“Nadie puede ver más allá de sus propios ojos” nos dice el autor de este poemario donde dialogan dos textos poéticos: Antes del fin y Quebrado. Obra poética de Moreno de profundas interrogantes, en donde los seres sociales emprenden sus propias luchas en estos tiempos de sometimiento y barbarie.
La escritura es un ejercicio que nos permite indagar en las esferas más profundas del ser humano, el discurso poético construye paisajes donde los sujetos se buscan y se interrogan constantemente, esta construcción literaria trata de explicar nuestra existencia de diversas formas. Aquí la estética crea imaginarios que no solamente dan cuenta de la vida de quien escribe, sino también del entorno social y cultural donde todos y todas nos situamos, y es en este espacio artístico donde se instala el discurso poético de Moreno.
Antes del fin es una acción poética en sí misma, una suerte de vigilancia de nuestras acciones y del control que muchas veces provocan en nosotros y nosotras ciertos hechos que están dados en una cotidianeidad que nos interroga y cuestiona desde la subjetividad del ser, desde las simbologías poéticas y desde la memoria, como elementos que subyacen en el presente y un pasado que se muestra, a través de las propias huellas de la historia.
En esta búsqueda, Moreno va construyendo un tejido escritural a través de la integración del verso y la prosa para enunciar hechos y situaciones que han marcado la historia de la humanidad y que nos retrotraen hacia espacios vinculados al ser y sus encuentros y desencuentros, esperanzas y desesperanzas, memorias y olvidos, oscuridad y luz; todos estos elementos nos invitan a la reflexión y la crítica de una sociedad que cada día es más hostil.
En Quebrado hay un claro cuestionamiento al tiempo existente, a lo sistémico, a esta vida fragmentada donde vivimos invisibilizados como seres humanos que no disponen del tiempo para reflexionar y pensarnos desde una visión filosófica y existencialista. Las relaciones sociales muchas veces se ven perturbadas porque carecen de sentidos perdurables en el tiempo. En estas páginas la búsqueda de ideales queda de manifiesto a través de un discurso literario que posesiona la palabra poética como un todo, dispuesta a mostrarnos el camino posible, desde símbolos, musicalidad y emociones que se expresan en nuestro ser histórico.
El poeta Moreno a través de diversas simbologías recorre en el lenguaje una sucesión de imágenes que van describiendo, el suceder del ser de lo primitivo a esta segmentación descomunal, donde se nos presenta el ser como una persona esclava de su tiempo, sumido en la desesperanza y el caos existencial de estos tiempos.
Julia Kristeva nos dice: “La experiencia cotidiana parece demostrar una reducción espectacular de la vida interior. ¿Quién sigue teniendo un alma en nuestros días?... presionados por el estrés, impacientes por graves gastos, por gozar y morir, los hombres y las mujeres de hoy prescinden de esta representación de su experiencia que llamamos una vida psíquica. El acto y su doble, el abandono, sustituyen a la interpretación del sentido”.
Bajo este escenario la escritura se proyecta como una herramienta sanadora, como un elemento necesario para cuestionarnos todas aquellas situaciones de vida en donde los sujetos son anulados por la abrumadora mecánica de la subsistencia, en donde el ser humano permanece ausente y muchas veces indiferente a lo que debemos enfrentar en el día a día y es allí donde la palabra se eleva en lo más relevante para justificar nuestra existencia, por eso no puede prevalecer el silencio olvidando al otro, necesita que se escuchen, se sientan y se miren.
El poeta nos dice: Moverte hacia un lugar / donde puedas escuchar/ el silencio/ sin negar u olvidar el arrullo/ de las palabras.
Las máscaras impuestas por el sistema nos llenan de imágenes sin sentido. Rescatar el valor del ser humano, es el gran desafío que se ha impuesto el poeta denunciando todas aquellas cosas que le parecen injustas, desnaturalizadas. Es así como las palabras transitan desde el dolor y la soledad, se defienden y luchan por dar sentido a la existencia, desde el amor a los hechos históricos que liberaron algunas cadenas en busca de solidarizar con el grito o la resonancia de la naturaleza, a pesar del dolor de la tortura y la animalidad del torturador.
Cito: “Tus pasos en medio de la noche/ en una calle solitaria/ donde –por un instante-/ sólo estás tú”.
Existe una articulación dual de versos y prosa y una versificación que abre la puerta de la emoción, al susurrar en nuestros oídos que tu dolor es el dolor de todos. Cito:Salir a la calle descalzos/ respirar profundo/ y abrazarnos/ a la nada/ creadora.
Qué haremos antes del final cuando el tiempo es la patria de nuestras existencias, él nos va secando la vida nos va enmudeciendo, nos arrastra al deterioro de la palabra y nos deja prisioneros del viento será tal vez la señal de ir al cielo, porque como nos dice el autor: “Dejar hablar al viento/ quizá sea la señal / para vislumbrar un día/ tu cielo”.
Más allá de todos estos enunciados la poesía se nos presenta como un canto a la vida, trasciende más allá de estas impiedades que nos golpean la emoción y vence al olvido, porque “Siempre un poeta canta entre los muertos”.
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Presentación de "Antes del Fin" y "Quebrado", de Alberto Moreno
Por Isabel Gómez
