REBELIÓN POPULAR EN LOS ‘80
¡Con la Razón y la Fuerza , Venceremos!, de Viviana Bravo Vargas. Ariadna Ediciones, 2010
Por Alejandro Lavquén
¡Con la Razón y la Fuerza , Venceremos! (Ariadna Ediciones). La investigadora Viviana Bravo Vargas nos entrega un estudio sobre “la rebelión popular y la subjetividad comunista en los ‘80”, abarcando un período político en nuestro país que involucró muchos conflictos ideológicos y prácticas que repercuten, de alguna manera, hasta el día de hoy.
Si bien el estudio se centra en el Partido Comunista de Chile y la aplicación de su línea política, post golpe de estado, para enfrentar a la dictadura de Pinochet, da cuenta de una panorámica importante de la lucha social de aquellos años. La Política de Rebelión Popular de Masas, impulsada por el Partido Comunista a contar del año 1980, y que involucraba todas las formas de lucha, incluida la lucha armada, tenía como objetivo final la derrota de la dictadura pinochetista. Aún hoy se discute si dicha política fracasó rotundamente, tras la salida pactada entre las fuerzas de la Concertación y Pinochet, o si fue un aporte, una presión necesaria y legítima para alcanzar la vuelta a la democracia que hoy conocemos, obviamente muy distinta a los objetivos que perseguía el Partido Comunista y la Izquierda en aquel entonces.
El libro va precedido de un prólogo de Rolando Álvarez, donde podemos encontrar una especie de bibliografía acerca de de lo que se ha escrito del PC y la evolución de su línea política luego del golpe militar. Las perspectivas centrales de este libro, que se refiere en lo fundamental al accionar de la militancia comunista en clandestinidad, nos parece que se encuentran expresadas muy bien en parte de la introducción: “este trabajo parte de la base que no hay ni víctimas ni demonios, que nos encontramos con actores políticos, con sujetos rebeldes concientes de su propia historia, protagonistas de un proceso de enfrentamiento con el poder en medio de conflictos y desgarramientos internos. Personas de carne y hueso con afán de justicia –muchas veces sublimada-, con ambiciones, amores y rencores que en un determinado espacio y tiempo toman decisiones –tensando experiencias y expectativas- y por lo tanto, asumen responsabilidades inscritas en una historia social y política…”. Viviana Bravo, en base a entrevistas a dirigentes comunistas y testimonios de militantes, miembros del aparato militar y del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, además de documentos partidarios, va reconstruyendo parte de la historia de un partido que ha influido de manera importante en la política nacional desde su fundación en 1912. Tras el golpe de estado, el PC fue expuesto a una persecución violenta y desquiciada por parte de los militares, cuyo objetivo era su exterminio. En esas condiciones, la militancia debió sobrevivir, reorganizarse y buscar políticas adecuadas para la lucha de resistencia dentro del país. La respuesta fue aplicar todas las formas de lucha. Y no sólo por parte de los comunistas, sino que también organizaciones como el MIR, MAPU y otros actores optaron por la respuesta armada como una acción legítima de defensa propia.
El libro, si bien podría haber profundizado en algunos temas con mayor detención, y tomando testimonio a otros actores relevantes, resulta un aporte no menor para el conocimiento de la idea e implementación de la rebelión popular por parte del PC. De interés son los aspectos relativos a la discusión sobre la aplicación de la Política de Rebelión Popular de Masas que se dio al interior del partido, sobre todo entre la dirección externa e interna. Los problemas que hubo que superar en la clandestinidad, los errores y malas lecturas acerca de una posible sublevación nacional el año 1986, el fracaso del atentado a Pinochet y la internación de armas. Todas las interrogantes, que pudieran surgir de estas situaciones, intentan ser aclaradas en esta investigación, basada en hechos concretos, que ocurrieron e influyeron en una generación de chilenos al fragor de las protestas nacionales contra la dictadura. Un factor polémico es las vidas que, según algunos analistas, dicha política costó. También lo es la concepción de la manera en que se dio al interior de la dirección partidaria la discusión sobre el peligro de caer en una política militarista, que algunos afirmaban que desestimaba el rol histórico de la política de diálogo, y quienes defendían la aplicación de la política militar. Un sector de la dirección privilegiaba impulsar una política de alianzas con los sectores que conformarían la futura Concertación. Lo que al parecer sí estaba claro, era la conclusión de que no se había sabido defender el gobierno de la Unidad Popular y la lectura del papel y actitud de las fuerzas armadas había sido errónea. Razón por la cual existía el llamado “vacío histórico”, haciendo alusión a una falta de política militar, que obviamente había que subsanar y que no necesariamente pasaba por una cuestión de armas.
El libro es un testimonio válido y necesario para entender varios factores que han influido, no sólo en el PC en los últimos años, sino que han cruzado a toda la Izquierda chilena. Obviamente que no todas las interrogantes puede que sean aclaradas debidamente, y requieran de una análisis mayor, pero los antecedentes que aporta la autora son una puerta de entrada para generar una discusión al respecto y proponer y motivar a la militancia activa y pasiva. Sobre todo hoy, cuando la unidad y falta de políticas claras en la Izquierda necesitan de una inyección ideológica.