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La belleza distorsionada de las cosas
Sobre el poemario Siameses de Sueño de Andrés Torres Meza, Ediciones Filacteria, año 2016, pgs. 121.
Por Jorge Luis Navarro
https://jorgeluisnavarroblog.wordpress.com
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Habitar un cuerpo es igual de difícil que hablar sobre él. Tal vez por eso se nos hace tan complejo escribir de poesía, y más aún, escribir sobre un libro que desnuda el cuerpo humano sabiendo que no nos pertenece. Es que nuestro cuerpo, ni el agua que bebemos, nos pertenecen, y estamos sometidos a la violencia que ejercen sobre nosotros las diferentes esferas del poder, tanto con sus cruces como con sus leyes. Es difícil escribir sobre el cuerpo, y más aún, ser hombre y escribir sobre el cuerpo femenino, transformarlo en protagonista de un poemario que narra la historia de una mujer que es vejada en los diferentes niveles de violencia. Ese mismo odio que recibe le entrega al mundo en forma de aborto, ensangrentando la alfombra reluciente del capitalismo, entregándole al mundo su pezón transformado en un sol negro capaz de alimentar todas nuestras miserias.
Tu hocico aguileño de kiltro
Chupaba y chupaba
Del agua calostro amniótico
Sin lograr saciar la sed castigadora.
Estos poemas están escritos bajo los neones titilantes de una ciudad en ruinas, entregando una belleza distorsionada de la realidad: cada texto muestra su propia y verdadera esencia, como dijera alguna vez Gastón Soublette, la luz artificial con la que el mundo inicia la noche blanca del exterminio. Es que ya no hay vuelta atrás, una vez que nacemos estamos condenados a devorarnos entre nosotros. Y como cierta especie de tiburones, esa batalla la aprendimos en el útero, donde tuvimos que alimentarnos del hermano más débil para poder nacer en las profundidades de la vida. Esa lección primigenia ha quedado grabada en memoria de nuestra especie, trasformando todo acto de vida como un acto de muerte.
Tengo miedo del gemelo más fuerte
Y que la vida sea una batalla en el saco
Bolsa de basura amniótica
Estamos al frente de un libro que funciona como un poemario independiente, pero que en realidad se conecta con los otros dos libros del autor (Tras la cúpula de neón un dios loco observa, y Crónicas del Chakal), alimentando así una obra que crece en silencio bajo la epidermis de una ciudad, infectándola con el virus de la poesía que habita en la sangre y en la bilis de Torres Meza: un imaginario donde conviven los personajes sacados de la peor pesadilla que puede vivir el hombre: el día a día: bestias con las que compartimos el colectivo al volver a casa, niños perros en las esquinas fumando pobreza, godzillas vestidos de oficinistas orinando en pleno Paseo Ahumada de 9 a 18 hrs., una mujer que engendra un monstruito que contiene todos los males de este mundo: en definitiva, el collage que sólo un dios loco puede crear con los escombros de la sociedad.
“Se torna difícil escribir con la misma brutalidad con que se piensa” dice Luis Alberto Spinetta en uno de sus textos, sin embargo, Torres Meza toma esa dificultad y la convierte en aliada y la transforma en un mantra, donde no existe filtro capaz de detener esos pensamientos que pasan a toda velocidad hasta llegar a su mano: logra plasmarlos en los poemas que nos entrega, una oda a la violencia y a la oscuridad demoledora que vive en cada uno de nosotros, poemas alucinados de una mente que despierta tras un sueño premonitorio en medio de la ciudad, adentro de ese tren que sale del túnel como un aborto más allá de la última estación.
Es que ya no hay vuelta atrás, una vez que nacemos estamos condenados a devorarnos entre nosotros. Siameses de sueño es la lucha de ese cuerpo peleando contra la imposibilidad de ser parte de este mundo que sólo está construido para algunos.
Ovalle, 15 de Febrero 2017
