En la intersección entre la prosa y la poesía, "Mudanza" de Alejandro Zambra es un peregrinaje interior, quizá una contenida carta de amor, un estimulante trabajo en los límites de la experiencia artística.
Aparte de las chisporroteantes reseñas literarias que realiza para un diario santiaguino, Alejandro Zambra es catedrático, ha colaborado en antologías y tiene vocación de poeta. No es la primera ni será la última vez que un crítico chileno ejerce el más excelso de los géneros literarios - recordemos a Ignacio Valente, el caso más célebre, aunque se sitúe en las antípodas del joven Zambra- y resulta revelador, hasta entrañable, descubrir las palpitaciones íntimas de un naciente bardo. Pero también es preciso tener presente que el escritor publicó, en 1998, Bahía inútil, volumen de poemas imposible de ubicar, lo cual se traduce en un vacío a la hora de juzgar su segunda entrega lírica: no hay continuidad para descubrir si hay desarrollo o comprenderla en tanto entidad diferente a la anterior. Como premio de consuelo, puede leerse "Una novela pendiente", ensayo de tres páginas incluido en Territorios en fuga, compilación de Patricia Espinosa sobre Roberto Bolaño. En él, Zambra pone por las nubes a Nocturno de Chile, sostiene la tesis de que a los chilenos nos gusta demasiado que a los españoles les guste Bolaño y cita, entre otros, a Browning, Pound y Bernhard.
Describir un ejemplar por su exterioridad es sólo llenar páginas, excepto si estamos frente a excelentes ediciones y es necesario alabarlas o, por el contrario, denunciarlas cuando se trata de tomos muy descuidados. Sin embargo, es imposible no referirse al aspecto de Mudanza, aparecido cinco años después de la primera aventura poética de Zambra.
No es siquiera un libro de bolsillo, siendo tan minúsculo que se asemeja a un folleto. Tampoco tiene índice, carece de títulos y los seis capítulos en que se divide están separados por hojas en blanco, ilustradas con figuras negras.
Hechas las salvedades anteriores, la lectura de Mudanza es un placer y constituye un peregrinaje interior, quizá una contenida carta de amor, un estimulante trabajo en los límites de la experiencia artística: "me quitaron las palabras de la boca,/esas cuatro o cinco líneas que diría/si de pronto regresaran con el vuelto/y las sillas tapizadas nuevamente:..."
El proceso gestador del poema es a veces reverenciado, otras menospreciado y a menudo incomprendido. ¿Es útil para alguien? ¿Puede ayudar a los demás? ¿Qué riesgos plantea a su creador? Ninguna de estas preguntas puede ser fácilmente respondida, pero el tono provocativo y la efervescencia de ideas de Zambra bastan para calibrar su talento, por cierto superior al de muchos contemporáneos: "el brazo puede quedarse/con la mano y la bolsa/puede quedarse/con la mano y el brazo/pero la mano siempre termina sola/atentamente sola..."
Mudanza se encuentra en la intersección de poesía, narrativa y meditación ensayística o, dicho en otras palabras, es un retrato vívido de la transición entre prosa y poesía. De esta forma, puede ser un perturbador espejo que refleja los inquietantes signos intelectuales de nuestros tiempos.
Con todo, tenemos que volver a lo dicho más arriba. No basta con algunas líneas notables para obtener buenos poemas. En Mudanza la excesiva brevedad conspira para aquilatar un trabajo donde la concisión es una especie de voluntariosa manía.
No hay duda de que Alejandro Zambra seguirá escribiendo y su ritmo de creatividad le pertenece. El futuro dirá si padece escasez de recursos o muestra la riqueza anunciada en ciertos pasajes de este libro.
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Alejandro Zambra.
(Santiago, 1975) publicó a los 23 años su primer libro, Bahía inútil. En la actualidad dirige, junto a Andrés Anwandter, la revista de poesía "Humo" y también es crítico literario del diario "Las Últimas Noticias". Se declara admirador de Ezra Pound y Marcel Proust y ha declarado que le gusta la transitoriedad de la prensa.
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MUDANZA, Alejandro Zambra.
Quid Ediciones, Santiago, 2003, 45 páginas.
Por Camilo Marks.
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 6 de febrero de 2004.
