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SONETOS A FALTA DE PROFECÍAS

Américo Reyes Vera


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Por otra parte, hay que destacar la maestría del poeta Reyes en el uso de la métrica. De su mano han salido versos medidos de total coherencia poética, desprovistos de todo ripio, de esa rima fuera de lugar que empuja a  quien escribe a casi no decir o a decir cualquier cosa. Con relación a esto, el ritmo personal del poeta ha sido traspasado a versos octosílabos, a versos endecasílabos. Sus sonetos, por ejemplo, son sorprendentes y traen consigo una seguridad poco común en su construcción.

Lorenzo Peirano

 

 


EL DON CEBADO

Mancados con la esperma y el marfil 
no a mi sin par amor sobrevivieron, 
millones y millones se perdieron, 
¡ah mis hijos, a vistas del candil! 

Muchachotes etéreos, no supieron 
ni del bien ni del mal ni del añil, 
ni que luego de marzo llega abril, 
y entre pasmo y espasmo perecieron. 

¿Dó se perdió el timón, en qué entretuvo 
la carne su ansiedad cuando ardor hubo? 
(Mas a dar la respuesta no me animo). 

¿Por qué de hijos tan vivos y tan muertos 
sólo queda el manchón donde me acuesto? 
(¡Que la pregunta pene en el camino!) 

 

 

MORENAZO

De ese morenazo que cumbias baila 
las miradas más lúbricas no quito, 
y aunque no le hago al pito, más de un pito 
fumaría con él, por si despaila. 

Rociada hasta la cuña está mi vaina 
cuando exhibe jocundo ese pasito 
de bailarín señero y tan bonito 
en su donoso afán que nunca amaina. 

De tal manera el cuerpo lo menea 
que mi comezón toda se derrama 
sea en crudo espesor, o aguada sea. 

Y mi sexo que bien arma esta trama 
de ningún desconsuelo ya alardea 
si a dar el morenazo va a mi cama. 

 

 

SONETO A LO QUEVEDO

Érase una señora un tanto urgida 
junto a su galancete de segunda 
catándose entre sí para que cunda 
la apetencia, por ambos consentida. 

Cano él, con su panza desabrida 
y ella con su garganta bien profunda 
apuros apurando, la iracunda 
fatalidad torcióles la partida. 

Aqueste catre honroso, deshonroso 
muestra en pronto su laxa decepción 
y donde antes vigor, hoy lo penoso. 

Señoras que me oís: ved la lección 
de tan infausta historia, y en lo mozo 
con lo añoso buscad la explicación. 

 

 

SONETO A LO NERUDA

Pescador, las redes que a ti entrego de prisa 
llegaron a mis manos esta noche en un verso 
cuando dormía aferrado a tu cuerpo estival 
que no era sino mi propio cuerpo pajarero. 

Ungió el viento del sur los lánguidos veleros 
y hasta mí llegó el susurro de los húsares muertos 
que vaciaban nocturnos las cubas del estribo 
con la sangre del pueblo al crepúsculo vertida. 

Las vendimias te entrego, y el calor sibilante 
del malecón sideral donde dejaste el barro 
que te dio consuelo, esperanza y despojos. 

Acércate, verde pescador, a mi farol de algas 
y recoge al niño que no creció con mi sombra 
sólo por darte frescas las uvas de su canto. 

 

 

ARRIBA DE LA PELOTA

Cuerpo de hombre que malversó canciones 
y que encontró al alba el fruto soñado 
y que triste o alegre o rechazado 
el más vital ahínco en beber pones. 

Cuerpo de hombre cabal que con arpones 
de acero al sol, del surco bienhadado 
sacas el pan y el vino codiciado 
por gargantas que aportan nuevos sones. 

Así pasas el tiempo, carretero: 
empinando botellas por doquier, 
y en el placer fugaz cantando entero. 

¡Oh sed! ¡Sed de ganar y de perder! 
Del mundo, hombre veraz, cuerpo primero: 
¡lo incomprensible habrás de comprender! 

 

 

UNA LEYENDA

Ésta sí que es leyenda, compañero. 
(No así tus lloriqueos de poeta 
que por llevar la contra hacen de yeta 
y obligan a partir siempre de cero). 

Pues bien: El muchacho con su escopeta 
apuntó y dijo: A todos aquí espero, 
aunque de todos sólo a ella quiero. 
Pero luego reinó la paz inquieta. 

Porque ella no llegaba: ella era fría. 
Con su candor supuesto, su falsete. 
¡Lágrimas yermas su alma resistía! 

Él ofrecióle entonces su billete. 
Y ahora están tan juntos: cada día 
ella diciendo ¡QUÉDATE! y él ¡VETE!

 

 

LAS PRÓTESIS DENTALES…

Las prótesis dentales, recién hechas, 
cuño tienen de falsa mordedura:
el choclo de placer pasa a tortura, 
y entre reír o no, casi no hay brechas. 

Sí resulta tirado de las mechas 
el que por bravucón o caradura 
mordió piedras, pació la razón pura, 
y hoy solloza sobre carnes deshechas. 

Sin embargo es lo que hay, pues lo postizo 
por fortuna lo viejo troca en nuevo 
y a empezar otra vez es el aviso. 

A darte este consejo es que me atrevo 
ya que el tener mi edad me da permiso: 
cuida bien de tus dientes, caro efebo. 

 

 

UN HUASO EN LA CAPITAL

A Santiago yo fui por ver qué había 
de bueno para un hombre como yo 
pueblerino y mamón, que no sabía 
que Santiago es Santiago... ¡por favor! 

Lo primero que vi fueron arpías 
robándole a quien fuera el corazón, 
gritándole a quien bien les sonreía, 
vendiendo bagatelas de ocasión. 

Tris que mi billetera fuese hurtada 
por flaites sin prestancia ni decoro 
que de hallar no hallaron ningún tesoro. 

De vuelta en Curicó, su paz o nada 
por coraje le asigno de poeta. 
¡Así se salva quien cachete aprieta! 

 

 

PÉRADAM

Cuando todos preguntan yo respondo, 
cuando todos responden yo pregunto, 
cuando todos aplauden yo me asusto, 
cuando todos se abrazan yo me escondo. 

Cuando todos saliendo van del fondo 
en el fondo del fondo yo repunto, 
cuando todos un SÍ veneran juntos 
a mí me nace un NO desde lo hondo. 

La vez en que a morir todos se apuran 
nadie tal como yo siguiendo vivo, 
y muero cuando los demás perduran. 

Mientras todos en tránsito lascivo 
dánse entre sí berrinche con ternura 
aires me doy de solitario divo. 

 

 

ESCORPIÓN

Y ya que un hombre hermoso me ha embrujado 
y que otro más bien feo me reclama 
a los dos cobijélos en mi cama 
que ambos, Eros, son hombres: mis amados. 

Ni el hermoso ni el feo han defraudado 
del caluroso menester las ganas 
y han puesto brillo nuevo en estas canas 
que, sabias, todo ya lo han perdonado. 

Así aprendí esta vez a ser amigo 
del “quédate y verás”, del “toma y goza”, 
¡sabrosas son las brevas y los higos! 

Que vale igual un yuyo que una rosa 
cuando se trata de buscar abrigo 
para el alma y el cuerpo. ¡Así es la cosa! 

 

 

TRES SONETOS PARA MI MUCHACHO

I

“Mi muchacho” llamárate por gloria 
de mi insistente necedad, sombría, 
matizada con penas y alegrías 
que sumándolas todas son mi historia. 

Ay del amor que come de su escoria, 
ay del que no en placer, sino en porfía 
acaba por gestión de la agonía 
con tanta sed tan cerca de la noria. 

“Mi machito” por vicio te llamara 
de mi esplín de poeta un tanto lacho 
que a su propia pasión pone alta vara. 

De mis versos el único que tacho 
es aquél que a ti menos te agradara 
mas te sigo llamando “mi muchacho”. 

 

 

II

Te vi bailar desnudo y provocaste 
en mí tanta efusión, tanto alboroto 
que hasta el día hoy conservo roto 
de mi aliento el soplido, por mirarte. 

Luminosa, tu juventud me baste 
así muera mil veces con el voto 
de mirador voraz, puesto que broto 
en el mismo lugar donde bailaste. 

Y si adivinas lo que tu desnudo 
cuerpo llegó a lograr con su vaivén 
no tanto como ciego, sino mudo 

dejarme –entre zozobra y parabién– 
yo por tu desnudez al fuego acudo. 
Y bendito sea tu baile. Amén. 

 

 

III

Lo que los tontos hacen con lo cierto 
falsedad otorgándole y malicia 
es lo que intento hacer con mi codicia 
de ti, y prendido quedo en el intento. 

La verdad es a veces puro cuento 
cuando el don de los sueños nos envicia. 
Sólo mi amor conviértete en delicia 
y siempre a tus caprichos quedo vuelto. 

Pero la moralina y el desdén 
a nuestros planes ponen en aprieto 
trocando bien por mal y mal por bien. 

Tú preguntas: ¿Y si la pata meto? 
Te respondo: ¡Culpable soy también! 
¡El porte del pacer está en su veto!

 

 

MACHITO MAMÓN

Mire cómo me vengo en el anverso 
de este soneto gris, pobre chamullo, 
de su “hétero” desprecio y sin su arrullo 
¡yo, que no pecaría de converso! 

Mire cómo lo ignoro en estos versos 
no obstante habrán de ser por siempre suyos 
…mas cual rosa que muere en sus capullos 
agitada en sus tonos más perversos. 

Cuido que este soneto no lo nombre 
–así llegue la noche y tenga frío– 
pues ya cedí a su calentura de hombre. 

Jamás fue mi intención armar un lío 
para no herirle a usted, aunque se asombre 
de perderme. Su problema, no el mío. 

 

 

¿QUÉ ES LA POESÍA GAY?

I

¿Qué es la “poesía gay”? ¿Cuál su destino? 
¿Será la que los mismos gays escriben 
aunque sea de cosas que no viven 
sólo por comprobar de su arte el tino? 

¿Y si achispados con ajeno vino 
los “héteros” sagaces bien reciben 
de la copa el licor en donde estriben 
versos del otro lado del camino? 

Ballenato, salmón o pejerrey: 
el poeta en su mar se ahoga o nada, 
¡y su estrella ensombrecer jamás debéis! 

Ya en el amanecer, o en noche entrada, 
su rigor dan las palabras y su ley: 
poesía a secas, por afán ganada. 

 

 

II

Hablemos de poesía, por lo tanto 
hablemos del primor, de la alegría 
por despertar al ave que dormía 
en el silencio presa y el quebranto. 

No del palabrerío que es espanto 
ni del barza que vil pretendería 
hablar por los demás: en él porfía 
hay, y vanidad, no el natural canto. 

Del alto mirador, los arrabales, 
de ruca y de mansión, de la oficina, 
de cárcel y taller cantores salen. 

Y ni un pueblo a luchar cuando se anima 
al vate la cerviz jamás cortále, 
y a su eterno motín, tris que lo arrima. 

En lo íntimo procaz, en los modales 
furtivos de cualquiera en una esquina 
nace un himno y te dice cuánto vales. 

 

 

LOS MILAGROS DEL PRESENTE

Para Delfín Prats Pupo 

Las alas que volando no se gastan 
habrán de ser siempre alas verdaderas, 
más sabias que la sabia primavera 
y, por ley del destino, siempre castas. 

Desnuda lis, ninguna altura basta. 
Tal mi vuelo, que en plenitud se viera 
blandiendo mil catástrofes por fuera 
como por dentro, y sin embargo canta. 

Alas mías de noble resistencia 
y guardianas del vuelo persistente 
donde hasta lo más vil pone su esencia. 

En tanto yo con mi poesía cuente 
bando no habrá que pueda, credo, ciencia 
privarme de mi cielo y su relente. 

 

 

CONTRASONETO

Ah, qué insensata cosa es el soneto 
con sus catorce versos, sus tarimas, 
sus estrofas dispares y sus rimas 
entre cuartetos presas, y tercetos. 

Yo en tales tonterías no me meto 
así sea de Lope el don que anima 
a subirle al aedo la autoestima 
lacrada con rigor y gozo quieto. 

De todas las banderas, por bacante, 
escojo la que pueda izar mi pluma 
pendenciera y soez para el que aguante. 

No codicio sino la cima suma 
que límite no ponga a lo que cante, 
y a granel reverdezca, como espuma. 

 

 

MI CAPRICORNIO
(sonetín)

Cuando los bares visito 
en aras de una sed cierta 
y el mozo aguarda en la puerta 
pensando en ti voy, Bonito. 

En pos del vino bendito 
encubro la herida abierta 
que tu besar en mi yerta 
boca forjó, cual delito. 

Mas tu recuerdo me dopa 
y armado de sus cadenas 
sobre mi frente galopa. 

A pulso paso las penas 
bebiendo copa tras copa...
apenas, Bonito, apenas. 




 

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