"MUJER: NUESTRA PIEL ANCHA DE FUEGO"
de Ana Rosa Bustamante
Prólogo de Omar Lara
Si hubiese que caracterizar en pocas palabras la poesía de Ana Rosa Bustamante algunos conceptos obligados serían: intensidad, experiencia, dominio del lenguaje, coherencia entre el discurso y la actitud íntima para expresarlo y definirlo en la palabra precisa.
Se trata de una poesía fuertemente anclada en la realidad, en que los elementos históricos sociales y personales se funden y dialoga con armonía, con severidad y con cierta opulencia expresiva. Cuando decimos realidad nos referimos a todas las posibilidades de ejercer una vigilancia y una puesta en escena de la palabra en torno y en función de las sugerencias que recibe de un entorno, aun cuando esta pueda henchirse de las innúmeras posibilidades que le ofrece la imaginación y la fantasía. Imaginación y fantasía que, sin embargo, no se exasperan ante esa oferta expresiva sino que se complacen en descifrar acertadamente las posibles ambigüedades de esa relación.
Aprecio en la poesía de Ana Rosa también su fuerza, su constancia en la búsqueda y lo que veo como una epifanía de la libertad. La poesía de Ana Rosa es libre, es poderosa, es sensual en el sentido más pleno y liberador de la sensualidad: la sensualidad de la mirada, de la recepción de los fenómenos del mundo, del goce en la forma y la actitud de instalarse en el mundo.
Muchos de los versos de esta poeta son de los más sugestivos, audaces sintácticamente y complejos en la acentuación de las materias poetizadas que he leído en la poesía escrita últimamente de poetas sin divulgación escrita amplia. Poesía sosegada y turbulenta, contenida y explosiva, ella es bastante más que una promesa, es una realidad que ojalá encuentre el cauce y las posibilidades de darse a conocer a un público mayor. Lo deseo sinceramente.
Marzo de 2007