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BATALLA DE LOS LOROS, SU SÍMBOLO Y SUS PERSPECTIVAS
Para un Estado de las Culturas de Chile

Por Arturo Volantines

 




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La Batalla de Los Loros y sus vestigios en la Quebrada del mismo nombre, es el mayor símbolo del espíritu descentralizador del país y de la dignidad de las regiones del Norte Infinito (Coquimbo y Atacama). Cientos de hombres dieron sus vidas en la “Revolución Constituyente”, para crear un Estado “comunalista”, interconectado soberanamente, autogestionado y autosostenido regionalmente; un Estado consagrado en la diversidad y unido por ésta; un Estado de las culturas de Chile.

Desde la formación de la República se ha venido luchando sistemáticamente por un país más equilibrado y representativo. Hoy, vemos cómo la comunidad nacional sigue buscando formas de auto-gobierno y soberanía. Los procesos recientes de elegir por voto popular, especialmente al Intendente, habla de que se ha ido avanzando en una mayor equidad de las Regiones respecto al centro político y respecto a la participación ciudadana.

En estos últimos años, han surgido diversos movimientos y acciones para que el Estado Chileno reconozca el esfuerzo de las comunidades locales y para que, en las tomas de decisiones, la gente participe. Por ello, el imaginario de la Revolución Constituyente de 1859, resulta significativo y simbólico, para que nuestro país siga desarrollándose y resolviendo las necesidades de la gente en forma eficaz y eficiente; que esto se vuelva un verdadero factor y se convierta en una Nación pluricultural y desarrollada.

La Revolución de 1859 parte porque nuestros diputados y representantes de algunas provincias no se sumaron a los arreglos nacionales de la Presidencia de don Manuel Montt para favorecer la oligarquía, que con métodos fraudulentos pretendía comprar por parte del Estado, bienes a particulares. Especialmente, en el hecho tremendo del negociado del Ferrocarril Valparaíso – Santiago para adquirir las acciones a los empresarios. Esto trajo como resultado una tensión insoportable. Los mineros del norte ya estaban muy molestos con el Gobierno del Presidente Montt, porque los agricultores casi no tributaban; en cambio, ellos, pagaban altos aranceles. Además, los artesanos y, particularmente, los obreros de las faenas mineras, soportaban condiciones prehistóricas de trato en los laboreos y de abundante accidentalidad. Esto hizo que la comunidad pluriclasista de Atacama y Coquimbo se uniera, y estallara la Revolución.

En Atacama se formó el “Ejército Libertador del Norte” encabezado por Pedro León Gallo. Se sumó, desde La Serena, Pedro Pablo Muñoz Godoy, el cual ya había participado en la Revolución de 1851. Este Ejército del Norte quedó conformado con casi 2.000 hombres. Se construyeron cañones y otros armamentos. Se emitieron Pesos Constituyentes. Se nombraron autoridades. Pedro León Gallo fue elegido por votación popular, como Intendente Regional, el primero y único en Chile.  Se formaron batallones con los mineros de Chañarcillo y de otras faenas; de Chañaral, Caldera, Tierra Amarilla y Vallenar, y con intelectuales y artistas de la ciudad de Copiapó y La Serena. También, se sumó un contingente de la provincia de Coquimbo, provenientes de La Higuera, Vicuña, Ovalle e Illapel. Estas tropas tenían experiencias en las revoluciones anteriores; contaban con recursos que venían de las ricas minas, especialmente de Chañarcillo. También, había una efervescencia intelectual muy influida por los emigrantes europeos y la masiva presencia de exiliados argentinos que huyeron de la dictadura de Rosas.

En esa época, el Norte de Chile era un polo de desarrollo cultural notable. Allí llegaron a vivir y trabajar muchos de los intelectuales y poetas más importantes en ese momento de nuestro país: Valentín Letelier, Victorino Lastarria, Ramón Arancibia Contreras, Manuel Concha, los hermanos Matta, los hermanos Escuti, Rosario Orrego, Alberto Blest Gana, Valentín Magallanes, etc. Y, también, muchas mujeres se plegaron a la Revolución, encabezadas por doña Candelaria Goyenechea.

Este Ejército luchó con armas propias, incluida la herramienta de trabajo denominada “Corvo”, que hizo su aparición como arma distinguida y oficial de Chile. Comenzaron los combates contra el Ejército Centralista, en diversos lugares de la provincia de Atacama y, luego, las grandes batallas: Quebrada de Los Loros (14 de marzo de 1859) y Cerro Grande (29 de abril de 1859).

La Batalla de Los Loros se desarrolló en la Quebrada del mismo nombre, al Noroeste de la ciudad de La Serena. Las tropas del Norte bordearon La Serena por el mineral del Brillador y bajaron por el lado Este de la Quebrada y se atrincheraron en ese lugar. Las tropas centralistas, estacionadas cerca del río, enviaron ataques de caballería sobre el naciente de la Quebrada, pero fueron rechazadas por tropas escogidas, en guerrilla, de los revolucionarios, ya que éstos no pudieron contar con su propia caballería. Esta acción dejó en malas condiciones a las tropas de Pedro León Gallo. Durante algunas horas se combatió con fusilería y cañones; y, luego, al quedar inutilizados los cañones revolucionarios, las tropas de Gobierno hicieron un ataque sobre la orilla oeste de la quebrada, siendo repelida por los mineros con el “Corvo”, causando muchas bajas y dispersión en las tropas de Gobierno, las cuales fueron perseguidas hasta el río. Los sobrevivientes huyeron a Coquimbo, donde se reembarcaron. En las orillas de la Quebrada de Los Loros quedaron centenares de cadáveres y vestigios del combate, los cuales han sido sistemáticamente saqueados. Por parte de las fuerzas revolucionarias, quedó un centenar de muertos y heridos. Entre ellos, Víctor Torreblanca, José A. Peña, Antonio “Manco Moreno” y el mismo comandante Pedro León Gallo, con dos heridas de bala.

La Revolución Constituyente fue un hecho significativo de la Historia de Chile, aunque desconocido y no suficientemente valorado. Ha pasado más de 157 años, y muchas de las visiones de Estado que tenían los revolucionarios siguen latentes: como son la creación de Regiones Autónomas; una educación verdaderamente pública; una Ley Tributaria equilibrada; la elección de autoridades provinciales y regionales a través de voto popular; el derecho a tener símbolos culturales propios y la creación de una Constitución conmutativa y sinalagmática y que fuera consensuada por toda la Comunidad y que se acercara a la equidad de un Estado Federalista.

Hoy día, la Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy ha obtenido el Comodato de gran parte del lugar. Cuenta con el patrocinio de CNCA, del Ministerio Bienes Nacionales, de CORE Región de Coquimbo y de cientos de ciudadanos que se han acercado a la Sociedad, para manifestar su solidaridad al respecto. Para conocer más de este primer proyecto en el sector, denominado “Mirador de la Batalla de Los Loros”, se propone la creación de un monumento arqueológico e histórico y santuario de la naturaleza; a partir de su notable patrimonio intangible y tangible, y de ser símbolo de la dignidad y del sacrificio de las Regiones. Esta propuesta busca lograr un Parque Temático, donde se construirá un espacio de protección medio ambiental, un Museo de Sitio, un Mirador Solar, un Mirador Astronómico y un lugar de paseo y reflexión para la Comunidad Regional y Nacional, y, especialmente, para el populoso sector de Las Compañías.

Por ello, se vuelve imprescindible que la Comunidad y las autoridades conozcan este Proyecto; y, además, sirva de reflexión, en un momento en que el país precisamente está en una etapa de grandes reformas para profundizar la Democracia, mayor Justicia Social y para que sea un país pluricultural y progresista.    



 



 

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