Sobre Espejismo y circunstancias, de Alberto Moreno,
Comuna Literaria, Octubre 2012
Por Tania Orellana M.
Licenciada en Historia y Teoría del Arte. Doctorando en Filosofía, Estética y Teoría del Arte, Universidad de Chile
En el transcurso de ocho años me he encontrado con Alberto Moreno en dos ocasiones, la primera menos afortunada que la segunda, porque en esta última instancia también me encontré con su poesía. Extrañamente es ella la que nos sigue reuniendo, va y viene como un mensaje que interrumpe la jornada y la hace tambalear, irrumpiendo en la escritura y nutriendo imaginarios. Así se ha vuelto un alimento necesario que se espera con ansia, que no requiere dar cuenta de sus períodos de ausencia y sus silencios o excusarse por haber empleado una mala palabra y/o por haber sido indiscreta, llegando sin aviso y sin maquillaje, lo cual se agradece. Esto no sólo me causa una profunda satisfacción, sino que me hace pensar en la eficacia de la poesía como forma de comunicación.
En el año 2009, el poema Día a día gozaba de una especie de autonomía con respecto a su creador y así como pedimos prestado cualquier objeto, tenía la propiedad de ser desapropiado/ reapropiado, compartiéndose con un amigo que lo hacía suyo y lo recreaba en espacios y circunstancias ajenas a su autor. Este poema tenía para mí la virtud de dar cuenta de muchos de los rasgos de la escritura de Alberto. En algún momento y en alusión a Graves Inconvenientes, sin poder distanciarme de la imagen de un hombre al borde del precipicio, con su rostro y manos teñidas de color amarillo, me referí a él como un poema luminoso y vital, en el que sin embargo no está ausente el tinte de lo abismal. Sin duda, mucho de esto anida también en Espejismo y circunstancias…
El vacío acecha en este nuevo trabajo pero adquiriendo otro cromatismo, y otorgando, junto a la preocupación por el tiempo, un carácter vertiginoso a la escritura, que tiene su contrapunto en un anhelo de calma mas no de inmovilidad. Esta es una poesía que tiene prisa, que increpa, que se interroga y nos interroga en un movimiento insaciable, como en El continúo desaparecer de los días, Quiméricamente, De esperanzas, Es el mar y 34. ‘No dejes nada por vivir’, ‘agótate no dejes nada’, ‘Que no se nos vaya todo’, ‘que de alguna forma algo permanezca’, ‘justo antes de la desaparición total’. Es el sentir de un hombre que cuestiona su existencia, sus ilusiones y sus circunstancias, resistiéndose a devenir sujeto pasivo, paciente, padeciente y complaciente.
El abismo está siempre a uno o dos pasos, pero no hay extravío. En Saqueo, Contra Abdicación, Infinito horizonte, Recado confidencial, Alberto observa, sale a las calles y mastica hastío, decepción e impotencia, y propone la indignación como derecho a ser reivindicado, la dignidad individual y colectiva anclada en la cotidianeidad y en la fragilidad de los abrazos, como recurso necesario. ¿En dónde radica la esperanza?, ¿en la incerteza de cuántos brazos quedan por abrir?, ¿en el reír jugar de un hijo, en la música, en la sencillez del día a día, en una mujer que se encuentra ‘a la vuelta de la esquina’, en la pasión, en la piel, en el cuerpo-carne, en la imposibilidad de evadirse? Sin duda en todos ellos, pero por sobre todo en la poesía.
La poesía es para Alberto ese ‘espacio vital sin ánimo de suicidio’, ‘habitación sin pánico’ nos dirá en Circunstancias. Ella es superficie rugosa en donde siempre hay posibilidad de residuo, de querella, de resistencia. Oquedad, domicilio del ‘gozo y vicio’, receptáculo de ‘la última gota de aire’ mas no de la asfixia, como intensa y magníficamente da cuenta en Improvisaciones desde Santiago. Es en ella que este hombre habita, como lenguaje cotidiano ajeno a exitismos, como recinto que acoge justo antes de la caída, como un gesto vital, como respirar, como el sentir dolor, como el disfrutar del silencio, porque quien ama la música y la poesía, ama y sabe también de silencios. Es por esto que su trabajo tiene el encanto de ser llano, abierto, carente de artificios y la propiedad, que también es un riesgo, de punzar y de apresar.
Octubre 10, 2012.