Proyecto Patrimonio - 2016 | index | Arturo Volantines | Autores |

 

 



 

 

 

2/ Corrido de la Batalla de Los Loros
1859—2016
SOBRE EROS Y TUMBAS


Arturo Volantines

 




.. .. .. .. ..

Bufaban vísceras y corvos. No era el animal hirsuto y compasivo del secano; era espuma de alaridos y cañones, resoplidos de trapiches y tendones; cabrestantes de la tierra desatada en trincheras de la Quebrada de Los Loros. No fue solo la Legión Huasquina ni los Zuavos de Chañarcillo sino olaaazul desatada del terremoto así el cielo repentinamente estuviera amamantando a montañas de Coquimbo, lo que rugía, vadeaba y tajeaba estómago de fiera unicentralista ese amanecer más hermosísimo que los arcos iris de Atakama. Copiapó ondeaba su pulmón perforado por balas e inmensidad. Ese día alborozoso, los pueblos del Norte Infinito fueron abrazados por clarines y banderas azuladas con lluvia de aerolitos de oro en campos de sus hermanos de Coquimbo, en medio del ensordecido volar de campanarios de La Serena. El fuego fue profuso y aterrador = al fin del mundo y limpio así soga llena de ropa recién lavada, dijo el veterano. El fuego de las tropas de Los Igualitarios no fueron balas, fueron bramuras de libertad; fuego de los lagartáceos y de sus ánimas insurgentes: invencibles; indivisibles hijos de La Candelaria. Después de muertos, esos hombres siguieron disparando bramuras de emancipación. Usted puede escuchar en agonía de mi Copiapó —en su río subterráneo que se desplaza en noches—, el placer del carnavalito en el aire libre de Atakama. Esta revolución no se hizo con cañones; se urdió con tripas. La emancipación todavía grita en Las Viudas; fueron esos putamadres los que corrieron alambradas del cielo. Eso nos dicen las Mamánimas de tantas rebeliones que en dunas guarecen al cuesco de nuestra arborescencia. En canciones de los muertos y con las Mamánimas lloramos todavía el cadáver de Copiapó, pero también fulguramos desde la insurrección a la resurrección de un mundo no visto. Y a lo menos seguiremos corriendo el horrizonte: en geiser de bramuras que garúan tal poruña del minero, donde usted puede ver estela de la estrella de oro de la Nación Atacameña. En esta bandera urdida desde Tiwanaku guardamos nuestra posteridad; porque hemos sido tradicionados, pero no derrotados: solo podríamos sentirnos versosos si no hubiéramos inventado nada. Fue ese día, talesporcuales, en que Atakama dejó de ser niebla; empezó a respirar en el pulmón del infinito. Fue suficiente relincho: para seguir despierto.



 



 

Proyecto Patrimonio— Año 2016
A Página Principal
| A Archivo Arturo Volantines | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
2/ Corrido de la Batalla de Los Loros.
1859—2016.
SOBRE EROS Y TUMBAS.
Por Arturo Volantines