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LOS LIBROS
Por Alejandro Lavquén
Reseñas publicadas en revista Punto Final
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Música prohibida (I.M. El Tabo). Novela de Patricio Manns que fue escrita gracias a una residencia literaria en el balneario de El Tabo, en la quinta región, y publicada por la Ilustre Municipalidad del lugar. Se trata de una historia que se manifiesta entre el thriller y la narración fantástica. Los protagonistas, el profesor Seamus Chuchulain y Topi Nambour, portadores de un arma sónica ambicionada por las potencias mundiales, llamada “música prohibida”, deambulan por diversos lugares del mundo para escapar de los agentes que los acechan. Partiendo desde Sudáfrica y luego Marsella logran llegar a Chile, al balneario de El Tabo, lugar de nacimiento de Cornelio Varela uno de los compinches de la pareja inventora de la nueva arma. Ya instalados en el lugar los protagonistas hacen amistad con los habitantes del lugar y se compenetran de las leyendas de El Tabo y el Litoral de los Poetas, cohabitando con personajes de la vida real -como el sociólogo Rodrigo Palma o el poeta Nicanor Parra- y con fantasmas que vienen y van, entre ellos el poeta Vicente García, Marién Baad y Teresa Wilms Montt. La novela resulta entretenido y ciertos pasajes curiosos –entendiendo esto dentro de la ficción de la historia-; también hay bastante humor, situaciones vinosas y pecaminosas, defensas ecológicas y un final que desaparece. Emilio Jorquera Romero, alcalde de El Tabo e impulsor de la iniciativa de editar este libro explica que “La pluma de Manns en un giro interesante construye una realidad que se encuentra al borde de lo mágico, lo fantástico e incluso lo profano” (…) “se instala y visibiliza uno de los patrimonios inmateriales de la ciudad, que deriva de su propio nombre El Tabo que en mapudungun significa morada de espíritus y hechiceros” (…) “Esta novela constituye una provocación y llamado para seguir desarrollando nuestro patrimonio cultural y artístico. Se trata de una ficción preñada de una realidad que cada lector ha de recrear en un diálogo consigo mismo”.
Enemiga de mí (Editorial Cuarto Propio). Séptimo poemario de Isabel Gómez (Curicó, 1959), reconocida poeta nacional. Antes había publicado Un crudo paseo por la sonrisa (1986); Pubisterio (1990); Versos de escalera (1994); Perfil de muros (1998); Boca Pálida (2003) y Dasein (Editorial Cuarto Propio, 2006). Enemiga de mí, está dividido, en la práctica, en tres partes cuyo único indicio de tal división son los epígrafes que preceden cada una de ellas. En el libro se percibe cierta continuidad con respecto a Dasein, el poemario anterior de la autora, en cuanto al tema de la existencia. En la presentación del libro Patricia Espinosa explica que Isabel Gómez “configura una estética del cansancio donde el cuerpo se ha disociado de la letra, donde ambos a su vez, habitan en el límite de la sobrevivencia”. En ese sentido me parece que el verso “pedazos de existencia sin resolver” es clave en el ambiente general del libro. Sombras y soledades, certezas inciertas y desalientos dialogan con las palabras y con arcanos momentos de la conciencia, que entrelíneas pareciera que buscaran cabida y esperanza, liberando una intimidad que tal vez pudiera asumirse como sobrevida o como un estallido de sentimientos no expresados. Muchos signos acumulados develan los intersticios íntimos de esta “novela”, como la llama la propia autora, incluidas palabras que no necesariamente significan lo que ellas definen sino que su significado es otro dentro del texto. Desdoblamientos, diálogos con otras mujeres artistas, el factor político y “Peces de la noche” –como un llamado de sombra de un siglo inédito- también son parte de este nuevo libro de Isabel Gómez, que viene a confirmar, una vez más, el buen manejo que posee del lenguaje.
Poesía continua & Deber de urbanidad (LOM Ediciones). Antología 1965-2001 del poeta, ensayista y profesor universitario Waldo Rojas, perteneciente a la llamada generación de los sesenta, integrada, entre otros, por Manuel Silva Acevedo, Óscar Hahn, Floridor Pérez, Gonzalo Millán. La selección incluye poemas de todos sus libros, desde Príncipe de naipes (1966) a Deber de urbanidad (2001). La poesía de Waldo Rojas ha sido estudiada y comentada por numerosos especialistas en Chile y en el extranjero, entre ellos Enrique Lihn, Alfonso Calderón, Walter Hoefler, Adriana Valdés, Soledad Bianchi. Su trabajo también es estudiado en escuelas de literatura de distintas universidades. Evelyne Minard ha dicho que “a la primera lectura la poesía de Waldo Rojas causa una extraña impresión, como si nos invitara sin cesar a un juego de enigmas. No porque se proponga como lenguaje hermético, clausurado sobre sí mismo y susceptible de una ardua y hasta fastidiosa decodificación, sino porque se ofrece, por el contrario, como discurso de lo dejà vu, es decir, como una suerte de recorrido a través de los paisajes de la memoria referencial, algo que pusiera muy nítidamente en evidencia Enrique Lihn en su prólogo a El puente oculto”. La publicación de esta antología de Waldo Rojas ha sido todo un acierto.
Mi último cuerpo (Autoedición). Segunda entrega de la poeta valdiviana, afincada en San Bernardo, Anita Montrosis, que anteriormente había publicado Tacones bajo la luna (2007). Mi último cuerpo se divide en cuatro partes complementarias de una u otra manera: Mi último cuerpo, La novia de los muertos, El camino de la lluvia y El límite nocturno del paraíso. Los textos mantienen una tensión entre idas y regresos de un cuerpo del cual se reniega y ama a la vez, en una especie de espiral existencialista que va vinculando vida y muerte, pasado y presente, amalgamados hacia un futuro que promete y despromete. Lo femenino se presenta con fuerza para dar cuenta de una realidad que ata y desata la posibilidades del cuerpo, de su entrega y desentrega: “A veces creo que no entienden/ cuando este arte sonámbulo/ gira cuando el cuerpo/ se acomoda al revés”.
Cinco gotas de sangre (Catalonia). Verónica Foxley Detmer. La historia íntima de Antares de la Luz y la secta de Colliguay. Verónica Foxley entrega una acuciosa investigación sobre un caso que remeció a la sociedad chilena por sus aristas macabras y, sobre todo, por la sorpresa que provocó, pues nadie imaginaba que situaciones como las ocurridas sucedieran en nuestro país. Recordemos que al ser descubierto que en un acto ritual fue asesinado un recién nacido en la localidad de Colliguay, V Región, también se descubrió que dicha acción fue promovida por Ramón Castillo Gaete, conocido como Antares de la Luz, líder de una secta conformada por jóvenes comunes y corrientes, aparentemente normales, siendo sus integrantes mayoritariamente mujeres. El bebé, sacrificado en el fuego, era hijo de una de las integrantes de la secta y del propio Antares, que argumentó que debía morir debido a que el lactante sería el futuro Anticristo ¿Qué llevo a este hombre a auto considerarse una encarnación de Dios? ¿Qué pasa por la mente de personas “preparadas” para caer en manos de tipos desquiciados y actuar como rebaños inconscientes? ¿Cómo se inician y desarrollan este tipo de relaciones? ¿Cómo reacciona la sociedad y las autoridades para evitar que hechos como estos vuelvan a repetirse? Todas estas interrogantes son tratadas de una u otra manera en este interesante libro.
Letradura de la Rara (CEIBO Ediciones). Virginia Vidal, autora de esta novela, ha incursionado en distintos géneros literarios y ha sido galardonada en varias ocasiones por su trabajo. Particular reconocimiento han tenido sus obras de carácter histórico, por ejemplo Javiera Carrera Madre de la Patria. En Letradura de la Rara Virginia Vidal resalta el mundo de los trabajadores, de los obreros y sus penurias, trayendo a la memoria una época marcada por la lucha social y el constante ir y venir de los trabajadores en busca de sustento, trasladándose por el país. La protagonista central es la mujer y lo que se destaca es justamente eso, el papel de la mujer trabajadora, su condición de madre, su capacidad para integrarse a las luchas sociales. La autora, aprovechando la trama de su novela, realiza un recorrido panorámico por aquella historia de ajustes y esperanzas de la clase obrera, dándonos noticias de los problemas más urgentes que se vivían: hacinamiento en conventillos, relaciones amorosos que el ambiente social vuelve sórdidas o promiscuas, el tratamiento de enfermedades vía mitos populares, etcétera.
El lenguaje es tratado de manera adecuada al desarrollo y clase social de los protagonistas, con chispa y picardía en muchos momentos, con furor y desparpajo en otros. En la introducción se da cuenta de que esta “novela recupera lenguaje y costumbres tanto de la población santiaguina como de los gremios. Revive plazas, calles, espacios públicos, como también objetos y elementos empleados en la vida cotidiana”, y en ese sentido es todo un aporte.