JUAN BOHÓN, Fundador de La Serena,
Retrato de una obra de Fernando Moraga Acevedo
Por Arturo Volantines
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Cuando los indígenas de Copiapó ajusticiaron a Juan Bohón, en 1549, empezó el ocultamiento y la leyenda, tanto del Conquistador como de la fiereza atacameña. A la fecha, no se había podido reconstruir su biografía y, aún menos, acopiar textos sobre sus andanzas. Fernando Moraga venía hace tiempo juntando trozos, datos de aquí y trazos de allá. Antes de morir, me había entregado el texto, con el fin de recabar una opinión y, también, se lo entregó a Gonzalo Ampuero para que le hiciese el prólogo. El texto estaba listo para la publicación cuando le devino la muerte. Alcancé a darle una opinión libresca, y, creo, reparó algunos detalles.
Es cierto que el libro es un chispazo en torno a Juan Bohón, pero permitirá avanzar en el conocimiento de una época cargada de sangre, usurpación y descubrimientos. El autor ha sido cauteloso, tentativo, y ha surcado con paciencia y devoción el tema. Ha llegado donde los historiadores profesionales, generalmente muy pagos en la academia, han bostezado. Otro poco de cautela ha tenido Gonzalo Ampuero, el cual deja a juicio del lector el entredicho de los datos y la leyenda. Lo que sí es un retrato, que aparece desde la niebla hacia la luminosidad, de su mayor obra: la fundación de la ciudad, tan emblemática, del Sitio de 1851 y aposento de Gabriela Mistral.
Obviamente, este texto es un homenaje al escritor de “La Serena Cotidiana”; su cronista mayor junto a Manuel Concha; un ciudadano que no sólo escribía y escribía sobre la ciudad, sino que vivía la tradición, la epopeya y la leyenda en los café y en las esquinas. Una de esas mismas esquinas lo vio derrumbarse, y quedarse para siempre también en el albur de la ciudad. También, la obra trae algunos dibujos de su autoría que realizó en los `70, y que dan cuenta de su deseo de dejar registro visual de los parajes de la zona. El historiador, Osven Olivares Castro investigó la bio-bibliografía, y demuestra la profunda inquietud, versatilidad y caudal de la obra de Fernando Moraga.
Éste es un texto de la profusa e inédita obra de Fernando Moraga Acevedo. Habrá que editar sus otras obras. Ya, al final de su vida, había comprendido que era necesario publicar. En eso estamos. Habíamos publicado su libro del “Agua” y sabíamos lo que venía. Sin embargo, lo que vino fue su muerte. Pero, no se trata sólo de homenajearlo y de publicar su obra, sino que La Serena, la región de Coquimbo y el Norte, que él tanto amó, tenga más elementos de su ser, de su humus, de su grandeza y de su lugar en el mundo; y, que, además, sirva de acicate para que el centralismo, que cada día resulta más insoportable, se abra hacia lo genuinamente democrático e, incluso, para que nuestro país no sea el Estado desde el Estado, sino un país multicultural, como lo consagra la constitución. Fernando Moraga, como Gabriela Mistral, es clarísima criatura regional.