Conticinio, en la huella decimista, por Carolina Grekin Garfunkel. (Editado por Las
Tentaciones de Penélope, 114 páginas, diciembre 2024, Isla Negra, Chile)
Conticinio es un libro escrito en décimas por Carolina Grekin. Es la segunda
oportunidad en que la autora se atreve con un estilo muy poco usual en estos tiempos, y
sobre todo, en la escena cultural de esta loca geografía. Con un dominio admirable del
lenguaje y de la técnica escritural, nos invita a visitar la realidad local —y también de un
poco más allá— a través de sus versos y rimas cargados de sapiencia, agudeza y fría calma,
como los de una observadora que ha entrado y salido del túnel del tiempo, y que, tras
muchos años, regresa de ese viaje a comunicarnos ciertas cosas que ha visto sobre nuestra
atribulada sociedad. Evocando al filósofo de El ser y la nada, cuando sentencia que "el
infierno son los otros", aquí podemos intuir algo de aquello, pero también podemos decir
que en este libro asoma la otra cara de la moneda, esa que señala (a favor de la humanidad),
que a fin de cuentas, nadie se salva solo, y que la tribu, el clan —o la comuna— son entidades
flexibles, adaptables y con capacidad evolutiva, siempre y cuando ejerciten la autocrítica, y
conversen desde la honestidad, lejos de las viejas banderas y las recetas ya fracasadas.
Conticinio transporta una voz original, con sentido propio de la palabra y del acto
comunicativo; estos versos son como aforismos y estiletes. Punzantes, agudos, nunca
complacientes. Tomando distancia de las modas y los activismos gremiales que inundan la
escena literaria, esta “decimista”, se larga por cuenta propia, por su cuenta y riesgo.
Conticinio (momento que señala la hora más oscura de la noche) no es una lectura fácil, ni
rápida. Es una obra que exige atención, sosiego, silencio. Y estar dispuestos a escuchar algo
realmente singular, fuera del cliché, pero, sobre todo, lejos del guiño autocomplaciente. He
allí una primera gracia, y un desafío.
Fragmentos de "Conticinio"
Presentación
La décima no es poesía
sino un género total
literario en su cabal
exigencia en demasía
que le rinde pleitesía
a una muy estricta rima.
Quien a la musa se arrima
buscando la inspiración
ejercita sumisión
sin que la regla lo oprima.
En la huella decimista
junto al folclor y el humor
estrofas de otro tenor
no por ello pesimistas
quieren dejar a la vista
su propia visión del mundo,
de esta vida y supramundos
sin pretender exprofeso
que se le estruje su seso
con un pensar más profundo.
En el arte del nadear
creo ser una maestra;
de niña he sido diestra
en el arte del vagar
por las redes del pensar
aunque no siempre resulta
revelar verdad oculta
sino más bien un revuelto
que nunca queda resuelto
y que a mi orgullo sepulta.
Si con tal mala memoria
debí luchar en la vida
es una verdad sabida
que no recuerdo mi historia,
y así caen en la noria
los muchos libros leídos
vueltos textos desvaídos
aunque las ideas mismas
se hicieren valiosos prismas
que un ver mejor me han traído.
Del diecinueve me hice
de los siglos fan primera
pues leí lo que quisiera
mi antojo como quién dice.
Sin nadie que supervise
la lectura que le enseña
a esta niña tan pequeña
sobre culturas diversas
y situaciones adversas,
deja atrás su alma isleña.
Su país se hizo el mundo,
y la palabra las alas
que devinieron las galas
que celebran lo profundo
escondido en un segundo
y el misterio existencial
de la vida más trivial.
Ni escenas ni personajes
ni memoria de sus viajes,
sólo el verbo como tal.
Ése, el verbo enriquecido
que supo encontrar manera
de acompañarme a la vera
del camino recorrido
como amigo fiel que ha sido.
Silencioso y elocuente,
oportuno y convincente,
es la voz del sentimiento,
el suelo del pensamiento
que construye mi presente.
Es en la noche profunda
cuando hasta los perros callan
que las palabras estallan
en nuevas rimas fecundas
como imágenes oriundas
de la esfera de las musas.
Y sin que medie una excusa
me dispongo a transcribir
entregada a recibir
desde la cósmica esclusa.
***
Entre el ser y el existir
Entre el nacer y el morir
se vive la existencia
siendo ambas experiencias
necesarias del vivir
que no termina al partir
de este mundo terrenal.
Nacimiento celestial
que se abre a un largo viaje,
como un intenso pasaje
al hogar espiritual.
El nacer, morir, amar
son tres misterios profundos
para quien a este mundo
un día vino a parar,
y es cosa suya pasar
entre el error y el acierto
como durmiendo o despierto.
Mas, desperdicia su vida
si la lección recibida
la lleva cual peso muerto.
También para su existencia
es la alegría y dolor
de suyo test superior
entre todas sus vivencias
cuando hace un alto en la urgencia
para entrever las lecciones
que le ofrecen sus acciones.
Es cada instante la Tierra
escuela donde se yerra
y se escriben los guiones.
Nadie está libre de errar
es como hacemos camino
en el labrar el destino
que acompaña nuestro andar
entre el llanto y descansar
del agobio del dolor,
de la vergüenza y temor,
desde que se nace a la Tierra
hasta que el cuerpo se entierra
cual ropaje sin valor.
Ante el misterio evidente
plasmado ante nuestros ojos
que no requiere de anteojos
y nos golpea de frente,
¿qué se piensa y qué se siente?
El orden, ritmo y secuencia
rigiendo nuestra existencia
¿vendrán de fuente casual
o de voluntad causal?
Tiene el pensar preeminencia.
“Se hace camino al andar”
no es una frase cualquiera
y quién de su saber quiera
ha de ponerse a pensar.
De un profundo cavilar
le llega la recompensa
como luz que, en esta densa
oscuridad en que vive
al alma que no percibe,
muestra ahora senda inmensa.
En el eterno fluir
del Yo-esencia que yo soy
existo por donde voy
del continuo ir y venir
que llamamos el vivir
como un ego que se siente
importante residente
con derecho a gobernar
sobre cielo, tierra y mar
depredando lo existente.
En el camino se olvida
que es sólo virtualidad
lo que cree realidad,
y que sostiene su vida
una esencia compartida
entre lo humano y divino.
Si no recuerda a qué vino
a la Tierra que lo acoge
siembra males y recoge
dolor y tuerce su sino.
De la nada surge nada
y del todo surge todo
agua y tierra crean lodo
y del lodo levantada
nace planta inmaculada,
mas no el hombre o la mujer
que en el error va a caer
mientras la tierra le acoja
y mande su sangre roja
cuando no escucha a su ser.
A la tierra amortajada
su vestidura mortal
vehículo terrenal
que cumple misión sagrada
de servirle de morada
al ser eterno que arriba,
soplo divino que aviva
en lo muerto lo vital
en tanto que como tal
a la consciencia la activa.
Cuando se honra a los muertos
cuidamos la dignidad
y con ecuanimidad
olvidamos los entuertos
más otros asuntos ciertos
que pudiesen enlodar
con saña al atacar
a quien ya dejó esta tierra
que en el error nos encierra
pero nos puede enseñar.
Mientras no sea el amor
sino la necesidad
que ata a la humanidad
con su carga de temor,
de pérdida o de dolor,
no encontraremos la paz
en el alma, que incapaz
de salir de su egoísmo
camina hacia el abismo
con su ánimo rapaz.
¡Cómo se sufre viviendo
hasta que no puedes más!
Y si no te ves capaz
deste modo ir aprendiendo
mejor que vayas sabiendo
que en tanto te vuelves sabio
dejas atrás el resabio
de tu actuar por ignorancia
y es menos errar, ganancia,
si usas certero astrolabio.
“Lo que niegas, te somete,
lo que aceptas, te transforma”
y cada día en la forma
en que tu alma acomete
con voluntad que arremete
desafíos del destino,
cada nuevo desatino
deviene pura enseñanza.
Un mensaje de esperanza
para no ser un cretino.
En caso de no pensar
puede ya dormir la siesta
de este modo están de fiesta
los que quieren manejar
la consciencia popular
y al mundo usted mirará
como el poder lo querrá
y si hoy cree que vive,
un error lo que percibe
porque en un sueño estará.
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Carolina Grekin Garfunkel. De padres inmigrantes, originarios de países inexistentes, en su época territorios en perpetua disputa y actuales Bielorrusia y Moldavia, esta chilena de primera generación, nowhere woman de mentalidad libre de fronteras geográficas, ideológicas e incluso estilísticas; economista de aquellas que estudiaron gratis en la Universidad de Chile sin verse obligada a endeudarse de por vida; madre, abuela y hoy escritora, Carolina Grekin se instala en la costa central a vivir su sueño: dedicar las jornadas al ocio creador. Escribe relatos y poemas que decantan sus vivencias y exorcizan sus demonios; publica en 2012 su libro de relatos Atrapasueños, en el balneario de El Tabo. Ya instalada en Isla Negra, escribe una novela en clave poética, La sombra y la gracia, aún inédita.
Por una sugerencia de la poeta Eugenia Brito, elige, entre varias expresiones de la poesía popular, contener en la forma décimas sus observaciones y pensamientos sobre la realidad nacional, estimulada por el aire puro y el fluir de lo cotidiano sin prisa ni tensión. Así, su creatividad se alimenta del susurro oceánico y la marina inmensidad siempre distinta y nunca predecible abierta a los cielos y a los vientos, para exponer su aguda y descarnada aunque esperanzadora visión de la sociedad actual y del ser humano en su derrumbe y caída, y un posible camino de superación. El 2020 aparece su primer poemario, Décimas.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
"Conticinio", en la huella decimista, por Carolina Grekin Garfunkel.
(Editado por Las Tentaciones de Penélope, 114 páginas, diciembre 2024, Isla Negra, Chile)
Selección y notas, Alberto Moreno