El reflejo del hombre, en cambio, ya no cree en las sombras/ prefiere agregar otra desaparición al alfabeto/ : la palabra amor y la palabra patria nacen muertas/ (de mis sentidos sólo quedan cenizas)/ no se puede reinventar un paisaje con el brillo de los ocres”. Nos parece que este libro rompe el esquema monótono –en cuanto a lenguaje y estilo- de lo que han venido publicando la mayoría de los poetas, de la misma generación de Arroyo, en los últimos años.
Kümedungun / Kümewirir (LOM Ediciones). Antología poética de mujeres mapuche (siglos XX – XXI), cuya edición estuvo a cargo de Maribel Mora Curriao y Fernanda Moraga García. Las versiones en mapudungun pertenecen a Jacqueline Caniguán. El volumen incluye a cerca de treinta poetas de distintas generaciones. En la presentación se expresa que: “Tres estudios críticos y un prólogo incluidos en el libro dan cuenta de las particularidades sobre las que se afincan y desarrollan tales poética y las condiciones históricas, sociales y políticas en que se producen y son decepcionadas”. Como muestra de esta antología entregamos estos versos de Jeannette Hueitra: “El viento escribe/ una oración de humo/ en el caño de una choza./ Se eleva al cielo/ para pedir pan para los hombres./ Pero/ la plegaria del humo/ no es suficiente/ para quemar el periódico con el horóscopo/ que está leyendo Dios”.
Tara (MAGO Editores). Domingo Díaz nos entrega un nuevo libro de poemas donde la temática es múltiple, pasa del amor a las vicisitudes sociales, y viceversa, de manera espontánea; con la seguridad que da la experiencia de vivir, cada día, atento al devenir cotidiano: “El revisa las llamadas perdidas./ Ella, agarrada a su cartera se mira por el retrovisor/ Ojos que ven pero no distinguen/ La espalda curva/ El cuello rígido/ Otro día pasado/ El neumático pegado a la línea blanca espera/ Como palabra no dicha/ Un sueño que terminó”.
Peces en la tele (Ediciones del Temple). Primer libro de Katherine Alanis, joven poeta de la quinta región. El poemario se divide en tres partes: Los peces, Peccata mundi y Carta a los televidentes. Alanis reflexiona sobre el mundo de la televisión y el mundo real de los telespectadores, donde carencias, ilusiones y desencantos se encuentran en diferentes dimensiones, aunque generalmente priman los encuentros en planos paralelos, al modo de intereses que parecen comunes pero sólo son apariencia: “Un niño pobre/ está lejos de lo que usted/ y yo vemos en un televisor,/ sume las evidencias:/ la casa de cartón/ o los pies en el suelo,/ camas para cinco, son sólo la fotografía./ Ser niño pobre/ es un rasgo en el cuerpo,/ un continuo desarme/ frente a cualquier autoridad./ Pedirá permiso/ para aquello que está abierto”.
¿La muerte del libro? (LOM Ediciones). La muerte del libro -léase formato papel- es un tema que tomó vuelo con la llegada de Internet y los libros digitales. Roger Chartier, destacado historiador francés abordó el tema con ocasión de ser nombrado doctor honoris causa de la Universidad de Chile en una conferencia titulada “¿La muerte del libro?”. Dice Chartier en parte de su exposición, donde plantea su optimismo por la sobrevivencia del libro: “Pienso que tampoco va a morir el libro como objeto, porque ‘este cubo de papel con hojas’, como decía Borges, es todavía el objeto más adecuado para los hábitos y expectativas de los lectores que entablan un diálogo intenso y profundo con las obras que les hacen pensar, desear o soñar”.