FRAGMENTOS DEL POEMA
"NOCTURNO DE SANTIAGO"
DEL LIBRO INÉDITO
"DESOLACIÓN DE LAS CIUDADES"
de
Andrés Morales
III
Esta ciudad se alegra en su desgracia cierta,
esta ciudad se viste en medio del desierto,
esta ciudad se cubre los ojos y enmudece
cuando los pájaros emprenden su vuelo a la deriva.
Recrea carnavales, despierta a los difuntos,
describe dos mil saltos sobre las cordilleras.
Esta ciudad agónica de ritmos que no baila
y de frases aprendidas en una lengua muerta.
¿Tendrá un final feliz, habrá de recordar
el tacto de los árboles, el fresco olor a noche?
Parece que se ha muerto esta ciudad alegre.
Parece que no existe esta ciudad ajena.
Parece que recuerda sus años más secretos
y cierra ya sus muros en una mueca insomne.
IV
El campanario anuncia una mañana en ascuas
y una tarde lenta de lluvias de otro tiempo.
Monótonos en días, en horas, en minutos
los segundos muerden su pasado inquieto.
Aquí no pasa nada, ni el tiempo nos consume.
Aquí no existe Dios, ni el cielo lo presiente.
Aquí se hunde el sueño en una despedida
de voces y palabras que nunca dicen nada.
La Nueva Extremadura no es dura ni es extrema:
Santiago no recuerda su nombre ni sus pasos.
La atroz provincia duerme en una pesadilla
de torres que se tuercen y calles sin sentido.
La vil memoria escribe en la montaña sola:
Santiago ya no existe, Santiago no ha existido.
Esto que vivimos es otro sueño ajeno.
V
Y nada de invocar ese dolor de muertos,
de pálidos semblantes en esas fotos viejas.
Nada de rasgar las vestiduras propias
en señal de lutos ajenos que no acaban.
Santiago no ha llorado ni llora por su suerte,
esta ciudad se rinde al arquitecto infame
que habrá de derrumbar hasta sus cimientos.
Esta ciudad se rinde ante la voz de mando
que aún la desentraña, la humilla, la deshonra.
Nada de llorar o de entonar un canto
fúnebre y sereno,
como si todo fuese nada.
En medio de la plaza recuerdo a los que entonces
callaron ante el amo de todas las desgracias.
El cielo cae a trozos, es un decir, y cae:
El mismo cielo verde o gris, el mismo cielo
y la ciudad se esconde, escapa, se desangra
y la ciudad apaga sus luces y enmudece.