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POETAS DE VIET NAM
del feudalismo a la revolución

Por Alejandro Lavquén

 




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Cuando se habla de Viet Nam, generalmente es para referirse a la guerra que enfrentó a esta nación con los Estados Unidos durante cerca de diez años y que tanto repudio causó, sobre todo, entre millones de jóvenes de los cinco continentes. Pero Viet Nam es mucho más que eso. Es, en el campo de la literatura, uno de los países con mayor tradición poética en Asia y también en el mundo, la que está fuertemente vinculada a su historia e identidad cultural, así como también a su espíritu libertario. Por lo tanto, rescatar parte de esa tradición –aunque sea de manera muy sintética- y ponerla al alcance de los lectores nos parece que salda una deuda importante con aquel pueblo, sobre todo en nuestro país, donde los poetas de Viet Nam son prácticamente desconocidos.

Antes de pasar a los poetas, vale decir algo respecto al idioma. El vietnamita es una lengua monosilábica y politonal de gran riqueza rítmica y conceptual que combina una amplia variedad de sonidos y tonos. Por ejemplo, cada sílaba puede pronunciarse en seis tonos diferentes, ya sean estos duros o llanos, lo que define fundamentalmente la musicalidad de los versos. La variación de un tono puede reflejar un estado de ánimo con gran precisión. Por estas características del idioma Viet Nam posee una rica tradición oral que incluye proverbios, relatos y leyendas en verso que antecedieron a la poesía escrita.

En la poesía vietnamita se puede captar claramente una fusión entre la poesía popular y la culta, lo que ha sido clave en su desarrollo. Es importante destacar también que muchos poetas escribieron en chino, lo que significó un aporte importante a la poesía clásica china respecto a estructuras e imágenes. Es característico, además, que durante parte importante de su historia muchos de sus poetas pertenecieron a diferentes dinastías de gobernantes o estuvieron ligados a poderosos emperadores a los cuales sirvieron tanto en la guerra como en asuntos de Estado, ya fuera en funciones administrativas o diplomáticas.

Ya en el siglo X nos encontramos con poetas como Ngo Chan Luu, sabio conocedor de la doctrina del Thien (meditación), lo que se refleja en algunos de sus poemas como es el caso del llamado “La madera y el fuego”, una especie de canto o rezo búdico: “En la madera está en esencia el fuego/ y a veces renacer puede lograr/ ¿Por qué decir que el fuego no está en ella/ si al horadarla el fuego brotará?”. Entrado el siglo XI, durante la dinastía de los Ly surge la primera mujer de letras de Viet Nam: Dieu Nhan, siendo célebre su poema titulado “Nacimiento, vejez, enfermedad y muerte”, que son las cuatro desdichas del ser humano según el budismo, y que plantea que una vez liberado de éstas se puede lograr la felicidad suprema. Dice parte del texto: “Quien se halla en ceguedad invoca a Buda,/ quien se halla en confusión invoca al Dhyana [1]./ Si no invoca ni al Dhyana ni a Buda/ mudo estará, pues son inútiles las palabras”. De este período son también los poetas Ly Thuong Kiet y Khong Lo.

Entre los siglos XIII y XV destacan poetas ligados a las dinastías de los Tran y de los Ho, entre ellos Tran Thai Tong, primer soberano de la dinastía y poeta muy ligado al estudio de las enseñanzas de Buda, dice parte de uno de sus poemas: “Bate el viento en la puerta que sombrean/ los pinos, la luna alumbra el patio.” (...) “En derredor ¡cuántos placeres/ que el mundo ignora!/ Y el bonzo[2] los disfruta/ hasta la aurora en la montaña”. Importantísimo y célebre fue Tran Quoc Tuan, poeta y encargado de comandar las tropas que derrotaron a los mongoles en 1287 en la frontera norte del país. Es considerado un héroe nacional. De su producción entregamos un fragmento de su famoso escrito “Arenga a los oficiales y soldados”: “Os digo francamente: tened conciencia del peligro como si vosotros/ mismos estuvierais acostados sobre un montón de ramas secas cercanas al fuego./ Sed vigilantes, inclusive aunque sea necesario hacer como quien fuera/ escaldado una vez por una sopa hirviente y desde entonces sopla sobre los fiambres./ Adiestrad a vuestros soldados y practicad personalmente el arte del arco./ Que cada hombre sea el parigual de Bang Mong [3]. En esta época también destacaron Pham Ngu Lao y Mac Dinh Chi, vates de gran compenetración con la naturaleza. Un texto de éste último, expresa: “La golondrina de los campos/ acompaña una nube viajera./ El fuego de los sampanes pesqueros/ relumbra en la bahía./ En la ribera opuesta/ resuena la canción del leñador.”.

Interesante es también la obra de Tran Nguyen Dan, en cuyo trabajo se muestran ciertos aspectos del estado de decadencia social a fines de la dinastía Tran, el poeta se pregunta: “¿De qué puede servir haber leído/ más de treinta mil libros/ cuando encanece ya el cabello/ y se es indigno del amor del pueblo?”.

En los siglos XV al XVII que corresponde al primer período de los Le, podemos encontrar algunos de los más importantes exponentes de la poesía vietnamita. Tal es el caso de Nguyen Trai, uno de los grandes personajes históricos y literarios. Famoso es su poema “Proclamación de la victoria sobre los Ngo [4]”. Hay que destacar que sus poemas escritos en nom [5] son las primeras obras importantes, en lengua vernácula, que se conservan. Tras la muerte prematura del rey Le Thai fue acusado por sus enemigos de regicidio –envidiosos de su talento y rectitud- siendo ejecutado junto a su familia en 1442. Su memoria fue rehabilitada veinte años después. Parte de su celebrada Proclamación, dice: “De nuestra tierra desaparecieron/ las virtudes de humanidad y de justicia./ Impuestos y contribuciones/ vaciaron nuestros lagos y montañas.” (...) “Dejábamos en nuestro carro/ lugar para acoger a los amigos/ cuyas sombras perdíanse en la bruma” (...) “Hemos vestido la coraza y hemos/ ganado la victoria por mil años”. En otro poema titulado “Desembocadura cerrada”, canta lo siguiente: “Innúmeras estacas se enfrentan a las olas,/ las cadenas, en vano, quieren cerrar el río./ Después del naufragio se sabe/ que las aguas son iguales al pueblo./ Por muy accidentado que el terreno/ sea no puede, solo, frente al enemigo.”.

Otra poeta de gran talento fue Ngo Chi Lan, esposa de Phu Thuc Hoanh conocido letrado de la época. Se le atribuye el popular canto “El poema de las cuatro estaciones”. Importante fue también Nguyen Binh Khiem, hombre de gran cultura confuciana y taoísta que además contó con numerosos discípulos. De su obra rescatamos estos versos: “Débil o fuerte, cada cual vive a su modo./ Tal sabor, que da placer al gusto,/ no es necesariamente dulce”.

Ya en el siglo XVIII, durante el segundo período de los Le posteriores, tenemos poetas como Nguyen Cu Trinh, Dang Tran Con y Doan Thi Diem. Del primero, famoso es su poema “Diálogo entre el bonzo y la bonza”. Por su parte, Dang Tran Con fue autor de “Quejas de una mujer cuyo marido partió a la guerra”, texto escrito en versos chinos y que luego fue traducido notablemente por la poetisa Doan Thi Diem, que además es autora de poemas y leyendas de gran nivel, lo que le significó un merecido reconocimiento. Dice parte de aquel hermoso poema:“De los clarines queda sólo un eco lejano,/ las banderas ya forman sólo una línea ondeante./ Y mi esposo ha seguido el camino a las nubes,/ mirando hacia las sierras yo adivino sus pasos./ Mi corazón se oprime al pensar en mi hogar”.

A contar del siglo XIX se desarrolla un intenso período poético en Viet Nam. En esta época, marcada por la dinastía de los Tay Son y el advenimiento de los Nguyen, hallamos algunos de los poetas de mayor magnitud y trascendencia, como es el caso de Ho Xuan Huong y Nguyen Du. Xuan fue una autora de gran popularidad cuyos poemas son considerados entre lo más selecto de la poesía vietnamita. Destacó, además, por su posición contraria a la ortodoxia confuciana que la llevó a mantener posturas bastantes radicales con respecto a la sociedad que le tocó vivir. Un fragmento de su poema “El columpio”, de marcado erotismo, dice: “Cuatro piernas de pantalones/ rosados chasquean al viento,/ y dos pares de muslos blanquecinos/ se extienden paralelamente./ ¿Saben acaso aquellos que practican/ estos juegos primaverales/ que una vez retirados los postes/ los huecos quedan en el abandono?”. Nguyen Du (1765-1820), por su parte, es considerado por la mayoría como el más grande de los poetas vietnamitas. Su obra Kieu –o historia de Kim Van Kieu- se considera entre los grandes escritos literarios de todos los tiempos. Una historia de amor y desamor que involucra conceptos éticos y sociales además de un fuerte requisitorio contra el feudalismo y sus atrocidades. Es también todo un aporte al desarrollo del nom. Cito un pequeño fragmento: “La brisa de la noche su pena fustigaba y el viento/ hacía crujir burlonamente los rosales/ fingiendo músicas lejanas.” (...) “¿A quién culpar después de nuestros actos?/ No nos apresuremos a desgajar la rama/ quebradiza del sauce y a arrancar las tiernas flores primaverales./ Un día a vuestro amor responderá mi amor”. Otro poema notable de este autor es el titulado “Llamado a las almas errantes”, un texto de gran fuerza interior, basado en antiguas leyendas vietnamitas sobre el padecimiento de las almas tras la muerte. Nguyen Du dejó también una vasta obra escrita en chino clásico.

Durante el siglo XIX está la presencia de autores como Nguyen Cong Tru, Vu Quoc Tran y Cao Ba Quat. En la poesía vietnamita lo popular también juega un papel importante, sobre todo una serie de romances populares, en su inmensa mayoría, de carácter anónimo, que han mantenido intensa influencia en la literatura de esta nación. De estos poemas anónimos resalta el llamado “La querella de los seis animales domésticos”, que se refiere a los principales animales domesticados por los vietnamitas: el búfalo, el perro, el caballo, la cabra, el gallo y el cerdo, los cuales se entrampan en una discusión acerca de sus virtudes. 

A partir de 1958 la poesía de Viet Nam está marcada por un fuerte sentimiento patriótico producto de la invasión de los franceses, que se comienza a consolidar al año siguiente. De esta etapa son los poetas Nguyen Dinh Chieu, Pham Van Tri y Nguyen Huu Huan que escribió un texto llamado “En el exilio”: “Y cuando pienso en la patria/ tan lejana, tan lejana, el dolor ahoga mis versos/ que se levantan por ella”. Uno de los poemas más populares de la época es anónimo y se llama “El soplo de la rectitud”. Data de poco antes que los franceses tomaran Hanoi por segunda vez (1882) y en él se canta al heroísmo del gobernador Hoang Dieu y se fustiga a los traidores y cobardes. Dice un fragmento: “Se concierta un común fondo/ y en él vierte cada cual/ lo suyo, por dignamente/ celebrar su funeral. ¡Dolor! ¡Angustia! Delante/ de la vencida ciudad,/ hierbas y flores se agitan/ y marchitándose están”. Otro poeta muy influyente y de contenido predominantemente satírico en su obra fue Tran Te Xuong. Posteriormente tenemos el inicio de la poesía moderna vietnamita entre los años 1900 y 1930. En 1907 fue fundada la Escuela de la Justa Causa, siendo clausurada a los nueve meses de su inicio debido a sus posturas progresistas y su rechazo a la administración colonial. Aunque, a pesar de su corta vida, sus planteamientos tuvieron fuerte eco en el futuro. 

Desde la década del treinta surgen importantes poetas revolucionarios que participan en la lucha por liberar el país. Xuan Thy, Tran Huy Lieu y Ho Chi Minh se cuentan entre ellos. El primero escribió: “Encadenándolo de pies y manos/ se puede detener a un hombre,/ pero a su libre pensamiento no.”. Ho Chi Minh llegó a ser jefe de gobierno tras proclamar la independencia de su nación y su obra poética es una de las más importantes y populares de Viet Nam, sobre todo su “Diario de prisión”, del que tomamos este breve y bello poema, que de una u otra manera representa el espíritu inquebrantable de su autor y los demás revolucionarios vietnamitas: “¿Qué hacer en la prisión, sin bebida ni flores,/ en noche tan radiante, luminosa y serena?/ Mira el hombre a la luna que esplendorosa asciende./ La luna mira al poeta, a través de las rejas”. En otra composición llamada “En camino”, dice: “Una cuerda amarraron a mis piernas y los brazos me ataron./ Pero el suave perfume de las flores y el canto de los pájaros,/ desde el bosque me llegan. ¿Cómo impedir que esta dicha/ me acompañará? Ahora, ni es tan largo el camino, ni estoy solo.”. Otros vates de primer nivel fueron To Huu y Huy Can.

Luego del triunfo de la revolución de agosto de 1945 nos encontramos con nombres como los de Che Lan Vien, Nguyen Dinh Thi, Hai Le, Tran Huu Thung y Thanh Hai. Autores que prácticamente comenzaron a escribir después de agosto de 1945 y durante lo que se llamó la primera resistencia, etapa que corresponde al intento francés de restablecer su dominio sobre Viet Nam.  Interesante es un poema de Che Lan Vien que también le tocó sufrir la agresión estadounidense y destaca por su irónica analogía: “Hamlet, si tú vivieras en Viet Nam no sostendrías en tus manos/ una calavera./ A Nixon no le gusta este seso filosófico,/ en sus designios de exterminación total/ no se contenta con dejar sin destruir hasta los huesos de los/ dedos”. 

En 1954 tras destruir -el general Giap- el ejército francés en Dien Bien Phu, el país quedó dividido en Norte y Sur por el paralelo 17 producto de los acuerdos de Ginebra. La  llamada generación de los que comienzan a escribir a partir de lo que se denominó la segunda resistencia cuenta entre sus nombres a poetas como Bang Viet y Tran Dang Khoa. Desde alrededor de 1956 los Estados Unidos comienzan a ejercer su poder de manera solapada en Viet Nam del Sur hasta hacerse evidente al instigar una guerra contra los norvietnamitas, guerra en la que luego participó enviando miles de tropas, las que fueron derrotadas por los revolucionarios definitivamente en 1975 cuando claudicó el ejercitó survietnamita, aunque ya los estadounidenses habían firmado la paz en enero de 1973, en París, reconociendo la derrota. Se podría decir que el pueblo de Viet Nam, junto a sus poetas, habían logrado por fin, la liberación definitiva de su territorio, liberación por la que lucharon durante siglos. Un triunfo que bien reflejan estos versos de Bang Viet: “Los tejidos de color sombrío guardan un poco el alma de/ lo antiguo./ Tú naciste -¿y desde cuándo se te ha dado el calor?/ Aún tú no lo sabes, pero ya la primavera se extiende en/ todas partes,/ la ciudad se abre para ti. Todas/ las avenidas cumplen un año el día de tu cumpleaños.”.

 

 

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NOTAS 

[1] Dhyana: del sáncrito. De dhia: pensar, meditar.
[2] Bonzo: sacerdote budista.
[3] Bang Mong: afamado arquero de la mitología china.
[4] Ngo: nombre genérico que se usaba para designar a los invasores.
[5] Nom: lengua nacional




 



 

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