"Formas de volver a casa". Alejandro Zambra, Editorial Anagrama, Barcelona, 2011, 168 páginas
La historia a cuestas
Por Patricia Espinosa
Las Últimas Noticias. 20 de mayo de 2011
Se podría decir que es una novela de amores fracasados y también que es una novela metaliteraria, sobre un escritor acosado por una obra que da cuenta de su vida; se podría decir que es una novela en torno a un hombre y su tristeza inabarcable, o bien sobre la infancia y la dictadura y la clase media: Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra, se asoma así como un conjunto de novelas que interactúan en un país que sólo se puede abordar desde un presente nostálgico y rabioso.
El protagonista y narrador es un escritor exitoso que en el proceso angustiante de producir una nueva obra, esta misma novela, va reconstruyendo su propia vida. Así se despliegan recuerdos de cuando tenía nueve años, Maipú, el terremoto de 1985, una familia de clase media y una chica algo mayor que le encarga una misión de espionaje que en aquel entonces le parecía sólo un juego. Estamos ante un personaje que arrastra la historia de un país tan golpeado como él mismo, un tipo boxeado por la memoria familiar y política. Estos últimos elementos operan como las matrices de una novela nostálgica, triste y también feroz en la exposición de la imposibilidad de sacudirse una vida para comenzar otra.
Cargado de intimismo y en un estilo muy cercano, muchas veces al borde de lo coloquial, el relato profundiza en la pesadillesca connotación de la familia como un lugar del que hay que escapar, pero del que jamás se puede salir. Porque el protagonista, que cada tanto regresa al hogar de sus padres, experimenta continuamente una sensación de nostalgia mezclada con un asco visceral ante ellos, que se han vuelto unos desconocidos.
El contexto tiene un lugar preponderante en esta narración, donde se pone en escena el modo tangencial de penetración de la dictadura en las formas de vida y los imaginarios de toda la sociedad chilena. De igual modo, la noción de literatura que se propone resulta situada, ligada a la vida, a la historia. Es importante destacar la importancia de una matriz poética que se hace cargo de registrar lo social al mismo tiempo que los trayectos existenciales de un sujeto.
Sin cinismo, sin ironía, la novela expone una subjetividad descarnada en su búsqueda de un metarrelato que se le escapa, dando cuenta de un malestar que se conecta con una cultura latinoamericana aún lastimada por sus dictaduras, en un presente que no termina de recomponer sus democracias. Con rabia y melancolía, este valioso libro pone en cuestión la crisis de un país, de la familia y de un hombre desgastado que a pesar de todo no claudica ante la soledad. Formas de volver a casa es una novela que logra configurar de manera formidable la politicidad de la sobrevivencia en un día a día que reposa en la fragilidad de la utopía individual, ligada a los afectos y a la concepción de una literatura en conjunción con la vida, al modo de un registro de los fracasos y, principalmente, de los aguantes.