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Drácula y Van Helsing: cara y sello de la moral en El horror de Drácula de Terence Fisher
Por Bárbara Aburto
Magíster en literatura Hispanoamericana y Chilena / Universidad de Playa ancha
Noviembre, 2015. Valparaíso, Chile
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A casi cincuenta años de haberse estrenado el film “Horror de Drácula” no es de extrañar que haya sido restaurada y premiada en el festival de Cannes del 2007. Su autor, el londinense Terence Fisher se ha posicionado como uno de los más influyentes directores de cine de terror en la segunda mitad del siglo XX.
La obra cinematográfica de Terence Fisher continúa siendo una excepción. Heredero de una cultura considerada como superior y que cargaba con la culpabilidad burguesa de sentirse responsable por las futuras desigualdades sociales, - surgidas a partir del siglo de las luces, donde la fe en el progreso ilimitado y el desplazamiento de Dios por la razón eran la defensa del hombre, -fueron los elementos que tornaron su cine tan controvertido, esquivo y faccioso. A partir de la creación de un lenguaje fílmico único, signado por la multiplicidad de significados, alegorías, símbolos y por la innovadora propuesta de un horror intelectual, surgido de contradicciones religiosas y de falta de fe tanto en el presente como en el futuro es que este cineasta erigió una verdadera poética del cine.
Su producción cinematográfica guarda en su interior una riqueza inabarcable, y ofrece poderosas radiografías sobre los cambios sociales, integrando profundas reflexiones sobre la sociedad y el propio ser humano. En sus obras notamos que sus personajes se debaten continuamente entre dar rienda suelta a sus instintos más primarios o reprimirlos tal y como impone el orden burgués al que pertenecen. De ahí que en el film “Horror de Drácula", el protagonista, como una bestia desbocada, deje de tener una importancia meramente figurativa y se convierta en el liberador de la verdadera condición del individuo, de sus pulsiones e instintos, frente a la cuadratura que el sistema social muestra en la figura del doctor Van Helsing.
Bajo este contexto, en este ensayo se abordará cómo en el film Horror de Drácula (1958) se refleja la crisis del contexto social e histórico dominante. En palabras de Jaime Córdova en su libro “Hammer films: otra mirada hacia el horror”, en este film se exponen las anomalías de la sociedad victoriana inglesa, estructurada y conservadora, con un machismo supremo y un fuerte apego a la razón y a las normas de la moral que se deconstruye en un grupo de tensiones de índole sexual y social que se estaban desarrollando subversiva y soterradamente.
El mal está encarnado en un aristócrata, el Conde Drácula , que representa el ansia desaforada de experimentar lo instintivo y lo pasional , en el fondo las más íntimas pulsiones del ser humano que se habían visto coartadas , representa también los sueños de poder y ascendencia social del mundo capitalista . Drácula es una creación de esa clase social y de esa visión de mundo. Van Helsing es el opuesto, representa a la burguesía pujante. Él es conocedor de las claves que harán posible la detención de la propagación del imperio del caos así como su extinción. Este científico salvará a clase burguesa de su destrucción dando la lucha salvaje para defender los pilares de la sociedad civilizada: la creencia en Dios , el respeto de la familia como una institución , la fidelidad, el decoro, y a fin de cuentas, por qué no decirlo, la lucha real para adquirir el poder y la riqueza aristocrática tan ansiada.
El hecho de que Drácula represente a la clase dominante y sin embargo sea la encarnación del mal también puede ser visto como crítica social en el propio tiempo de filmación de la película, cuando la sociedad inglesa está a punto de eclosionar en un estado de predominancia de la burguesía y la clase media, ad portas de fenómenos sociales como el rock inglés de Los Beatles y Rolling Stones, en un momento en que los héroes han dejado de ser las figuras de autoridad del pasado. En el mundo post segunda guerra mundial, los caballeros y lores ingleses se han sumido en un silencio decidor. No fueron ellos quienes ganaron la guerra, sino los comunes, y tras el período de carestía y apretura que significan los 50 en la Inglaterra de posguerra, el cambio definitivo de la sociedad inglesa es inevitables.
El enfoque de esta propuesta es demostrar que el personaje del Conde Drácula representado por Christopher Lee es una bestia que atrae porque representa el desenfreno de las pasiones y las perversiones del ser humano, representa el caos, la inmortalidad y como diría Gerard Lenne en su libro: “El cine fantástico y sus mitologías”: “con su sed insaciable desafía las leyes sociales y religiosas” En ese sentido y siguiendo a Lenne es que este chupasangre subvierte el orden, lo desmorona, “es dispensador de placeres prohibidos” de una sociedad conservadora que está en crisis de valores y se enfrenta al doctor Van Helsing, interpretado por Peter Cushing, quien representaría, en el film, a la razón , al sujeto pragmático , el inglés de la era industrial y de las invenciones, seguro de la fuerza de la ciencia aplicada y la técnica, que finalmente va a eliminar los últimos remanentes de la superstición, encarnados en la figura anacrónica de un vampiro en la era del triunfo de la ciencia y la inventiva, quien deberá defender estos preceptos actuando como una suerte de subalterno de la ordenanza social, quien deberá salvaguardar la moral y erradicar al “monstruo” que está amenazando a la sociedad.
Fisher, afirma Córdova, fue un filósofo del cine , analizó el espíritu de siglos pasados a la luz del siglo XX y filmó todo aquello que no se podía mostrar en la época en la que se enmarcaron sus trabajos fílmicos pues en esencia pretendió socavar en el árido campo temático de la trascendencia humana. Reconocido como uno de los mejores cineastas de la historia, sus películas parecen tener otra textura, se encuentran, a decir verdad, apoyadas en un fundamento filosófico y moral, que está basado en la idea del miedo y no en el efecto del miedo. Por ello sus films provocan angustia racional y no visceral, porque retratan con realismo historias imposibles.
La integración tiempo-espacio-color-sonido es absoluta. Es un cineasta que invita a estar atento a las alegorías en conjunto que constituyen historias, como a la cantidad de símbolos que frecuentan sus films. Lo interesante de la obra de este director londinense es que tiene como misión despertar en el público sentimientos y pensamientos a través de la revelación de una historia que pareciera estar inconclusa, su cine es elíptico, invita al espectador a un nivel mayor de conocimiento, a observar en detención lo que no está dicho explícitamente y que hace que sus producciones se vuelvan un complejo universo propuesto para la audiencia. El alto nivel de incertidumbre y suspenso que provoca, en el fondo apela a desatar las perversiones más íntimas que cada quien tiene al ver un film. Esto es, sin lugar a dudas, infinitamente un rescate al verdadero ideal del arte.
Sus producciones fílmicas han sido de gran aporte al desarrollo audiovisual. Si bien en ellos hay pocos personajes, lugares cerrados, unipuntualidad del tiempo y espacio, las imágenes son la elocuentes, no las palabras.
Al amparo de la industria productora Hammer Films, en la década del 50 habrá una renovación en el género cinematográfico. El verdadero auge del cine de terror a la inglesa emerge de la mano de Terence Fisher y un selecto grupo de colaboradores. El horror gótico de sus producciones cinematográficas serán las primeras en incursionar en el technicolor, técnica que consistió en la impresión de los colores uno tras otro sobre una película única, para la proyección utilizando tres colores complementarios (cian, magenta y amarillo) de la síntesis sustractiva. El azul, asociado al verde, dará una paleta desconocida hasta entonces en la pantalla; en cuanto al rojo, saturado hasta el límite, permitirá reforzar mayormente la intensidad dramática . Ese rojo brillante es la firma del technicolor y será la firma distintiva del nuevo proyecto encabezado por Fisher. Los antiguos monstruos clásicos se impondrán ahora en la pantalla con esta técnica que impactará pues el terror se teñirá de un rojo apabullante que sorprenderá al ojo espectador y les provocara aún mayor morbo y estupefacción.
Otra de las peculiaridades que caracterizan y distinguen su trabajo es el uso de una simbología oculta que debemos interpretar. Por ejemplo, el águila , el cañón y los arcos ubicados a la entrada del castillo son representación del poder y la masculinidad, el derrame del rojo brillante de la sangre al inicio de la película es indicio de las muertes o conversiones al vampirismo que más adelante se exhibirán, el negro misterioso de los paisajes nocturnos por los que transita el vampiro, los pasillos laberínticos del castillo , su capa y vestimenta en general de negro que son la metáfora del misterio y lo siniestro, el blanco de los vestidos vaporosos de las damiselas Lucy y Mina representan la ingenuidad y pulcritud, la música perfectamente pensada para cada escena , los ajos el crucifijo el agua bendita, entre otros . Estas claves simbólicas puestas no azarosamente lo que hacen es acabar aún más la descripción, no visual, sino intima de sus personajes para dar a la película un giro radical al terror visceral anterior a Fischer y superponer la idea de intelectualidad.
En “El horror de Drácula”, el Conde es un ser rebelde, anárquico y sugestivo que se instituye en el ímpetu liberador de los impulsos sexuales y, por consiguiente, de insubordinación hacia el orden social establecido. Al morder del cuello a indefensas doncellas victorianas envueltas en sensuales y vaporosos vestidos para chupar su sangre perturba el orden del cuadriculado mundo inglés, algo completamente inconcebibles de poderse llevar a cabo en los años treinta o cuarenta en el cine.
El sempiterno atractivo del tema reside en que en momentos de desarticulación social estas temáticas vinieron a enardecer las aprehensiones y los prejuicios de la sociedad. El vampirismo simboliza aquella manifestación de voracidad insaciable del hombre y la sed de poseer lo que pertenece a otros sin tomar en consideración nada más que sus propias ansias. Él es un agresor que no solamente succiona la sangre de sus víctimas hasta agotarlas, sino que además trasmite con su mordida la génesis de su maldad, con la que contamina y controla a otros. El vampiro representa, entonces, las pulsiones humanas reprimidas, pero también ha sido y es una representación del caos y el desmoronamiento social . En palabras de Carlos Losilla “el espectador ve en la figura vicaria del vampiro aquello que él se ve obligado a constreñir en lo inconsciente” , de ahí la explicación del goce por observar las impudicias que este malévolo personaje exhibe en la pantalla.
El hijo de un príncipe transilvano conocido como Vlad Dracul, y que reinó durante el S.XV, fue apodado Drácula. Su padre fue un héroe para su país y destacó por defender su reino contra las invasiones Turcas. Sin embargo, pasó a la historia por demostrar su crueldad con sus enemigos, ganándose así el sobrenombre de Vlad Tepes (el Empalador). Así, los adversarios del Príncipe de Valaquia eran ensartados vivos en afilados mástiles una vez les había torturado cortándoles pies y manos. Estas historias fueron contadas por monjes que transformaban y enriquecían los hechos para hacerlas más aterradoras.
Otros relatos como éste fueron ciertamente populares durante los siglos XV y XVI. Pero no fue hasta el S.XIX cuando el escritor irlandés Abraham Stoker realizó su particular versión del mito del príncipe rumano. El relato de Stoker es básicamente una historia de amor la de Jonathan Harker y Mina Westenra interrumpida por la abrupta llegada de un monstruo sobrenatural que combina la esencia de las leyendas del personaje histórico con el folklore transilvano, todo ataviado con tintes sobrenaturales en un texto escalofriante que ha servido de inspiración para un sinfín de obras inspiradas tanto en el relato o el personaje original como en el mito vampírico que originó.
El texto escrito en 1897 por Bram Stoker, fue publicado originalmente en Inglaterra. La historia del Conde Drácula no se ha limitado a existir en las páginas impresas sino que ha pasado por todos los medios de comunicación existentes, desde el formato original como novela, hasta la producción cinematográfica más elaborada, pasando por los videojuegos o los cómics; bien adaptando la historia de Stoker o bien sobreviviendo como un personaje independiente.
El cine de terror venía de una profunda crisis creativa originada a mediados de los años cuarenta, cuando la Universal deja de realizar películas vinculadas al género . Así, entre 1946 y 1957, son muy pocos los films adscritos a este género, salvo excepciones, de exigua relevancia.
Para el cine en general, la figura de Fisher no se puede desentender de su especialización en el terror, género que siempre ha sido menospreciado por los sectores más elitistas por abordar en él temas tabú de la sociedad. Con Terence Fisher el cine de terror estará cargado de color, sangre y sexo, y atraerá al público exitosamente aunque a los ojos de algunos sectores sociales esto provoque escozor.
Si se habla de cine de terror, es preciso mencionar a la productora británica Hammer, que a lo largo de los años 50 y 60 desencadenó una serie de grandes películas del género, como La maldición de Frankenstein (1957), Drácula (1958) y La Momia (1959). Su director estrella fue justamente Terence Fisher.
La productora británica Hammer inauguró su producción vampírica con “Drácula” (1958), film dirigido por Terence Fisher y protagonizado por Christopher Lee y Peter Cushing. En los Estados Unidos, el título se cambió por “Horror of Drácula” para evitar confusiones y evitar problemas legales con la película homónima Drácula (1931) dirigida por Tod Browning y con Béla Lugosi en el papel de Drácula.
Las producciones de la Hammer se caracterizaban por su bajo presupuesto, lo que repercutía en utilizar actores de serie B, es decir, optar por decorados baratos y prescindir de los efectos especiales .La producción empezó en los Bray Studios el 17 de noviembre de 1957 con un presupuesto de 81.000 libras esterlinas. Esta producción cinematográfica, caracterizada por la crudeza de las escenas de acción y terror se encontraban perdidas en interminables diálogos y escenas que rompían completamente el ritmo de la acción. En el contexto en que se estrenó Drácula de Fisher, la sexualidad desbocada aparecía como una forma de seducción. Aquel erotismo perverso reflejaba el espíritu de la confrontación a los valores burgueses en decadencia que tomaría cuerpo ya entrada la década de los 60. Nunca antes ni después el sentido anárquico, latente en la obra de Stoker, se trasvasó al cine en una temperatura de ebullición social tan apropiada como la de aquel momento. El film prontamente se tornó exitoso por su innovadora y perfecta combinación de fantasía, romance, sexualidad y violencia así como también llamo la atención, con respecto a otras versiones, los decorados interiores que pasan a convertirse en auténticos laberintos por los que evoluciona una cámara aparentemente empeñada en encerrarnos en una tela de araña, manipulando así la sensación de inquietud del espectador.
Esta producción cinematográfica fue el punto de partida para la dupla de Lee, quien encarnó al misterioso Conde Drácula, como para Cushing, quien interpretó al profesor Van Helsing, quienes posteriormente se habrían visto en muchas otras producciones protagonizado en conjunto películas que tenían como eje central la vieja temática del bien y el mal.
El cine de la Hammer inspira un renacimiento del terror y del uso del color en este género y será la influencia directa para cineastas como Roger Corman, que, siguiendo la tónica de la productora británica, se lanzará a rescatar para el cine la obra de Edgar Allan Poe. Y si Lee y Cushing serán los actores Hammer, tendrán un equivalente para Corman en la figura de Vincent Price.
Drácula: Dispensador de placeres prohibidos y Van Helsing, delegado del orden social y de la moral burguesa.
El conde Drácula contrata a Jonathan Harker para que se haga cargo y ordene la biblioteca del castillo desconociendo las verdaderas intenciones de éste, quien hace su llegada a la morada del Conde con el objeto de asesinarlo y acabar con el reinado del terror que ha estado imponiendo el vampiro en el pueblo. A poco andar conoce a Drácula “El vampiro elegante y estilizado que en el film es el mal liberado que ya ha adquirido una encarnación propia”, quien lo dirige hasta su habitación para que se acomode y descanse. Harker saca de su maleta una fotografía de su novia Lucy y la pone sobre el escritorio, el Conde observa la foto, sonríe y le menciona que es adorable. Se retira dejando a Harker encerrado con llave. En ese momento éste comienza a urdir cómo daría muerte al vampiro.
El sueño del falso bibliotecario es interrumpido y se topa con una vampiresa, quien le pide ayuda para que él la saque de la prisión en que la tiene encerrada el Conde, ella abraza a Harker y lo muerde, “convirtiéndolo” en eso llega Drácula, la empuja violentamente y luego la ataca por sentirse traicionado.
Van Helsing “El caballero puritano, el guardián de la moral” lega al castillo con la misión en conjunto que tenían con Harker de acabar con Drácula y se encuentra con su amigo convertido en vampiro por lo que no duda prontamente en empalarlo y partir a dar las noticias a la prometida de Harker, Lucy, quien está gravemente enferma y en cama al cuidado de su cuñada Mina y su hermano Arthur, los que, por cierto, desconocen el mal que la muchacha ha comenzado a padecer.
Van Helsing se da cuenta que la joven ha sido mordida por Drácula y con ello encuentra la explicación de su palidez y su falta de fuerza. Intenta protegerla dando algunas instrucciones de cuidado a Mina, sin éxito. Lucy ha comenzado a convertirse en una amenaza por lo cual Van Helsing la asesinará clavándole una estaca para matar al demonio en el que se había transformado y otorgar descanso en paz a su alma. Mina al poco tiempo también es atacada y raptada por Drácula por lo que Van Helsing parte hacia el castillo a acabar de una vez con el vampiro.
En palabras de Lenne el ataque de Drácula a las mujeres, se explicaría como “El vampiro establece dominación por medio de personas vulnerables, triunfa la sensualidad sobre la legitimidad. La victoria del vampiro se evidencia como una liberación de la libido, como transgresión de tabúes”. Las mujeres representan en el film la fragilidad, seres endebles y ávidas de placer, agobiadas por un sistema que pareciera tenerlas prisioneras y es allí donde, según Losilla, “Drácula viene a identificarse con la sexualidad pervertida” o a ser una especie de “dispensador de placeres prohibidos”.
Drácula invade la tranquilidad de una familia típicamente burguesa y acaba enfrentándose a Van Helsing, poniendo al descubierto las frustraciones y las represiones de todo un grupo social. Esta pugna entre Van Helsing y Drácula es una de las escenas de mayor intensidad dramática, Drácula es asesinado por el doctor, pero no con una estaca clavada en su corazón, sino que con la luz del día, es consumido por la claridad, que bien puede representar el triunfo de la razón y el orden. Van Helsing frena la escapatoria de Drácula mostrándole una cruz que improvisa con candelabros. Es decir, el símbolo religioso triunfa, derroca el mundo normado y vence al salvajismo del vampiro por la fuerza simbólica de la cruz (que representa la fe en Dios) que el doctor improvisa para arremeter contra el vampiro y acabar con él. Carlos Losilla, en la introducción al cine de terror dirá: “Se trata de un verdadero enfrentamiento, con la clase burguesa defendiéndose y parapetándose tras su propio orden cuadriculado, tras sus símbolos religiosos que intenta impedir cualquier tipo de fuga por los resquicios de su decadencia”.
Ciertamente este ensayo pretendió -acatadamente- mostrar una de las tantas aristas de interpretación del film “Horror de Drácula” (1958) de Terence Fisher. Esta producción cinematográfica estableció, en su época, un giro radical en el cine de terror; su marca distintiva tiene que ver con un tipo de horror intelectual que cava hondo en la psiquis del espectador quien debe ser al mismo tiempo activo en dilucidar los diversos enigmas que ofrece este colorido, erótico y sangriento film.
Drácula de Terence Fisher es una de las películas de terror más poéticamente bellas de toda la historia del cine. Su huella fílmica quedará, en palabras del francés André Bazin embalsamado en el tiempo, momificado por toda la eternidad pues la figura del Conde Drácula de Fisher ha sido tan perfectamente lograda que a lo largo de los años seguirá siendo el vampiro por excelencia dador de fuerza vital (a través de su ritual vampírico) y liberador de las más íntimas pulsiones y perversiones del ser humano, así como también emblema de transgresión y atrincheramiento al ajedrezado orden social de la época.
La influencia del Drácula de Fisher y su fuerza en el imaginario popular puede calibrarse en algo tan simple como constatar que de todos los actores que han encarnado a Drácula, es Christopher Lee el más recordado de todos, por sobre Bela Lugosi, y ha sido Lee el actor frente al cual se deben enfrentar todos los actores que han encarnado luego al personaje. De igual forma, Cushing dio forma al Van Helsing definitivo, y la única forma de sacar al personaje de este encasillamiento fue cambiarlo radicalmente, sea haciendo de él alguien menos normativo (Anthony hopkins en "Drácula de Bram Stoker", Coppola, 1992) o un héroe de acción (Hugh Jackman, "Van Helsing", Sommers, 2002)
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Bibliografía
Drácula en el cine. Fundación Alonso Quijano
http://www.alonsoquijano.org/esferas/marco1/paginas%20word/dracula%20en%20el%20cine2.htm.
Rodolfo Baptista. Ensayo: El cine de terror, metáforas de la realidad social. http://www.retrovisor.com.ve/articulo-el-cine-de-terror:-el-mal-que-habita-en-la-mujer.
Jesús Jiménez: Terence Fisher, maestro del terror, crítica a la monografía de Joaquín Vallet.
http://www.rtve.es/noticias/20131001/terence-fisher-maestro-del-terror/753601.shtml.
Alonso Machuca-Jaime Córdoba: Fenomenología de lo fantástico en el cine de Terence Fisher. Editorial Jagüel, Mendoza, Argentina, 2010.
Carlos Losilla: El cine de terror. Introducción. ”, Editorial Paidós, Barcelona 1993
Gerard Lenne: “El cine fantástico y sus mitologías”, Editorial Anagrama, Barcelona, 1974.
Jaime Córdova :Hammer Film: otra mirada hacia el horror, Ediciones Facultad de Humanidades ,Universidad de Playa Ancha ,
André Bazin: ¿Qué es el cine?, ediciones Rialp, S.A, Madrid, 2012.