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AROS
ANTOLOGÍA PERSONAL[1]

Por Roberto Valenzuela[2]


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Pudo ser el año 1987, cuando una compañera de universidad matizaba las clases de Lingüística con la lectura disimulada de un librito de tapas celestes y grandes letras que decían Adiós al Puerto.  Por fin, con el ejemplar en mis manos, tuve un encuentro de asombro con esta poesía tan nueva, por este leguaje todavía indescriptible, con la inclusión de dibujos y la caligrafía espontánea del autor. Pero más que asombro hubo curiosidad; curiosidad de saber de dónde había salido este libro tan artesanal como objeto y tan lleno de propuestas; curiosidad por saber quién era este Juan Carlos Aros. Muchas interrogantes fueron aclaradas cuando al año siguiente fui invitado al taller literario La Balsa, que lideraba ese mismo Aros. Pero la esencia de esa poesía seguía y sigue siendo, en gran medida, un misterio, y aun así, me atrevo ahora, con las patas y el buche, a echar alguna luz sobre esta Antología de Aros, a modo de presentación.

Una clave, recuperada e incluida en esta selección personal del poeta, se me atraviesa y salta desde una bandera chilena, sin colores en sus campos, en la que se reemplaza la estrella por una espiral trazada velozmente. Es la misma espiral con la que Pepo representaba la locura en los ojos de los internos del manicomio. Bastaba este dibujo para crear un sentido breve en su concepto, pero infinito en sus posibilidades como construcción de un lenguaje. Este recurso que se me apareció desde lo visual, se haría presente y reconocible, hasta hoy, en lo verbal y quiero destacarlo como uno de los elementos más característicos de la poesía de Aros. Por importancia, lo dejo para el final.

A través de la obra del poeta, y desde “Poecía para desistir” de 1984  hasta “Lo que no me gusta de la lluvia” de 2017, pasando por las canciones y los poemas inéditos y algunos otros que conocemos a través del Facebook del Cuervo del Lircay, hay otros rasgos muy propios que constituyen una personalidad y una forma de hacer; podría incluso decir: un modus operandi. Al respecto sintetizaré algunos de esos rasgos, en el entendido que son algunos de aquellos, que personalmente he podido conceptualizar en estos años de conversaciones, lecturas y relecturas.

Instalación en lo cotidiano
El hablante lírico existe en la cotidianidad de manera natural y desde ella enuncia poéticamente el mundo próximo y total. Vemos a través de los poemas cómo camina por espacios abiertos, preferentemente, como un habitante con una tremenda conciencia de ser y estar en un aquí y ahora, como el hombre simple, que siente y se asombra con todo lo que le depara su desplazarse. Lo cotidiano está lleno de poesía que le es develada con el uso de la imaginación y la creatividad, más que con la visión analítica o crítica, y desde esa poetización cada hecho o situación en cuestión alcanza una significancia amplia y trascendente.

“En la playa hay niños que juegan en bicicleta
Tras los cristales se extiende la orilla larga, triste.
Si tú estuvieras aquí,
, , , , . . . . . . en este mismo lugar
donde yo estoy ahora
te darías cuenta
, , , , . . . . . . que tengo todo el tiempo del mundo
para develarte el misterio del porqué
el mar desprecia la arena
y cómo la arena se queda siempre junto a él.”


Explicitación directa de los sentimientos
A través de toda la poesía de Juan Carlos Aros, nos encontramos la referencia del sentir y los estados de ánimo de manera directa, con una actitud muy equilibrada ante la experiencia, carente de afectaciones y sin redundancia. No hay un planteamiento del yo heroico, sino del hablante lírico que se expone con más sabiduría que autoflagelación o autocompasión, fruto de una concepción peculiar del existir.


“Me acuerdo de ti sólo a veces
como ahora que debo abrir las ventanas
porque esta oscuridad me mata.
A veces me acuerdo de ti.
Sigues pasando la escoba en el umbral de la puerta,
mientras tu delantal se trasluce por la luz de la mañana.
La lujuria sigue llamando a nuestra casa.
A veces me acuerdo de ti
como en esta tarde que las hojas
deciden salir en vuelo y
las mariposas pasan y no vuelven.”


Oscilación entre el humor e ironía y el lirismo
De un poema a otro o de un verso a otro, la poesía de Juan Carlos Aros se mueve pendularmente entre los extremos de un humor ya sea sutil, irónico o procaz y un lirismo siempre bien logrado y medido.


“Scheherezada,
a ti te gusta que te den besitos en la boca.
La ciudad está iluminada sólo a la mitad
de su capacidad lumínica.
Hay veredas en que no hay un árbol.
Siguen siendo fáciles las mujeres de la noche.
A ti te gusta el sexo con amor.
También te gusta el sexo.
Esporádicamente el sexo.
Las más de las veces sólo el sexo.
Soy el viento que suspiras.
Y tus labios están húmedos,
como un barco que se hunde lentamente,
lentamente hasta convertirse en agua.”


Desarrollo creativo amplio y heterogéneo a partir de una idea base
En la construcción de la poesía hay siempre una idea eje explicitada (la mayoría de las veces) en torno a la cual se articulan los versos siguiendo otras líneas temáticas hasta alcanzar la coherencia. Un hecho, un sentimiento, una imagen base, originan un desarrollo creativo complejo, en principio divergente, para su expresión concreta. 


“Esta es la plaza de mi infancia primera.
Veloz pasaba por esta vereda a mi escuela
y raudo volvía a casa
que en esos tiempos tenía cuatro paredes.
Yo era feliz.
Todavía está el árbol hueco.
En esos años tenía una puerta
que conducía al centro de la tierra.
Hoy, me dicen,
. . . . . . . . lo usan para guardar herramientas de jardinería.
Yo todavía era un niño bueno.
Soñaba en esos tiempos
. . . . . . . .sentarme en este mismo escaño
con una niña bonita,
. . . . . . . .tan bonita como tú”.
 

Presencia de la soledad y el abandono: Un tema recurrente es la soledad inherente o como consecuencia de la pérdida. Esta se advierte, aun cuando no de manera explícita, como base y fuente para una perspectiva de la observación, presencia y desplazamiento en el mundo, que le proporciona a Aros posibilidades expresivas originales.


“Estoy ahorrando para comprarme un piano
con clavijero de bronce.
Cuando lo tenga, tanto voy a estudiar
que voy a tocar mejor que Roberto Bravo
(Arrau se va a revolcar de envidia).
Con la plata que gane en mis conciertos
voy a comprarme una antena de Radioaficionados
y en la galaxia de las comunicaciones
van a conocerme como el pianista nocturno
Q.R.
. . . . . . . .Aquí
. . . . . . . . . .. . . . . .El pianista nocturno.”

Traslación desde lo universal y exótico a lo íntimo: Desde la utilización de contextos geográficos y humanos remotos y muy reconocibles plantea cuestiones íntimas o propias de la singularidad del hablante lírico, en lugar de ir desde lo personal a lo universal o colectivo, como ha sido más propio en la poesía, como una constante.


. . . . . . . .“Acá no.
Los nativos hablan el pajarístico con fluidez y alegría.
Celebran la cotidianidad del día con sonoras ventosidades.
Se abrazan y copulan
y los infantes salen a la selva con la misma algarabía.
Acá todavía llueve y el agua es motivo de danzas ancestrales.
Allá sí, en el cielo están los fuegos de artificios,
se repiten sin cesar los gritos desbocados.
(…)”


(Cito un poema que no está presente en esta Antología, y tampoco impreso)


“Nosotros los romanos
dormimos mirando las estrellas
y caminamos frente al horizonte.
Todo me parece sospechoso.
Las nubes por días detenidas
el guijarro en la chalaila
la falta de auspicio ciudadano
y lo peor, el piñén en las canillas.
Nosotros los romanos
hemos perdido el norte
somos máquinas que se mueven
a tientas por las rutas
buscando bárbaros que no existen,
Atilas que ya son parte de los libros,
mientras lo que buscamos de verdad
es el sueño de cosechar aceitunas
o tendernos bajo la higuera.”

Los escritores, quienes hacen la literatura, quienes trabajan las formas y estructuras por necesidad expresiva y no por mera experimentación, normalmente llegan a desarrollar recursos, que luego son seguidos o utilizados por otros escritores, hasta que sus logros son conceptualizados por críticos o teóricos que tienen la tarea de darles nombre. Con esto vuelvo, para cerrar, al dibujo de la bandera del país de locos.


Interdiscursividad
En el lenguaje poético de Juan Carlos Aros es recurrente el empleo de expresiones de otros tipos de discursos: Lo futbolístico, lo cinematográfico, el western especialmente, los boleros, el discurso religioso, profético, las instrucciones, etc., además, por supuesto, de las expresiones populares, los giros del habla chilena provenientes de otras décadas.  La integración de estos interdiscursos es quizá lo más propio y singular de Juan Carlos Aros.  Una frase, un cliché, son abducidos del contexto propio, pero no sólo para ser resignificados en sí, sino para aportar con una tremenda carga semántica; con su tradición y valores se instalan en su nuevo contexto, que es el poema. La frase de un western o las palabras de un locutor dejan de ser parte de un guion para convertirse en verso, en poesía.


“A minutos de iniciar el acto solemne
con el que celebramos el 46° aniversario
del triunfo del doctor Allende,
(Salvador Guillermo Allende Gossens).
Estamos transmitiendo en vivo compañeros.
Haciendo ya las pruebas de sonido
(un, dos, tres probando, un, dos, tres… hola, hola).”

“ Te aprovechas porque soy de provincia”
“Al pistolero Aros, nadie le viene con huevadas”
“Lisa ya no eres tú” Como título y en una significación bien distinta
“Y tú, ni chuz ni muz”
“… y Carlos Chandía Alarcón
(que se cree el enviado de Dios),
pite en el centro de la Tierra,
indicando que las acciones
. . . . . . . pueden comenzar.”


Una sutil variante de este recurso es el uso de nombres y expresiones culturalmente reconocibles que el poeta integra con alteraciones que les resignifican:


“La ofrenda floral de Bach”
“Residencia Universal Caro”
“Saludan con un sinsentido pésame”


Hay muchísimo más que comentar, hay mucho más en el lenguaje del poeta por descubrir. Espero con estos pocos puntos brevemente expuestos, como decía al principio, haber echado algunas luces sobre la poesía de Juan Carlos Aros Aros, no para develar lo que el mago lleva bajo la manga, sino para que leamos esta excelente antología de manera menos solitaria, para que podamos recibir este libro como aquello de lo cual nos hablaron y tenemos, luego, el gusto de conocer.



 


Felipe Moncada, Roberto Valenzuela, Juan Carlos Aros, en la presentación del libro
Aros. Poemas selectos, inéditos y canciones,
Salón de la Gobernación de la Región del Maule, 22 junio 2023.
Fotografía: Héctor Labarca Rocco.

 




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NOTAS

[1] Texto leído en la presentación del libro “Aros. Poemas selectos, inéditos y canciones” (Ediciones Inubicalistas). Salón auditorio de la Gobernación del Maule, Talca, 22 de junio 2023.

[2] (Curicó 1967) Profesor de Estado en Castellano de la Universidad de Talca, 1992. Ejerció la docencia en educación Media y Superior hasta el año 2021. Ha obtenido el primer lugar en el Concurso Gladys Thein de Curicó y el tercer lugar en concurso de la Asociación cultural de escritores de Teno.




 

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"Aros. Poemas selectos, inéditos y canciones", de Juan Carlos Aros.
Ediciones Inubicalistas, 2023.
Por Roberto Valenzuela