. . . . . . . . . . . . . . . . . . . A Juan Negro
Yo vivo para un tiempo en que la estrella mostrará sus sueños,
para un tiempo que no sea propiedad de la muerte.
Yo vivo para un tiempo, augustamente, claro.
Por los ríos pasarán las estaciones, sin miseria
y no habrá ópalos siniestros en el reír del niño.
Yo vivo para un tiempo de cristales,
para un tiempo del dominio del cordero sobre el oro,
de la mano serena sobre la metralla.
Yo vivo para entonces: el trigo cabrá en todas las miradas,
los pies tropezarán con la alegría.


