Existen rutinas perniciosas como drogarse y beber en exceso. Experiencias que van empeorando a pesar de ser un lugar común para ejercitar los sentidos. La adicción será su peor faceta e implica que tras cada exceso la cima es ínfima y la caída interminable. Sísifo empujando una roca, donde la gravedad provocará un mayor desgaste a través del tiempo.
Si el sujeto se lava los dientes todavía hay salvación.
Irse de juerga supone ponerse en movimiento, ir de un bar a otro y caminar hasta aterrizar en un motel. Dormir será necesario cuando luego de cruzar cientos de calles quizás vuelva a ese punto de partida.
Se ducha a diario y todavía puede salvarse.
En el viaje no ha aprendido un ápice, aunque se relacione con especímenes realmente extraños. Algo se activa en el cerebro y genera ideas en el subconsciente.
Continuará con vida por la mañana al desear una taza de café.
La gente de las calles busca alimentarse de los vicios de los demás. Es un ecosistema de suma cero, donde hay individuos que despilfarran dinero y otros que acuden a recogerlo. Transacción del tipo mercado de frutas y verduras, nada de lo que se comercia será particularmente oneroso.
Pasado el mediodía deberá reunirse con un amigo.
Operaciones en efectivo de carácter anacrónico. Otra forma de entenderlo supondrá clientes para los que el dinero carece de importancia, sujetos para los que adquirir bienes les resulta difícil, ya sea por inconstancia o porque no valoran emociones ajenas.
El amigo lo invita a almorzar en su propiedad.
Podrán enamorarse alguna vez, pero esa energía supone un gran esfuerzo y muchos años para lograr empatía. Hay un problema de compromiso porque esos sujetos no producen bienes importantes para la sociedad.
Logrará salvarse sosteniendo una conversación de sobremesa.
El capitalismo podría entenderse como un constructo para evitar la muerte, la noción de que mientras más produce la sociedad mejor está, el espejismo mediante el cual cada individuo acapara mayor cantidad de bienes para esquivar el destino de todo mortal.
El sujeto ha acumulado anécdotas en sus incursiones nocturnas.
Subyace la idea de que todo en la vida debe ser traducido en dinero. El amigo está felizmente casado y posee una familia numerosa. Ya ha pagado más de la mitad de la hipoteca. Se entretiene con el sujeto debido a que en el trabajo está cansado de hablar de automóviles y de casas en la playa.
Las mujeres con que sale quieren formar una familia.
El amigo está de vacaciones y lo invita al cine. Escogen una película cuyo título es Días perfectos. La trama versa de ejecutar bien una actividad, por menos lucrativa que sea, en realidad se trata de la suma de rutinas que conforman la vida de un hombre.
Lo seducen hasta la médula con sólo conversar en un bar.
El amigo no entiende la película, le parece deprimente que el personaje limpie retretes en la ciudad de Tokio. El sujeto en cambio está maravillado con ese protagonista de su propia vida, que sabe lo que quiere, aun cuando su trabajo no sea apreciado por otros.
Tras algunas citas quieren controlar su vida.
El sujeto es un animal nocturno. Hace lo mismo cada fin de semana. Acude a bares para conquistar una chica, pero en realidad le gusta beber y a veces drogarse.
Sus parejas en la vida real jamás han estado orgullosas de su oficio.
En cuanto cae la noche el sujeto enciende su computador y escribe historias descabelladas. Le gusta plasmarlas en papel y en cierta forma eso le da un propósito.
Anhela conocer a una prostituta que estudie literatura.
Ha escrito alguna novela, pero jamás ha ganado un premio literario, en ningún caso ha obtenido recursos financieros a partir de sus obras.
Su rutina básica será escribir y encontrar a alguien para compartir la vida.
Llega el minuto en que desea tranquilidad para superar algunos vicios, en esos momentos adopta una postura de ostracismo. Necesita pensar y no preocuparse de acumular bienes materiales. Tampoco colecciona libros y sus cosas caben en un bolso deportivo.
Busca a una mujer que valore su manera de ser. Una búsqueda que emprende una y otra vez a pesar de su falta de empatía.
La idea de acumular bienes para eludir a la muerte le parece extraña. Sólo requiere de su computador, pero sabe que esa mujer no existe, que debería tener al menos una casa para compartir con esa alma gemela que conocerá en una esquina.
Los actos del sujeto no generan ingresos monetarios. La sociedad no valora los libros y a veces pierde energía y se acuesta sin lavarse los dientes.
El tipo es amable, pero su falta de realismo hace sufrir a sus parejas. El único proyecto que le interesa está relacionado con la trascendencia. Vencer a la muerte, pero sin acumular riquezas. Algunos amigos esperan que le regale sus libros y eso tampoco será entendido por una mujer.
La escritura lo salva de la locura extrema.
Esa amabilidad con gente de una sola vez le genera satisfacción. Una conversación seguida de una noche de sexo. No implica mucho dinero al no buscar perpetuar la especie. Consciente de que su anomalía es difícil de entender.
Sólo necesita empatizar consigo mismo.
Al final la muerte medirá el fruto de las decisiones. Unos preferirán escribir una biografía y otros elegirán dejar algo para sus hijos.
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Por Aníbal Ricci