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GUERRILLEROS CHILENOS EN CENTROAMÉRICA
Entrevista a Javiera Olivares
Por Alejandro Lavquén
Publicada en revista Punto Final Nº 876/ Mayo 26 de 2017
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Javiera Olivares Mardones (1981), autora del libro Guerrilla. Combatientes chilenos en Colombia, El Salvador y Nicaragua (CEIBO Ediciones), es presidenta del Colegio de Periodistas y militante comunista. Estudió periodismo en la Universidad Católica y ha sido redactora política y corresponsal en países de América Latina y Oriente Medio.
— ¿Cómo se gestó el libro?
— El libro surge como una idea colectiva donde, en un principio, participan varias personas. Luego quedé sólo yo, que de una u otra manera estaba obsesionada con este proyecto. Comenzamos indagando sobre estos compañeros combatientes que fueron los más recientes, los últimos en involucrarse en 
una actividad internacionalista. Ahí me di cuenta que a diferencia de los primeros revolucionarios o guerrilleros de los setenta, de los de la segunda mitad de los ochenta poco o nada se sabía.
— Se trata de personas que combatieron en Nicaragua, Salvador, Colombia ¿Existen cifras de cuántos fueron?
— No existe una estimación oficial, pero de lo que pudimos indagar fueron decenas de guerrilleros los que fueron a distintos países de América Latina. Digo guerrilleros porque participaron en combates irregulares, pero en rigor muchos de ellos eran oficiales con preparación profesional. Había dos tipos de preparación, la preparación militar profesional que se daba en Cuba, en Bulgaria, en Alemania, en la Unión Soviética, pero también había preparación en combate irregular, la guerrilla urbana y rural.
— El libro se refiere solo a un sector político, en este caso al Partido ¿Hubo otros?
— Efectivamente se refiere a esas historias de militantes comunistas en cuanto a que las profundiza, entrando en los aspectos más humanos, más particulares. Así como también en los más públicos y políticos de cada uno de estos combatientes internacionalistas, hombres y mujeres. En todo caso, cada capítulo, porque el libro está divido por país, El Salvador, Colombia y Nicaragua, contiene una introducción donde se hace un recuento de todas las orgánicas –MIR, PS, PC- que participaron en este proceso internacionalista. Pero se profundiza en los militantes de la JJCC, PC y FPMR.
— La preparación militar tenía como objetivo una salida a la dictadura distinta a la que se dio ¿Existe frustración en esos combatientes por el curso que tomaron los acontecimientos?
— Se mezclan varias cosas. Al principio, obviamente, la transición pactada con la dictadura, que dejó tantos amarres, provocó una sensación de derrota. Una derrota que no era militar sino política, y no sólo en Chile, sino que a nivel mundial con la caída de la Unión Soviética y del muro de Berlín. Sucedieron muchas cosas, recordemos que también el Frente Sandinista pierde las elecciones. Todo esto dificultó la inserción de estos jóvenes en Chile. Muchos de ellos tardan en regresar al país y otros no vuelven. Hay que recordar que ellos venían de experiencias de guerra, que siempre son tremendas, muy traumáticas. Además sus orgánicas no siempre seguían patrocinando o participando de estas gestas.
— ¿Crees que pueda cambiar la visión crítica en nuestro país sobre los revolucionarios internacionalistas?
— Falta mucho para eso. En general los partidos de izquierda en Chile, y también nosotros los comunistas nos ha faltado. Tenemos una tremenda deuda, primero con la recuperación de la memoria histórica relacionada con la experiencia militar chilena en general y luego con el reconocimiento de la gesta épica que ellos tuvieron. Falta valorar política y socialmente, y de manera pública, la decisión de arriesgar la vida para construir un país más justo, países más justos en Latinoamérica. Estoy convencida de que fue muy importante el rol de quienes tomaron las armas para combatir a la dictadura en Chile. Ese reconocimiento público falta, y es una de las razones que tuve para escribir este libro. Los comunistas debemos hacer este tipo de reconocimientos, porque es parte de nuestra historia.
— ¿Cuál es tu visión sobre cómo los medios de comunicación han tratado este tema?
— Será difícil un cambio mientras tengamos una concentración ideológica y económica de los medios de comunicación en pocas manos. Manos que pertenecen a un sector político que tiene prácticamente la propiedad de todo el país. En estas condiciones a cualquiera que tenga alguna crítica al modelo neoliberal se le tacha de terrorista, desadaptado, antisocial o irracional. Y a estos compañeros que arriesgaron la vida los satanizan aún más.
— Tú militas en un partido que se unió a la Nueva Mayoría ¿Cómo evalúas hoy ese paso?
— Yo estoy convencida de que fue una táctica política correcta. Porque me parece que en un país como este es la manera de avanzar, generando la correlación de fuerzas favorables para realizar reformas importantes. Ahora, si tú me preguntas si esto es una revolución, te digo que no. No tiene las características de una revolución que realice los cambios estructurales que muchos quisiéramos, pero si es un avance que sin duda pavimenta un camino para el día de mañana tener una correlación de fuerzas aún más favorable para realizar mayores cambios. Entonces, creo que en eso hay que ser lo suficientemente inteligente y táctico, en mi opinión, para que donde estemos ubicadas las fuerzas de izquierda nos reconozcamos como tal, e independiente de las tácticas distintas que podamos tener podamos en un momento coincidir. Yo no estoy de acuerdo en que hoy aparezcan fuerzas de izquierda criticándose entre sí, yo jamás haría eso. Me parece un error táctico feroz.
