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La narración del sur de la poeta Antonia Torres
"Las vocales del verano".
Literatura Random House, 2016. 112 p.
Por Paula Rielley Salinas
Publicado en El Mercurio. Viernes, 03 de marzo de 2017
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Sacó su primer libro de poesía "Las estaciones aéreas" en 1999, bajo Barba de Palo, el sello editorial de su padre -el poeta Jorge Torres Ulloa (1948-2001)-, en Valdivia y ella misma lo financió. Al igual que él, le gusta mucho la poesía que retrata el sur de nuestro país; sus referentes son poetas como Enrique Lihn y Jorge Teillier -autor de poesía lárica-. Por eso, en su primera novela, "Las vocales del verano", quiso retratar intencionadamente el sur de 
Chile: "Creo que la poesía lo ha representado con mucha riqueza, y yo quería hacerlo narrativamente", comenta Antonia Torres.
La novela cuenta la historia de una mujer que viaja al balneario de su infancia, donde realiza una introspección de su vida: recuerda su pasado, su padre y un ex novio suicida. También conoce a un lugareño con quien entabla una relación.
"Tiene nada, o mucho, de autobiografía", dice Torres. "Mi vida personal no se parece en nada a la protagonista. Pero sí hay elementos biográficos de historias de otras personas; es decir, son historias robadas que yo escuché. El personaje está construido sobre muchos personajes que yo he conocido en mi vida", cuenta.
Cuando empezó a escribir, no sabía que estaba haciendo narrativa. "Me gusta pensar que siempre estoy escribiendo poesía. Cuando la inicié no sabía que estaba haciendo una novela. La hemos llamado así porque tiene efectivamente una escritura en prosa y cuenta una historia con un desenlace, pero creo que da un poco lo mismo. También se puede leer a ratos como libro de poesía", comenta Torres.
— Entonces, ¿cuánto de poesía tiene su novela?
— "Noventa y nueve por ciento, porque yo creo que soy muy poeta en mi cabeza. En el fondo cada frase, desde el principio tenía un aire, un ritmo, una respiración que eran muy poéticas. Hay una frase que se repite en la novela, que era 'fue joven. Era joven', y eso es muy de la poesía, esa especie de repetición que va marcando un ritmo, como un estribillo que en el fondo es música. La poesía es música".
En el relato, la protagonista cita a diferentes poetas, como Ginzburg o Rimbaud. Pero ha sido esa característica uno de los aspectos que le han criticado a Torres. Al decir de un crítico, su trabajo le evoca más lo onírico de la escritora María Luisa Bombal que la obra de esos poetas. A la autora, la comparación le parece desmedida, pero dice que el comentario lo recibe con beneplácito: "Entiendo que está establecida dentro de una crítica en la que no era necesaria tanta cita".
También han dicho que la narración no es suficiente, e incluso que la protagonista es una típica mujer sumisa ante lo masculino. Ella no se desanima: "Creo que es importante decir que no todo lo que uno hace le gusta a todo el mundo, y están en su derecho a que no les guste, y de ver cosas que para mí eran impensadas. Adjudicarles a los personajes una corrección política en el pensamiento, o exigirles a las personas una corrección política es un error. Creo que los personajes son una ficción que nos permiten hablar de cosas para mostrar dónde están los problemas".
