«Paisaje de invierno.
antología», de John
Berryman.
Edición y traducción
de Armando Roa Vial.
Descontexto Editores.
Santiago, 2018.
144 páginas. Por Jessica Atal K. Publicado en La Panera, N°101, enero de 2019
Recién dan la noticia. La antología de John Berryman (1914- 1972), «Paisaje de Invierno», editada y traducida por Armando Roa Vial, gana como Mejor Traducción según el Círculo de Críticos de Arte. No es para menos. Significó todo un desafío para Roa Vial: “Ha sido la traducción más difícil que he hecho por las mezclas de lenguaje, desde el inglés culto y el slang y es, sin duda, mi traducción más personal”. Además de ser un reconocido poeta, Roa Vial se desempeña en el ámbito académico y también como traductor de clásicos de la literatura anglosajona como el «Beowolf» y la poesía de Ezra Pound, Thomas Hardy y Robert Browning.
No es difícil entender la fascinación frente a Berryman. Éste perteneció, dice en la nota preliminar, “a una generación trágica, marcada por hondos conflictos afectivos y turbulencias existenciales”. Otros autores de su época fueron Robert Lowell, Anne Sexton, Delmore Schwartz y Sylvia Plath, quienes compartían el tono confesional y la “experiencia testimonial” de una poesía asfixiante y salvadora. No hay máscaras ni censuras al retratar ascensos y caídas, no se desdibujan los peligrosos lugares a los que se asomaban, no se esconden miedos ni valentías que se confunden, a veces, a la sombra del suicidio que, de hecho, atormentó a Berryman hasta terminar arrojándose desde el mismo puente en Minneapolis donde su padre había acabado años antes con su vida.
Berryman, afirma Roa Vial, “es el gran trágico de la poesía estadounidense”, y este trabajo significó “conversar con un amigo: el suicidio, la búsqueda desesperada de absoluto, el humor cáustico, la música, todo… Empecé a reescribirlo en mi propia poesía y de ahí derivó en la traducción”. Es un poeta muy seductor y es imposible no turbarse con sus versos: es como internarse desnudo en el mar sin saber si seremos capaces de regresar a la orilla. Un acorralamiento, a veces, pero también un mapa en el propio camino es en lo que se traduce su poesía.
“En un país de ganadores, Berryman hace una época de la derrota, con mucha ternura, sin quejumbre, y eso es muy bello”, termina por afirmar Roa Vial. A todas luces, un libro poderoso, imprescindible y generoso en cuanto a la publicación de la versión original del inglés al lado de su traducción.
Despedida como Descenso
El sol trepó por el cielo mientras el taxi volaba;
era de mañana y había una suerte
de fiebre en el reloj. Llegamos al terminal de Waterloo
con tiempo de sobra pero no pude encontrar la vía férrea.
El sabor amargo del café en una pequeña cafetería
nos invitó a la conversación. Cuando el tren
se puso en marcha, te vi apartarte y desaparecer;
entonces los vasos sanguíneos de mi cerebro
reventaron, el tren rugió, los pasajeros
saltaron envueltos en llamas, ardiendo en el aire,
Che si cruccia, y escuché a los demonios blasfemar
y aullar con alegría en ese lugar ajeno a la plegaria.
Parting as Descent
The sun rushed up the sky; the taxi flew;
There was a kind of fever on the clock
That morning. We arrived at Waterloo
With time to spare and couldn’t find my track.
The bitter coffee in a small café
Gave us our conversation. When the train
Began to move, I saw you turn away
And vanish, and the vessels in my brain
Burst, the train roared, the other travellers
In flames leapt, burning on the tilted air
Che si cruccia, I heard the devils curse
And shriek with joy in that place beyond prayer.
Soneto [73]
Pregúntenme de nuevo lo que significan los acertijos de Kafka;
que soy el escriba más insigne de esta colonia penal:
desde la reclusión disparo contra la tribu
juicios tan inesperados como arcaicos e indecentes.
Soy el aburrido funcionario de mi propia burocracia,
sacerdote de la única Ley que ninguna desesperación puede sobornar,
en quien las púas de la muerte acechan para inscribir:
«ESTOY ENAMORADO»... Oh, a ninguno de esos presagios,
adulterios y divorcios, los juzgué con frialdad,
ni tampoco puse livianas ataduras a las mujerzuelas. Ahora
tiembla la rastra y la cuerda se rompe, me agito fuera de control
hacia ti para cambiar la historia que no ha cedido
en estos años: que esta maquinaria grabe en mí (tantos
tropiezos por apretar la soga): «CONOCÍ A MI ALMA».
Sonnet [73]
Demand me again what Kafka’s riddles mean,
For I am the penal colony’s prime scribe:
From solitary, firing against the tribe
Uncanny judgments ancient and unclean.
I am the officer flat on my own machine,
Priest of the one Law no despair can bribe,
On whom the mort-prongs hover to inscribe
«I FELL IN LOVE»... O none of this foreseen,
Adulteries and divorces cold I judged
And strapped the tramps flat. Now the harrow trembles
Down, a strap snaps, I wave–out of control–
To you to change the legend has not budged
These years: make the machine grave on me (stumbles
Someone to latch the strap) «I MET MY SOUL».
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com «Paisaje de invierno. antología», de John Berryman.
Edición y traducción de Armando Roa Vial.
Descontexto Editores. Santiago, 2018. 144 páginas.
Por Jessica Atal K.
Publicado en La Panera, N°101, enero de 2019