"No leer" Ediciones Universidad Diego Portales, 2010
Alejandro Zambra presenta a su familia literaria
Por Javier García
La Nación. Jueves 14 de Octubre de 2010
“A mí nadie va a quitarme el placer de no leer algunos libros”, dice el ensayo titulado “No leer”, donde Alejandro Zambra agradece no haber tenido que hojear libros que no eran de su gusto. Y el punto de partida de su texto es una obra que no ha leído, pero cuyo tema es familiar, y se titula “Cómo hablar de los libros que no se han leído”, de Pierre Bayard.
“No leer” se llama el libro que acaba de publicar Ediciones Universidad Diego Portales, donde su autor, el escritor Alejandro Zambra, aparece en la portada rodeado de libros. “No leer” recopila una selección de crónicas y ensayos sobre literatura publicados en diferentes diarios y revistas.
Además, en el inicio del libro, el autor de “La vida privada de los árboles”, relata su experiencia como reseñista en Las Últimas Noticias, que partió con la maravilla de poder obtener un ingreso económico leyendo libros. Pero no siempre las novedades literarias ofrecían buena literatura.
TÍTULOS ANILLADOS
“No leer” incluye reflexiones sobre aspectos de la obra, entre otros, de Manuel Puig, Nicanor Parra, Natalia Ginzburg, Roberto Bolaño, Adolfo Couve, Mario Levrero, Diamela Eltit, Julio Ramón Ribeyro. Pero también recuerdos sobre las lecturas obligatorias de Zambra, exigidas en el colegio, representada en “Madame Bovary”.
También el arte de leer en fotocopias y el elogio a esas lecturas de papeles anillados y empastados con esmero. Igualmente el arte de corregir, tomando como ejemplo los escritos de Adolfo Couve, que Zambra asegura se asemejan a poemas, textos que sólo crecieron en un libro cuando se publicó póstumamente “Narrativa completa”.
Zambra en “No leer” dice que leer y escribir son cosas distintas, pero en el fondo de la página muy similares. Y cuenta cómo nació la escritura de su primera novela, “Bonsái”, un libro de menos de 100 páginas que produjo varios legajos de comentarios. Si Zambra desconfía de la ficción, aquí se alarga en pocas líneas con desbordante -pero contenida- imaginación.