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EL CLAN EDWARDS Y LA CONSPIRACIÓN PERMANENTE
(Entrevista a la periodista Nancy Guzmán)
Por Alejandro Lavquén
Publicada en revista Punto Final Nº 839. Año 50. Octubre 23/ 2015.
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Los Agustines. El clan Edwards y la conspiración permanente (CEIBO Ediciones), es el nuevo libro de la periodista Nancy Guzmán. Antes había publicado Un grito desde el silencio (1988), Romo: confesiones de un torturador (2000). Premio Planeta de Periodismo Investigativo, e Ingrid Olderock, la mujer de los perros (2014). Sobre su nuevo libro conversó con Punto Final.
— ¿Encontraste algo que permanecía oculto en otros libros sobre Agustín Edwards?
— Este libro no es exclusivamente acerca de Agustín Edwards Eastman., es sobre una familia donde los agustines administran y gobiernan este clan. Y son ellos los que a través de los años van marcando y fortaleciendo su presencia en la historia política y social del país. Yo los investigo desde el primer Agustín, y antes de él la llegada del padre: George Edwards Brown. Lo primero que queda claro es que las grandes fortunas nunca se hacen de manera lícita, como se le ha enseñado a la gente. A la gente se le dice que los ricos son gente decente, trabajadora y que tiene valores por sobre el resto. Lo que se demuestra con esta historia es que no es así. Las grandes fortunas se hacen sobre la muerte, el asesinato, el robo, el secuestro de la opinión pública. Sobre la brutalidad y la conspiración para derribar gobiernos en momentos en que no les sirven.
— ¿Cómo se explica el poder de los Edwards?
— Los Edwards son los formadores, junto a otras familias poderosas, de la burguesía nacional. Porque no son parte de la oligarquía, son parte de la burguesía. Ellos se casan con la oligarquía para posesionarse en un segmento social importante e influir desde ahí. Tempranamente se dan cuenta de la importancia de tener poder para sostener la riqueza y ejercer influencia dentro de la sociedad. Descubren que la vía más importante son los medios de comunicación, los diarios. Primero crean un diario que se llamó La Época, pero no les va muy bien. Entonces, apuntan hacia Valparaíso, donde el diario más importante era El Mercurio de Valparaíso, un periódico con tintes progresistas que traía mucha literatura y pensamiento, pero desafortunadamente su dueño, Recaredo Santos Tornero, tenía deudas con Agustín Edwards Ossandón. Entonces, éste, aprovechándose de la situación se quedó con el diario a cambio de migajas. Así se instalan como propietarios de un diario ya formado, con una amplia clientela y con una influencia en la sociedad. Luego se dan cuenta que la gran política está en Santiago, se trasladan a la capital y crean El Mercurio tal como hoy lo conocemos. Se convierten en la voz de un sector social, económico y político que va marcando los intereses de su clase en el gobierno de turno a través de sus editoriales y en la manera de plantear las noticias, manipulando la información. Es el diario el que va a mantener el poder y la influencia de esta familia hasta el día de hoy. No sólo fueron claves en el derrocamiento de Allende, sino que hoy día los vemos influyendo a través de El Mercurio y Paz Ciudadana, la cual digita políticas públicas respecto a la seguridad de los chilenos.
— Un episodio desconocido y turbio es la apropiación del clan Edwards de la herencia del hombre de negocios y filántropo Federico Santa María Carrera ¿Se logró recuperar la fortuna dejada por Santa María?
— No, nunca se recuperó la fortuna. Santa María, que vivía en Francia, necesitaba unos albaceas para que administraran y dieran cuerpo a la idea de crear un colegio de ingenieros y una escuela técnica para los hijos de obreros. El quería que se mejorara la educación de la clase obrera, deseaba que los hijos de los obreros chilenos tuvieran una mejor educación. Entonces, nombra a Agustín Edwards McClure, que era embajador en Francia, como albacea. Pero lo que hace Edwards es crear una universidad a través de una fundación que organiza con el nombre de Fundación Santa María. Funda la Universidad Santa María y una Escuela de Técnicos. En ese tiempo la universidad era para gente de la clase alta, no era para los hijos de obreros. Incluso hubo una demanda, un juicio, por la situación, pero la justicia finalmente los nombra herederos modales, lo que les permite manejar la fortuna a su antojo. De hecho Edwards McClure deposita toda la fortuna en el Banco Edwards, cobrando por la administración del dinero. Luego invierte, a su nombre, en diferentes empresas. Desde el año 1956, si no me equivoco, el Estado empieza a financiar a la universidad, pero los Edwards seguían siendo los dueños, entonces viene una gran toma y protesta de los estudiantes y profesores pidiendo la salida de Edwards por abusar de una fortuna que no le correspondía, lo que finalmente se logra con el apoyo del Congreso. Pero la fortuna no se recupera, pues los Edwards se la habían gastado en sostener la lujosa vida que llevaban.
LA COFRADÍA NÁUTICA
— En cuanto a Agustín Edwards Eastman y el golpe de 1973, ¿La llamada Cofradía Náutica habría sido fundamental?
— Yo creo que sí, incluso más que fundamental. Fue el principal articulador, porque el golpe de Estado lo da la marina. Edwards crea esta cofradía en función de un acercamiento y para establecer una relación de este grupo y la marina. Incluso le entrega a José Toribio Merino un cargo importante. Edwards se transforma en primer comodoro y Merino en segundo comodoro dentro de la Cofradía Náutica. A través de esta relación con Toribio Merino y de dos hombres claves, que son Roberto Kelly y Hernán Cubillos, ex oficiales de la marina, Edwards comienza a abrir las relaciones al interior de la armada y a nombran dentro de la Cofradía Náutica a todos los miembros de la armada que ocupan puestos claves, accediendo a información confidencial, y empezando con ello a atraer a la marina para sus propósitos golpistas. Pienso que Edwards a los dos años del gobierno de Frei ya tenía propósitos golpistas, conspirativos, pues sabe que Allende volverá a ser candidato y sus posibilidades de ser electo eran enormes. Y lo hace, recibiendo en ese tiempo recibe platas de la CIA. No sólo va recibir platas de la CIA durante el gobierno de Allende a través de El Mercurio, sino desde los años sesenta y antes de los sesenta, en la candidatura de Frei. Fíjate que cuando se aproxima la campaña de 1970, El Mercurio ya realiza una tremenda propagando por Alessandri, colocando en el diario, junto a una foto, a página completa, la frase: “A usted lo necesitamos, el pueblo lo pide”. Imagínate lo que costó esa campaña.
— Recién mencionabas a Paz Ciudadana, creación de Agustín Edwards E, que tiene en su directorio Sergio Bitar, Enrique Correa, Soledad Alvear, Eugenio Tironi, René Cortázar, JJ Brunner, todos pertenecientes a la Concertación, hoy Nueva Mayoría ¿Cómo se explica la relación de éstos con un golpista y encubridor de los violadores de los DDHH?
— Es cosa de fijarse en la historia de Chile. Por ejemplo, Bitar es un personaje bastante camaleónico. En los años sesenta fue democratacristiano y perteneció al equipo de El Ladrillo, grupo que nace en El Mercurio, donde además estaban los futuros impulsores en Chile del neoliberalismo, que serían conocidos más adelante como los Chicago Boys. Sergio Bitar fue parte de ese grupo en los sesenta. Ellos sientan las bases de lo que va a ser la transformación económica y política que implica el paso del capitalismo al capitalismo neoliberal. Bitar hace parte de ese grupo. Luego, camaleónicamente, se va a la Izquierda Cristiana y llega a ser ministro de Salvador Allende. Cae detenido en Dawson y después se va exiliado a Venezuela, donde tiene nuevos acercamientos con la Democracia Cristiana y la socialdemocracia. Posteriormente regresa a Chile reciclado. O sea, no es raro encontrarlo en Paz Ciudadana, él vuelve a los brazos del padre de los Chicago Boys. Y qué decir de los otros personajes que nombras.
—¿O sea que Edwards es como el padrino de los Chicago Boys?
—Agustín Edwards Eastman es el padre de los Chicago Boys. No es la dictadura, no es la Universidad Católica. Cuando llegan de Chicago Edwards los toma y los mete al diario. Allí crean la página económica para influir en las políticas económicas mediante un lenguaje serio y científico, como le gusta a El Mercurio, que evidentemente es una seriedad aparente. Debería haber un curso de cómo leer El Mercurio. Porque El Mercurio, en sí, es un diario de pura propaganda. Eso que pomposamente en este país le llaman el decano, no tiene nada de decano. Es un diario de propaganda, de información gris. Es un diario que tras una fachada de seriedad está siempre introduciendo ideología y conspiración. Ellos pontifican y van ascendiendo personajes que se sienten orgullosos que El Mercurio los califique bien. Camilo Escalona es un ejemplo de ello ¿Quién lo convirtió en un cientista político? ¿En un intelectual?, siendo que no lo es. Fue El Mercurio y Escalona se lo creyó. Pon atención hoy a las opiniones de Escalona.
— ¿Blanqueó la Concertación a Agustín Edwards y El Mercurio?
— La Concertación terminó salvándolo económicamente, continuando lo que comenzó la dictadura, representada, en este caso, por Álvaro Bardón, cuando El Mercurio y La Tercera le roban –porque es un robo- al Banco del Estado. Ellos le roban dinero a ese banco, que fue creado para ayudar a los pequeños ahorrantes y pequeñas empresas, para salir de las quiebras. El Mercurio estaba completamente quebrado. Y no sólo fue salvado el diario, sino que también Agustín Edwards, cuya fortuna estaba dilapidada. Lo salvó la dictadura y después la Concertación le da la impunidad, porque a pesar de que el ministro Solís lo condenó por fraude al fisco, la Corte Suprema decide absolverlo. Tras esto la Concertación comienza a fortalecerlos entregándoles la publicidad del Estado. Imagínate que, conociéndose toda la participación en los crímenes de lesa humanidad, el gobierno le entrega a El Mercurio la publicación del informe de la comisión Rettig. Eso fue de lo más siniestro. La Concertación tiene un rol súper importante en la generación de impunidad. El Mercurio participó activamente en las violaciones a los derechos humanos. Yo pongo tres casos, pero podría poner muchos más de encubrimiento de los crímenes. El Mercurio y Agustín Edwards son cómplices de los asesinatos que cometió la dictadura.
—¿Tiene trascendencia la expulsión de Agustín Edwards E. del Colegio de Periodistas?
—Creo que tiene una trascendencia mínima, pero la tiene. Hay cosas éticas que van marcando y es importante ver a Agustín Edwards denostado públicamente por un Colegio de Periodistas, que si bien hoy tiene muy poco poder, entrega una sanción ética y moral dentro de un país donde tanta falta hacen ese tipo de sanciones.