LOS LIBROS
Por Alejandro Lavquén
Luna en Capricornio (Lolita Editores). Última publicación de la poeta María Inés Zaldívar. La temática del libro se relaciona con la Carta Astral de quien nace bajo la regencia de la luna en Capricornio –en este caso la autora- y determinados hechos que estigmatizaron su vida, donde asume diferentes voces de su entorno, en la mayoría de los textos con un aire de notoria melancolía y soledad: “Me entristece en las mañanas/ tras la ventana norte de la sala/ mirar la calle, la Alameda, su parque y más allá./ Por la tarde desvío al sur, hacia mi cuarto/ o hacia un poniente blanco, azul y carcajadas/ de muchachas y muchachos corriendo del liceo./ Luego la oscuridad de nuevo camina despacito/ justo antes de la sopa, el té y las noticias/ y otra vez hacia el poniente las afueras/ con sus faroles, coches y afanes de colores”. En cuanto al estilo, a nuestro entender, fluye de lecturas y vínculos con una poesía que se construye desde un lenguaje íntimo y lírico, que desemboca, finalmente, en lo coloquial.
Viajes inconclusos (Ediciones Tácitas). Noveno libro publicado por Hernán Miranda, poeta y periodista, ganador en 1976 del Premio Casa de las Américas. En estos viajes inconclusos, Miranda da cuenta de situaciones diversas y no siempre afines entre sí. Se trata de una especie de arqueo personal de recuerdos y homenajes. De hecho Homenajes es el titulo de la segunda parte de las tres en que se divide el libro. Las otras secciones son Artificios del Memoria y Asuntos Profanos, esta última la parte más extensa. Miranda entrega sus poemas en un lenguaje coloquial, casi narrativo en la mayoría los textos, incorporando construcciones de carácter -e intenciones- lúdicas o ingeniosas. Un ejemplo: “Perro seré pero perro respetuoso/ de todos los ritos y santidades de la Iglesia./ Un ejemplo: acabo de participar sin proponérmelo/ por el descanso del alma de un cristiano” (…) “Ustedes preguntarán por qué un perro callejero/ sucio y pulguiento/ entra a una solemne ceremonia como ésta./ Por una simple razón: para la santa misa/ extienden una alfombra ante el altar/ que es perfecta para venir a rascarse".
Jarrón con lirios secos y otras acuarelas (Ediciones Chequenlemu). Poemario de Edgardo Alarcón Romero, poeta nacido en Sauzal, región del Maule. En este trabajo, compuesto por treinta y tres poemas –o acuarelas-, nos presenta el paisaje campestre en relación con una nostalgia por el habitad, donde no falta el sujeto social como un elemento esencial del paisaje. Familia, jardines, pájaros, arboledas, amores, recuerdos y horizontes recorren estos poemas: “Cuando la tempestad/ extendió sus heladas manos,/ se abrió el esperado granero de los besos,/ y construimos bajo la piel de esa casa que soñamos/ con aves en vuelo y enredaderas blancas./ En el adolescente lago de nuestros cuerpos/ la luna desnudó en plenitud su inocencia,/ y confundidos en el fuego arrojamos esta semilla/ que con pasión prolongó sus dedos de tierra,/ hasta que un rumor de grillos ciegos desató la noche/ y en sábanas de dolor y ausencia naufragamos/ y empezó a caer el olvido de estas frágiles mariposas”.
Memorias del bardo ciego (Ediciones Inubicalistas). Publicación del poeta Bernardo González Koppmann, oriundo de la ciudad de Talca. El autor tiende a una poesía comprometida, impregnada del paisaje rural, desde donde emergen sus imágenes. Allí encuentra las mejores vertientes para su propuesta estética. Un ejemplo es el poema Los vecinos: “No tienen estudios superiores/ ni trabajo bien remunerado/ han criado a sus hijos con dolor/ pero andan tomados de la mano/ No tienen celular ni TV cable/ rara vez van al supermercado/ buscan su ropa en los baratillos/ pero andan tomados de la mano” (…) “Por toda propiedad tienen el sol/ un libro, un pan, una higuera, un gato/ no les alcanza la jubilación/ pero andan tomados de la mano/ Como el tiempo sabe cuando llama/ desmalezan lentamente el patio/ es la dicha que no tiene precio:/ descansar con flores en las manos”.