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Un texto recuperado
Graves inconvenientes, Alberto Moreno, Mosquito Ediciones, 2007

Samuel Ibarra, Artista visual

agrata745@hotmail.com

 

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Para la presentación del libro Graves Inconvenientes de Alberto Moreno, Mosquito Ediciones / año 2007, ejerceré una operatoria de análisis centrada en la concepción abierta de texto, en su posibilidad dialogante con el espacio y como estímulo manifiestamente intervencionista que sirva para desmontar el rito iniciático del "lanzamiento" y sus protocolos de ritualidad.

Graves Inconvenientes es ante todo una posibilidad para desplegar las palabras, en un medio que cada vez más impone las políticas del ciframiento. Hablar demasiado es peligroso, siempre lo ha sido, pero hoy más que nunca. La tecnodemocracia neoliberal no calza con el placer de la palabra. Sacarla de su registro meramente especulativo es un riesgo.

La palabra como arma.

Tres citas de ingreso.  A partir de la unión fragmentaria de tres textos, propongo respaldar la lectura de Graves Inconvenientes:

1- "Un drogadicto necesita unos 2.000 dólares semanales para su hábito. Yo necesito mucho menos, escuchar tu voz, de vez en cuando divisarte por la calle". (Gonzalo Millán, Vida).

2- “Instalados en la vitrina del emporio nuestros sentimientos más íntimos en el lenguaje universal de un pasado de moda la vida contemplativa al amparo de las diferencias de precio los milagros de la civilización que con el uso del barniz se han hecho eterno”. (Variaciones Ornamentales, Ronald Kay).

3- “Tú crees que tengo todo el tiempo del mundo para perderlo escribiendo, es sólo una figura y las figuras proveen de las palabras que quieren, se compadecen de una conducta excesiva, son las palabras las que se desesperan no yo, son las palabras las que te mienten”. (Hija de perra, Malú Urriola).

El recorte de estos fragmentos opera como un arbitrario prolegómeno, excusa argumentativa, para hacer ingresar el texto de Moreno a un concierto de producciones locales donde puede rastrearse la voz escéptica e inclemente de un ser arrojado al mapa de su propia existencia. Una hermenéutica que enuncia miradas móviles, memorias anquilosadas, dudas, sospechas, incredulidad y desgaste. Cuerpos suspendidos bajo el neón publicitario que oferta el plan CLARO y el plasma Daewoo, para que el exitismo emerja en su anverso editorializado, celebrando el derrumbe de la política y el florecimiento de un jardín de mascaras, llamado actualidad noticiosa.

Los fragmentos de Millán, Kay y Urriola permiten establecer diálogos posibles con el texto que hoy aparece bajo catálogo Mosquito, a partir de producciones que desde diferentes lugares escriturales y tiempos dan cuenta de una realidad cruda e insuperable. Esa es la primera virtud que ostenta el texto de Moreno, la pertinencia.

Me interesaba desplegar un marco por donde iniciar una lectura desde la noción de dificultad, que se enuncia en el título mismo de la obra. Graves Inconvenientes sería la razón cifrada y contenida par justificar un repliegue. Abortar una completud. La razón lacónica para desequilibrar una marcha que se pretendía exitosa y sin sobresaltos. Graves Inconvenientes sería la tragedia susurrada en sotto voce para que los regímenes compositivos del orden de las cosas y los disciplinamientos del deseo en el cuerpo y la ciudad circunden ahora por nuevos e inesperados lugares.

Problemas en la vía para conducir un viaje que alguna vez se presupuso normal. Una suerte de viaje familiar interrumpido por la muerte del abuelo, la no asistencia al baile por constatar agujeros en el traje. En fin. Razones de peso para restarse o desmarcarse del posado retrato de época.

Santiago o todas las ciudades interiores.

Personalmente conocí parte de los textos que hoy se publican en otra unidad poética que Moreno denominó "Santiago no era una fiesta". Un importante número de poemas contenidos hoy en el libro que presentamos calzaban casi de manera alucinante con el título de esa unidad tentativa. Moreno reacomodó, similar a un DJ, poemas antiguos y contemporáneos y los dispuso lejos de una lógica clasificatoria, lo que a mi juicio aporta valor al no abordar una mirada puramente cronológica, manteniéndose vigilante y custodia de un territorio que se remueve y se moviliza sin intentar constituirse en su administradora, ni para el cultivo ni para la edificación. El lector deberá pesquisar ciertas fantasmalidades que portan los textos, en tanto no datean ningún espacio físico puntual. Es el aquí y en todas partes, un presente imaginado, devenido o inacabado.

Lo que quiero constatar acá, es la preocupación del autor por la habitabilidad de la ciudad y su experiencia interna, los trayectos y recorridos interiores por los que la mirada al exterior le llevan, y traslucen un deseo de ocupación de la urbe. Una habitabilidad construida a jirones y parpadeos por espacios en retiradas. Claramente el hablante de Graves Inconvenientes se ha quedado sin ciudad y la que le toca habitar es la de los fantasmas y los rostros sin nombres, “lugares inasibles para la memoria, falsos testigos, curvaturas del espacio y economías de lenguaje”. Aquel hablante perdió la ciudad al cerrar el libro, al soplar la lámpara con el temor de olvidarlo todo, por pura obediencia a la "función esencialmente eliminativa del sistema nervioso central”, (cita al poema SNC, de la Pág. 19).

La ciudad atravesada por los graves inconvenientes sería como el Santiago de Donoso, que no termina nunca de hacerse y cuando ya está casi lista otra vez se puebla de cadáveres. Cortado el tránsito por la avenida, con trabajos en la vía, excavaciones profundas, desviada por la derecha a la izquierda, acosada por sitios eriazos donde los proyectos de Comuna Segura, hacen lo imposible para iluminarlas de la oscuridad de la nada, la ciudad de Alberto Moreno es una personal y pública que coexiste, -contradictoria-, en una voz que se sabe finita y nada trascendente. La ciudad como metáfora monumental de un cuerpo sin órganos, como dirían Deleuze y Guattari, apelando a un cuerpo que trama su concepción sicológica del yo en un programa que demanda, no a un organismo, sino a un cuerpo, que se organiza desde valores, representaciones y significados menos establecidos y menos dóciles también.

El cuerpo textual de Alberto Moreno es un pentagrama de inestabilidades y coexistencias que escapan a la lógica ordenadora y clasificatoria. No se puede hablar de puro escepticismo, tampoco de fugas de sentido y de maniqueísmos de un yo tartamudeante. Lo que hay en Graves Inconvenientes son rutas difusas por donde hacerse lugar en un espacio que arma y desarma sus territorialidades.

Citas y pistas: La lectura corporal del sonido.

El autor es un lector permanente, un devorador de escrituras que tienen algo de pérdida y heroísmos fatigados, una recurrencia lectora hacia producciones donde el héroe es el primero en perder(se). Hay otra escritura también que se devela en la disposición de la cita. No se equivoca Walter Benjamín cuando dice que citar también es escribir. En este contexto los textos de Moreno tienen un elemento permanentemente referido a escrituras mayores, que se erigen como interlocutores para conversar con autores que forman su universo cognoscitivo, su batería epistémica, sus relatos sedimentados en el imaginario.

Hay algo de ciertas obsesiones borgeanas como las de Tlon, Uqbar, Orbis Tertius, en el sentido de una crisis de la palabra como formadora de realidades. El espejo y la enciclopedia de Borges son contenedores del agotamiento de las palabras que Moreno dictamina en el texto inaugural del libro, cito “...Salir corriendo, huir antes de comenzar a odiarte, no pretender nunca más entendimientos que se agotan en sí mismos tras la pura enunciación, palabras suicidas palabras horcas, palabras hediondas de viejas, como juegos de salón". Hay diálogos con la Pizarnik, desde la cita hasta preguntas en el poema "Es un error esta mi insistencia", dice Pizarnik, en su libro "La ultima inocencia": Cansada del estruendo mágico de las vocales, cansada de inquirir con los ojos elevados, cansada de la espera del yo de paso, cansada de aquel amor que no sucedió, cansada de mis pies que solo saben caminar, cansada de la insidiosa fuga de preguntas…" Moreno en tanto sentencia:”…igual los días siguen lentamente, pasando, no logro hasta hoy reunir las presencias disgregadas. He de morir de cosa así ¿o no Alejandra?

Otras citas también dan pistas de intencionalidades del poema como cuando se enuncian los operativos de lectura e interpretación en "Leyendo Rayuela" o "Breve variación sobre la colonia penitenciaría de Kafka". Y en la disposición de la cita de Camus "Los pobres no recuperan el tiempo perdido", epígrafe del ultimo texto del libro, Moreno engarza con un ethos que recorre con gran intensidad todo el libro, un impulso movilizador romántico, que activa el deseo de tomar, abordar y habitar una realidad inclemente; esa dificultad no logra inmovilizarlo ni menos hacerlo retornar hacia una aislada individualidad, -el contexto puede ser duro- pero el autor arma su retruécano para decirse que “…del placer extremo al dolor extremo”, son valores de la misma ecuación, donde la risa, lo violento y lo maravilloso conmutan indisociables en la voluntad de abrir los ojos.

Hay acá un emparentamiento al texto de Alain Fournier-El Gran Meaulnes-, novela cuyo protagonista Augustin Meaulnes, temerario y heroico sale en búsqueda de la adultez, el amor y la comprensión del mundo. Moreno conoce los textos de Fournier, poeta joven muerto con apenas veintisiete años y cuyo cuerpo fue encontrado tan sólo en el año 1991 en una fosa común alemana tras casi ochenta años ocurrida la primera guerra mundial. Nuevamente aquí la cita es contundente "No hay casa ni padres ni amor, sólo hay compañeros de juegos", del poema El Rito, remata con la imposibilidad de desafiar al tedio y a la nada, que son las manos que bajarán al final el telón.

No podemos desconocer que el autor tendencia una cierta musicalidad de sus textos al adherirles las reverberancias del Jazz, lenguaje de fusión y ensamble por excelencia que elude la pura remitencia a la partitura como una imagen que se mueve desde una pulsación e intensidad propia. La música de Coltrane o Miles Davis es la pintura con que se colorea un objetivo compartido, improvisar palabras, ensayar ejecuciones y ponerse a prueba en las sensaciones. "Ciertos cuadros que consagro por momentos, me salvan de la inacción, que significo a cada instante, una música, un saxo, una guitarra un ritmo tribal o alguna banda sonora de película vista hasta el cansancio, viejas calles recorridas".


La aparición de la palabra como ensayo de aparecimiento del lugar.

Graves Inconvenientes, 2007, es el primer libro de Alberto Moreno. Sin embargo no es el primer Alberto Moreno de la literatura chilena. Así lo consigna la antología Selva Lírica editada por Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, publicada en Santiago el año 1917. Según selva lírica Alberto Moreno era un poeta nacido en Chañaral en Agosto de 1886, y así describen los antologadores su personalidad y su obra: "Es el tipo del verdadero bohemio, su modo atormentado, su manera mística de formular las cosas y el dejo misterioso de su voz grave y lenta palpitan elocuente en su extraña naturaleza de artista, despegado de toda escuela o tendencia literaria, vive su poesía con la fuerza del naufrago, se interna por los vericuetos de la vida espiritual, como una hormiga que prepara sus provisiones para el próximo invierno". Nuestro Moreno actual es menos místico pero no elude su mantra apócrifo para acusar la huida de los dioses, cargada ahora con la llegada de los saqueadores del gesto y las palabras, los hombres de cuello y corbata, funcionarios lobistas y tecnócratas que ven hasta en las piedras la posibilidad de hacer otro negocio.

El autor sentencia "Asesinan roban ocultan mienten niegan estafan atropellan burlan despojan vulneran destruyen aniquilan falsean disfrazan marginan y se llenan y se ríen".

Leer GRAVES INCONVENIENTES es hacer un emerger un territorio personal indeterminado, bajo el signo posmoderno de la angustia y el desanimo, sin embargo nos propone el festín de la palabra como la posibilidad celebratoria de la vida, como necesario derroche comunicativo, porque lo que se ha propuesto en estas tierras es cancelar la viabilidad del lenguaje como flujo de intercambio. Recluir al poeta en su pura función estética y desmovilizar así las necesarias nombradías que atizan las palabras y le retornan su capacidad transformadora.

Así como el retorno del Alberto Moreno de Chañaral se filtra sin quererlo en la aparición de estos textos, el Alberto Moreno de hoy nos da noticias de Graves Inconvenientes para pensar una relación incómoda y desestabilizante entre SER público y ciudad INTIMA o viceversa. Si la palabra no sirve para escamotear la desventura o la tragedia, creo no sirve para nada. Otro argumento para hacerle un lugar a esta palabra / otro indicio de que la poesía si tiene sentido. Los dejo invitados a tomar el arma.

Junio 22, 2007, Santiago



 

 

 

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