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JORGE BARADIT Y SU HISTORIA SECRETA DE CHILE
(Entrevista
)

Por Alejandro Lavquén
Publicada en Punto Final nº 884/ septiembre 15 de 2017


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El escritor Jorge Baradit (Valparaíso, 1969) ha publicado el tercer volumen de su Historia secreta de Chile (Sudamericana, 196 pág.), continuando con el mismo éxito de ventas conseguido con el primer y segundo libro. Y es más, tal acogida del público le ha permitido acceder a la televisión a través del programa “Chile secreto”, donde lleva a la pantalla las historias que narra en sus libros sumando además muchas otras. Si bien sus libros han generado polémica entre algunos historiadores, a estas alturas nadie puede desconocer sus méritos para contactarse con el público y darle a conocer de manera amena y dinámica historias que nos van mostrando el otro lado de la historia al alcance de todo el mundo.   

En este tercer tomo se responden preguntas como: ¿Esclavos africanos pelearon en la Independencia de Chile? ¿Cuál es el mensaje detrás de nuestros símbolos patrios? ¿Quiñen era Gabriela Mistral?, etc. Jorge Baradit también ha publicado literatura fantástica. Entre esos libros se cuentan Ygdrasil (2005),  Synco (2008) y  Lluscuma  (2012). El autor conversó con  Punto Final, a días de una nueva celebración de fiestas patrias.


Con este tercer volumen de Historia secreta de Chile ¿Se cumple un ciclo, o continuará?
Se supone que haríamos una trilogía, pero la presión para continuar es harta. Todavía hay mucho que decir, pero tampoco quiero que se perciba como que inauguramos una fábrica de empanadas. Está en reflexión.

¿Cuál es tu balance tras haber publicado los libros?
Estoy muy agradecido de los lectores. Su interés ha permitido escribir otros libros, dar charlas y por encima de todo conversar y poner en la mesa un tema que estaba abandonado para la mayoría: nuestra historia. Recordemos que el gobierno anterior propuso incluso quitar horas de historia del currículo escolar. Ahora es tema de rankings, de programas de radio, noticias y hasta en matinales.

Este no es un boom cualquiera, no se trata de vampiros fluorescentes o sagas de dragones, es ni más ni menos que el tema “más fome” de todos, nuestra identidad y nuestra historia como país. Eso es alucinante.

Los episodios que narras, en general, tratan de hechos que la historia oficial –entendiendo ésta como lo que no enseña todo- oculta ¿A qué atribuyes dicha situación?
No hay una oficina en algún lado perpetrando una “historia oficial” que busca escondernos cosas, es una sumatoria de criterios pusilánimes que esconde las yayitas del Estado, la responsabilidad de partes interesadas y la necesidad de construirnos una historia donde nos veamos lindos y unidos. Eso mutila gran parte de nuestras complejidades y conflictos internos que debemos necesariamente encarar para superar y avanzar. Es algo a veces más banal de lo que parece.

Del papel pasaste a la imagen, y hoy existe el programa de televisión “Chile secreto” ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Increíble, porque me ha permitido viajar a los lugares de los que he hablado y conversar directamente con esos historiadores e investigadores que conocía por libros; incluso hablar con testigos o descendientes de los eventos, tener en mis manos documentos y piezas muy valiosas. Ha sido el sueño del pibe, alucinante. Además, en esta plataforma puedes llegar a muchísima más gente, con reflexiones necesarias, con dudas y cuestiones que se han mantenido al margen del debate más democrático. Avivar la historia, que se entienda como un reflejo y eco que actúa sobre la contingencia, que la veamos como una fuerza viva y actual.

Parece que la polémica con algunos historiadores se acabó
Si. Después de que en el programa salieran más de cincuenta entrevistados, entre ellos historiadores, investigadores y varios Premios Nacionales de Historia, un poco avalando la iniciativa con su presencia, creo que ese espejismo se esfumó. Fue triste ver a algunos historiadores jóvenes con espuma en la boca atacando una iniciativa que solo buscaba ser un puente entre la gente común y ellos mismos.

En tú opinión ¿Consideras que los planes de estudio de colegios y liceos deberían modificarse en cuanto a los contenidos? Lo pregunto pensando en tantos hechos omitidos o distorsionados de nuestra historia.
Como dice el profesor Salazar [Gabriel], a lo menos debería repensarse el panteón de héroes y próceres, hace rato cuestionado por diferentes y poderosas razones desde todos lados.

¿Qué opinas de la afirmación de que “el motor de la historia es la lucha de clases”?
Con toda humildad me parece un anacronismo a estas alturas. Es una tesis que ya no se defiende con tanta vehemencia (no es menor cuando se trata de uno de los pilares, sino el principal, del marxismo). No desconozco la necesidad de la conciencia de clase ni de la presencia de grupos de explotación y oprimidos, pero la estructura de la sociedad se ha diversificado desde el momento en que se escribe el manifiesto comunista y hoy hasta el concepto de “clase” está muy sujeto a discusión. Las fuerzas y motores de la historia hoy se identifican con una diversidad de factores. Entiendo que sostener el concepto es relevante para los radicales, que tienen su lugar en el espectro del pensamiento. Solo que no es mi caso. Además, no soy ni con mucho un experto, es solo la opinión de un pedestre.

De lo acontecido en los últimos cuarenta y cinco años debe haber muchos secretos bien guardados ¿Has pensando en investigarlos y ponerlos en un libro?
Al menos de los últimos 30 se han hecho cargo muy bien los periodistas de investigación, que siempre es la avanzada de la historia. El humo de La Moneda incendiada aún no baja y los historiadores son un poquito más lentos. Contra lo que hay que luchar es contra ese vicio de la historia oficial de construir un relato consensuado, descafeinado y que deje a todos contentos. Eso es simple mutilación de la memoria.

¿Cuál dirías que es el hecho histórico más importante desde el triunfo el NO en el plebiscito de 1988?
El proceso de reformas iniciado en 2006 y que puede concluir en diciembre de este año. Para mi generación efectivamente la alegría llegó el ‘90. Estábamos en un sótano tan oscuro, húmedo y terrorífico, que solo salir a la superficie aunque fuera en esas condiciones era efectivamente la alegría. El 2006 irrumpe una generación para la que esa situación era un suelo indigno desde donde solo cabía avanzar e inicia este movimiento social hacia los cambios. Es un momento en desarrollo. Ha tenido pequeños momentos de gloria y muchas frustraciones. Mover el timón del Estado hacia una mayor igualdad es espantosamente difícil en un país históricamente dirigido por una oligarquía retrógrada, poderosa y muy violenta, y con un pueblo con poca madurez política que lo quiere todo ahora pero no sabe muy bien qué y a veces se dispara en los pies.

¿En nuestra historia, dirías que la figura de San Martín es más relevante que la de O'Higgins?
Sin duda. San Martín invade y ocupa Chile, derrota al ejército español y le entrega la administración a O'Higgins, quién no fue todo lo relevante que nos dicen ni en las campañas militares ni en la posterior construcción del Estado.

Hoy se habla abiertamente de la dictadura de O'Higgins ¿A qué lo atribuyes?
A que se está democratizando la historia y estamos saliendo de nociones infantiles o escolares. Lo de O'Higgins fue una dictadura violenta, personalista y con visos de corrupción documentados.

De acuerdo a tus investigaciones, ¿qué conclusiones sacas de la disputa entre o’higginistas y carreristas, y en qué lugar de importancia pones a Ramón Freire?
Ambos eran señoritos que veían la independencia solo como una campaña militar y no tenían un gran proyecto o al menos una idea del Estado que querían con posterioridad. Eran autoritarios y elitistas, ellos querían gobernar con la aristocracia y punto, no veían más abajo. Cuestión que le parece muy normal a quienes tienen esa visión de nuestra historia, “Chile somos nosotros”. Ramón Freire se vuelve democrático y el período de ensayos constitucionales, que la derecha le llama “de la anarquía” porque para ellos todo lo que no sea orden es un apocalipsis, da muchas muestras de ello. Es un personaje que debe ser revelado de mejor forma.

¿Manuel Rodríguez, en breves palabras, es el más demócrata de los llamados padres de la patria?
Manuel Rodríguez da muestras de aquello cuando es soldado y cuando es nombrado autoridad administrativa. Durante la Independencia es quien busca involucrar al pueblo en la lucha, hay redes de espionaje donde mujeres, campesinos y artesanos se vuelven protagonistas. No ve el proceso como una cuestión militar de elite, sino de participación general. Luego como autoridad llama a elecciones en su territorio, quiere repartir tierras entre veteranos que lucharon por la Independencia y campesinos locales, una mini reforma agraria; busca la participación. Ello lo enfrenta con O'Higgins quien quiere un control central y autoritario, designando a las autoridades.

A estas alturas ¿consideras consumada nuestra independencia?
Del imperio español evidentemente que sí..., jajaja. Pero hay una independencia interna que aún está pendiente. La gran gracia de Portales fue traicionar el ideal de República e instaurar un Estado que se trató de reinstalar por la fuerza el orden colonial oligarca y punto. Ese fantasma nos persigue hasta hoy y ha tenido capítulos nefastos en nuestra historia.


 

 

 

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