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Poetas de Atacama:

LA POESÍA DE ARIEL SANTIBÁÑEZ (*)

Por Oliver Welden

 

La revista "Tebaida", de reciente aparición, nos entrega cuatro magníficos poemas de Ariel Santibáñez, estudiante del Departamento de Castellano de la Universidad de Chile, en nuestra cuidad. (Arica).

Sin apresuramiento, consciente, la esencia de esta poesía se arraiga, poderosa, a la pequeña y cruel historia cotidiana y al inmenso juego histórico universal, en él que el hombre participa, con su sola presencia.

Su actualidad es concreta y no está mediatizada: la poesía planea una relación directa con la realidad circundante, haciendo del poema un arma poderosa, firmemente orientado hacia la denuncia implacable, hacia la condensación instantánea. El papel del artista no es, por ende, de mediación, sino de juez y verdugo: "…y el aire/ nos rodea en remolino y nos damos/ cuenta que es demasiado tarde/ para ir a misa o convertirse en anarquista." ("Estos Días").

Su acerbo lenguaje es dinámico; rigurosamente, la palabra creadora proyecta la profundidad de su contenido. El poema se refleja en el mundo: "Hace tiempo que la Dignidad del hombre/ se quedó dormida en los archivos/ y en los pasillos que transitan incansablemente…" ("Descubro oficinas y pasillos transitados").

De otra parte, resulta singular el poema "Fotografía de este tiempo". La comunicación aparece lograda por la feliz ordenación sustantiva y por la inseparabilidad que existe entre el sentimiento íntimo y su exteriorización: "Adivinando ojos y signos detrás de las metrallas/ adivinando hileras de vietnamitas entregándose al Juego de la Muerte:/ ¿y qué después de todos ellos?".

Después de todos ellos, "El Espantatriste", comienza a deambular "más oscuro que una iglesia ocultando su penumbra", como el producto perfecto de una época mezquina y crucial.

EL ESPANTATRISTE

Una alteración de pájaros
ocupa todos mis sentidos.
El día con su caballo gris,
es una sombra más, una sombra.
Soy más oscuro que una iglesia
ocultando su penumbra
o un pájaro enredándose en sus propias alas.
De mí depende encerrar
a las palomas en la casa del sol,
sin embargo, me despreocupo de ellas
y colecciono estampillas con rostros de vírgenes.
Y, a veces, me gusta caminar,
salgo a la calle disfrazado de espantatriste
y regreso sin ojos, sin nariz, sin orejas.
Y ahora vuelvo a hacer lo mismo.


DESCUBRO OFICINAS Y PASILLOS TRANSITADOS

De tiempo en tiempo descubro
lágrimas oscuras en las oficinas,
pájaros volando al fondo de la tierra,
árboles hundiéndose en sus raíces.
Ahora comprendo por qué
los poetas no descifran signos de pájaros,
si sólo hay máquinas de escribir que aplastan,
decretos martirizando los oídos
y oficios empapelando la miseria.
Hace tiempo que la Dignidad del Hombre
se quedó dormida en los archivos
y en los pasillos que transitan incansablemente.
La Aurora del hombre vive oculta en los canastos.
Continuarán siempre las manos sobre las teclas;
la sonata que se eleve, será una mariposa
nutriéndose de espaldas.


ESTOS DÍAS

Estos días de pie extrañamente oxidada,
desapareciendo encima de nosotros,
atormentándonos de anteojos,
corbatas, sonrisas y muertes leves,
atormentándonos con avisos de radio
y que "publicidad es progreso,
nos ayuda a vivir mejor" y cuanto más.
Estos días que olvidamos contarlos,
con esa paciencia de vendedora de sellos
en prisionera ventana de correos,
se nos vienen encima, también las calles,
en estos amarillos días, y el aire
nos rodea en remolino y nos damos
cuenta que es demasiado tarde
para ir a misa o convertirse en anarquista.
Estos días, sin calendario odiosos
para ancianos durmiendo en los parques,
visibles para empleados o tramitaciones
o clases de liceo, en desconocida
cuidad llovida de invierno.
Y entonces, un golpe en la cabeza,
en el alma, en la sangre detenida
de los archivos de un ministerio
o en la madera ociosa de los sillones
del Congreso. Y sabemos: es demasiado tarde.

 

FOTOGRAFÍA DE ESTE TIEMPO

…y vi todas las violencias
Que se hacen debajo del sol…
(
Eclesiastés)

Del claroscuro salta el miedo
y cadáveres y verdugos y más verdugos de repente
o más victimas en este prolongado aire?
Entre labios de espantos y aniquiladas lágrimas:
nosotros.
Por cada pie encima, por cada rodilla quebrada
y rabia atada y sangre y más sangre desparramada:
nosotros,
-perteneciendo al sol de cada día-
ensimismados, adivinando en las noticias
aves oscuras desplegando alas y más alas,
adivinando ojos y signos detrás de las metrallas,
adivinando hileras de vietnamitas entregándose
al Juego de la Muerte:
¿y qué después de todos ellos?


Es efectivo que Santibáñez está en plena posesión de los sucesos de su poesía. Podría decirse que sólo escribe sobre lo que sabe, lo ve como cosa ya incorporada a la propia existencia. De aquí, entonces, desprendemos una consecuencia última: poesía de Ariel Santibáñez es un acto de presencia, expresado y definido, frente a la cotidianeidad individual y lo universal anónimo; en la primera perspectiva surge la vulgarización y la segunda, lo humano heroico. Estos causes no son arbitrarios; tampoco se dan gratuitamente: resultan de la intención poemática, de la inquietud personal, de los momentos infinitos del individuo y de su búsqueda.

Poesía que va más lejos de la mera interioridad; poesía progresiva y amenazante, ubicándose, natural y organizada, con la seriedad y compromiso del que sostiene un permanente diálogo consigo mismo y con la tumultuosa disonancia del mundo.

"Estos días", "Fotografía de este Tiempo", "Descubro oficinas y Pasillos Transitados" y "El Espantatriste", son los poemas que constituyen la primera entrega de Ariel Santibáñez, nuevo nombre incorporado ya a la actual poesía chilena, por su talento e inteligente incursión poética denunciadora de las arquitecturas que van descomponiendo, peligrosamente, la sensibilidad y la condición humana del hombre.

 

 

* Este artículo escrito por Oliver Welden, fue publicado en el Diario "La defensa" de Arica, el día sábado 23 de noviembre de 1968. El artículo y la foto con Neruda fueron tomados por Arturo Volantines desde "Archivo Oliver Welden". La foto de Ariel con su padre fue facilitada por Ingrid Santibáñez y la foto de Ariel, en Arica, fue facilita por Guillermo Ross-Murray a Arturo Volantines.



 


 

 

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Poetas de Atacama: La poesía de Ariel Santibáñez.
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