LOS LIBROS
Por Alejandro Lavquén
El Capital (LOM Ediciones). El Capital, obra cumbre de Carlos Marx es publicada por primera vez en Chile por una editorial nacional. Esta nueva edición del Tomo I de El Capital, que trata de la “Crítica a la economía política” y corresponde al libro I: “Proceso de producción del capital”, obedece a un proyecto de Editorial Progreso de Moscú que lo publicó en 1990. Por lo tanto, la presente publicación corresponde a una reedición de aquella en nuestro país. La traducción pertenece a Cristian Fazio y se realizó desde la cuarta edición en alemán (1890), que estuvo a cargo de Federico Engels, que fijo la redacción definitiva basándose en indicaciones y notas del propio Marx. La revisión de la traducción al español del texto fue realizada, en su oportunidad, por el economista Hugo Fazio y para esta reedición chilena lo hicieron Sebastián Zarricueta Cabieses, Manuel Hidalgo y Rafael Agacino.
El primer tomo de El Capital fue publicado en 1867, y los tomos II y III aparecieron en 1885 y 1894, respectivamente, gracias a Federico Engels, pues Marx había fallecido en Londres en 1883. En su idioma original se publicaron dos ediciones en vida de Marx y dos póstumas revisadas por Engels. En el prólogo a la segunda edición Marx explica el contenido de los tomos posteriores: El tomo II, “Proceso de circulación del capital (libro II)” y “De las modalidades del proceso visto en su conjunto” (libro III); El tercer tomo (libro IV) “expondrá la historia de la teoría”. El Capital, es un libro fundamental para entender el desarrollo económico de la sociedad capitalista y su impacto político-social. Desde su aparición ha generado una influencia considerable en el pensamiento de filósofos, economistas, sociólogos y artistas en general, provocando debate y visiones encontradas. Ha sido motivo de estudio, con distintos enfoques, en prácticamente todas las universidades del mundo y son miles las páginas que se han escrito sobre él. Hoy, gracias a editorial LOM, se encuentra al alcance del público chileno en una cuidada edición.
Las palabras necesarias (LOM Ediciones). Muestra antológica de poesía venezolana del siglo XX con una selección y prólogo de Arturo Gutiérrez Plaza, poeta y académico caraqueño. La muestra se suma a las anteriores publicaciones de LOM sobre poesía de Argentina, Perú y Bolivia, como una manera de acercar al lector chileno a la poesía de nuestros vecinos sudamericanos. La relación entre Venezuela y Chile desde el punto de vista de la literatura ha sido estrecha desde los inicios de la república. La presencia de Andrés Bello en nuestro país, por ejemplo, es fundamental en el plano de las letras. En el caso chileno poetas como Rosamel del Valle, Humberto Díaz-Casanueva y Mahfud Massís tuvieron una estrecha relación con sus pares venezolanos.
La presente antología nos entrega una visión amplia del desarrollo de la poesía venezolana durante el siglo pasado y reúne una muestra de cincuenta poetas nacidos entre 1886 y 1971. Unos más conocidos –o difundidos- que otros, pero que en su conjunto dan cuenta de la riqueza de la poesía de esta nación, del imaginario histórico, estético y evolutivo de los poetas incluidos, tanto desde el punto de vista particular como en sus puntos de encuentro colectivos. Se pasa revista a los poetas reunidos en torno al grupo Viernes, por ejemplo, de gran influencia. También al grupo Apocalipsis, Tabla Redonda, Sardio y El Techo de la Ballena. Entre los vates de la muestra, echamos de menos, eso sí, a Cruz Salmerón Acosta, que a nuestro entender debería haber sido incluido. Pero claro, en toda antología –o muestra- siempre habrá ausencias. Lo importante es que hoy el lector chileno tiene a su alcance la posibilidad de leer autores prácticamente desconocidos en nuestro país. Podrá disfrutar, por ejemplo, de poetas como José Antonio Ramos Sucre, Andrés Eloy Blanco, María Calcaño, Vicente Gerbasi, Juan Calzadilla, Eugenio Montejo, Laura Cracco y Eleonora Requena, entre otros. Para muestra, estos versos de Cracco: “Hemos visto morir ciudades,/ imperios ricos en plumas/ aves de paraíso que olvidaron el regreso/ hombres ahogados en el mar/ por haber probado la carne de sus dioses/ soldados firmes que marcharon apretando en sus bayonetas la gloria/ seres desterrados que al fin encontraron un poco de arena/ y aún hoy persisten sus sonrisas en el polvo./ Hemos visto muertes dignas y muertes indignas/ unas adornadas con un último gesto de superioridad/ otras desmigajadas en miedo/ reyes moribundos llorando como humildes esclavos…”.
Ciencia Social como Crítica Social (LOM Ediciones). La revolución epistemológica en Karl Marx, del sociólogo y magíster en filosofía Mario Villalobos. En tres capítulos, titulados “Filosofía de las ciencias sociales: ceguera y mala comprensión del ejercicio crítico”; “Fundamentos epistemológicos de la crítica: la concepción marciana del conocimiento” y “Esquema epistemológico del ejercicio crítico”, el autor da cuenta de su visión acerca de la crítica en las ciencias sociales desde una perspectiva –valga el Perogrullo- también crítica. Explica en la introducción: “El objetivo central de este estudio es mostrar que la crítica constituye una práctica cognoscitiva que, con justo derecho epistemológico, y solamente epistemológico, debe ser considerada como una herramienta de conocimiento elemental dentro de las ciencias sociales”. Y lo hace examinando con el mayor rigor a quien es considerado “como el precursor paradigmático del enfoque crítico en ciencias sociales: Karl Marx”. En palabras de los presentadores “aunque la ciencia en Marx es efectivamente una ciencia crítica, lo es no porque tome posiciones políticas o abrace causas emancipadoras y justicieras, sino porque en él la crítica es una forma de conocimiento, esto es, un ejercicio cognitivo, del mismo modo que lo es la propia revolución comunista, que exige un conocimiento del mundo y de nuestras propias existencias para su transformación. He ahí la verdadera revolución: aquella que parte con nuestras propias vidas”.