El texto de contratapa de la novela Las heridas (Emecé, 2021) nos anuncia que «esta historia transita entre dos momentos: la muerte del padre y la pérdida del amor, con instantes de esa juventud a la que nunca podremos regresar». Denominada por la misma autora como crónica personal o una no-ficción, Las heridas comparte la línea también presente en su fanzine Cosas que pienso mientras fumo marihuana (Fanzina, 2019). En él, Uribe reunió una serie de tuits y los articuló como libro de poesía. Es un antecedente interesante esta publicación, pues sincera la postura que Uribe tiene frente a un texto que considera necesario publicar. Es así como un tuit de humor sobrevalorado se equipara a una novela donde todo está lleno de opiniones, que —para Uribe— urge expresar, escribir, publicar.
En la página de inicio se lee:
Tres días antes de que muriera mi padre yo regaba las plantas de una amiga. Era miércoles 14 de febrero, Día del amor. Estábamos de vacaciones y yo cuidaba los cactus. Mi plan era regar y después ir a fumar donde otra amiga, en la Villa Frei. Nos íbamos a juntar a celebrar nuestro amor por la marihuana.
Dos cosas llaman la atención en este apartado: el profundo interés por la monotonía progresista y las filiaciones familiares, lo que se desarrollará más adelante. En un armado por fragmentos, Uribe hila su historia familiar desde el momento en que su padre está agonizante y luego muere, para explicarnos los detalles de los lugares en donde ha vivido, en dónde estudió y a quién amó. Todo esto, recubierto por opiniones que no escapan de la reflexión rápida y absoluta de un texto de microblogging.
En la página 18 se lee:
Tenían cara de funeral y eso me abrió la angustia. No sé a quién abracé primero, pero esa persona me sostuvo mientras me ponía a llorar con furia. Me dolía que estuviera pasando lo que todas temíamos que estuviera pasando y ninguna se atrevía a nombrar.
El apartado anterior sirve para ejemplificar la superabundancia de palabras «dolorosas» en todo el texto, las que buscan, al no lograrlo la prosa, que el lector se conduela. También aquí se hace evidente que las formas de expresar un dolor no tienen por qué vincularse con el vivido por quien escribe: no todo sufrimiento es material literario, no toda escritora es capaz de expresar su dolor, sus heridas, con óptimo resultado estético.
En la página 89 se lee:
No sé si la educación pública argentina es superior a la chilena o es que tenía tanto miedo de volver con malas notas que me desbordé estudiando. Aprobé todo con nota máxima. No obtuve ningún siete, porque allá la escala es distinta: llega hasta diez. En Argentina me concilié con mi obsesión por los sietes, porque descubrí que hay cosas mejores: un diez.
Este es un ejemplo claro de la construcción literaria en base a opiniones. Es tan cercana esta prosa a una columna más, a un posteo en red social, que al ser leída en eso queda: la expresión de una opinión. No hay búsqueda literaria ni con el lenguaje ni con las formas, menos con el tema. Palabras similares al extracto anterior aparecen, sin el velo de la ficción, en cualquier columna de Matamala o Contardo.
Cuestión aparte es el constante interés por vincular todo proceso, lugar o institución con la biografía. En Las heridas todo es importante porque fue vivido o es opinable por Arelis Uribe. La experiencia ajena a ese ojo del yo no importa. Cierro volviendo al texto de la contraportada, dado que hay una gran cuestión que no se cumple: retratar la muerte del padre y el fin de una relación amorosa. Uribe nunca logra unificar esos temas en su novela, engrosando —de esta manera— las páginas de su libro con las opiniones y aventuras de una escritora santiaguina. Las heridas no es más que una exageración pomposa, pues detrás de tanto yo, nunca hay una cicatriz tan grande por mostrar.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com La novela como parchecurita
[Las heridas de Arelis Uribe]
Por Diego Armijo
Publicado en Jámpster N° 54, 2021
la línea también presente en su fanzine Cosas que pienso mientras fumo marihuana (Fanzina, 2019). En él, Uribe reunió una serie de 