El estadio está vacío  
                    y sin embargo
  
                    hemos permanecido desde hace muchos años  
                    Aquí  frente a este partido que nos fue postergado
                  
                    
                       (¿recuerdas? estábamos en una ronda gigante
  
                        un carrusel indetenible
  
                        cantando
  
                        empezando a decirnos adiós)
                    
                  
                   Las líneas están trazadas a media cancha  
                    a pesar  
                    desde mucho tiempo el estadio está vacío  
                    Aquí
  
                    donde no hay árbitro 
                    porque
  
                    murieron los jugadores cansados sudando
  
                    un tiempo ya perdido  
                    Aquí  
                    Donde sólo se escucha el ruido de un reloj  
                    reflejado en un espejo
                  
                    
                       ¿recuerdas cuando cantábamos?: 
                        ... "Ana se irá. Y no volver nunca 
                        y jamás retornar
  
                        y pasar
                        porque nunca habrá después  
                        otro nombre para escribir con sangre
  
                        y galopar  
                        galopar hasta jamás volver ... ") 
                    
                  
                  El estadio está vacío aunque
  
                    desde el fondo
  
                    seguimos en silencio esperando las canciones  
                    Aquí  
                    Donde las voces son todavía un instrumento mudo  
                  
                    
                      (recuerdas esas voces visionarias, intuiciones  esperantes  
                        que cantábamos:  
                        "...Ana, algún día estaremos solos en la  noche 
                        sudando frío en el rincón del patio donde  
                        caen fetos de gorriones después de las lluvias
  
                        y nos querremos decir palabras  
                        y querremos recomenzar  
                        y será tarde. Ana,  
                        olvidar es morir ... ")
                    
                  
                  El estadio está vacío y sin embargo  
                    hemos permanecido obstinadamente
  
                    Aquí  
                    donde esperamos el principio del partido
  
                    para siempre,  
                    otra vez.  
                    Olvidar efectivamente fue morir.
                   
                   
                  FOTOGRAFIA  I
                  Aquí el bufón no ríe  
                    observa:
                    La madre abre los placeres
  
                    que oculta en su pubis.  
                    Fragante resaca que tira y retira.  
                    Contracciones para un hijo que huirá.  
                  Absorto,  
                    el adolescente tiene sus primeros  
                    sueños eróticos.  
                  Aquí  
                    en el paraje  
                    está el Rey  
                    deseando ocupar su territorio.  
                  La princesa mayor espera
  
                    a lo largo de dos meses consecutivos  
                    la llegada del hombre  
                    que irá a la guerra por ella
  
                    citando versos de Homero.
                  El adolescente ha entrado ya  
                    entre las piernas de la madre,  
                    Contracción interminable  
                    de una resaca que no tiene
  
                    olor a mar.  
                  Aquí el bufón no ríe  
                    calla  
                    y hunde sus pies en agua tibia  
                    con yerbas blancas y olorosas
  
                    para encontrar alivio.
                   Vacío el trono de la madre  
                    porque ese es su destino:  
                    abrirse hasta reencontrar su engendro.  
                  Afuera  
                    el resto de la familia
                    es un bajo continuo  
                    sonando en el Brandenbrugués número 2.  
                  El adolescente
  
                    grave,  
                    minucioso se lo introduce:  
                    el mundo adquiere una redondez inacabable  
                    Perfecta ecuación al borde del abismo.  
                  Aquí el bufón no ríe  
                    pero tampoco se acongoja  
                    Sabe que después de la larga paciencia
  
                    el hijo se voltea contra el cielo
  
                    y piensa en el futuro  
                    y en la huída  
                    Sabe que la madre se sobajea el sexo
  
                    con insistencia  
                    y mira
  
                    monótona
  
                    perdidamente.  
                  La luna equidista  
                    precisa
  
                    en el sitio exacto donde convergen  
                    todas las miradas de la familia.  
                    Pero el bufón no mira la luna
  
                    el bufón apaga la luz de los pasillos
  
                    y se encamina al campanario.
                  El Rey  
                    se sienta glorioso en el trono  
                    mapa en mano  
                    mientras suenan las campanadas  
                    en el campanario de la capilla  
                    donde el bufón piensa al fin  
                    en la próxima comedia
                    y el resto de la familia  
                    abajo
                   se retira a esperar
                  el próximo día.  
                   
                   
                  FOTOGRAFIA II  
                  Yo soy el hombre con cabeza de toro
  
                    y patas de toro.  
                    Tengo los ojos amarillos  
                    como todos los que estuvimos el día de los muertos.  
                    Desde entonces duermo recostado
  
                    sobre las juncias.  
                    
                    Valeria
  
                    la mujer de la trenza larga
  
                    me cuida.  
                    En su seno materno cabría todo un pueblo.
                   El día de los muertos no fue el primero de noviembre.
                   Valeria es bella como una estatua
  
                    marcada por el moho del tiempo,
  
                    Jamás se creyó bella  
                    como las estatuas que no saben de sí mismas.
                  Estoy aquí  
                    en este bosque
  
                    donde jamás nadie podrá hallarme  
                    y donde no hay ni un solo espejo.  
                    Cada mañana me llevan a una oficina  
                    donde me hacen firmar cientos de papeles  
                    que desconozco.  
                  Valeria espera mi regreso
  
                    y me mira con sus ojos de estatua
                    que no son ojos sino huecos  
                    abominables hacia la muerte.  
                  Aquí nadie jamás podrá hallarme.
                   Aquí no hay ni un solo espejo.
                   
                   
                  FOTOGRAFIA III  
                  Quédate allí  
                    estática  
                    con tu minifalda del año 1968.  
                    El patio era frondoso entonces.  
                    Hoy en cambio
  
                    comenzamos otra década
  
                    y ya hace mucho que pasó el año 1968  
                    y esa especie de victoria  
                    que se te veía en los ojos.  
                    ¿Ves al lado
  
                    a un costado del marco
  
                    esas bellas enredaderas?  
                    Esas eran las enredaderas que
  
                    se extendían en el reino  
                    a lo largo de todos los jardines.  
                    Hoy en cambio el polvo cubrió las hojas  
                    aunque esto parezca un lugar común  
                    ... y ese hombre que te acompañaba  
                    el que está al lado de la ventana
  
                    ¿lo vez?
  
                    ¿puedes verlo?  
                    Ese hombre también se ha ido  
                    dejándonos el diafragma lleno de rabia  
                    Hoy comenzamos otra década  
                    han pasado muchos años desde 1968  
                    y tienes los ojos más tristes  
                    la minifalda pasó de moda  
                    este daguerrotipo se ha puesto sepia
                    y mágicamente  
                    al igual como apareció la imagen
  
                    se ha ido borrando el tiempo
  
                    hasta obturar el paso de la luz.  
                   
                   
                  FOTOGRAFIA V  
                  Este es el baile de los muertos.  
                    El inmenso territorio yerto de la muerte.  
                    Círculo salvaje donde esperamos el sacrificio.
                   Aquí estamos tú y yo.  
                    Solos.  
                    Mirando al vacío.  
                  He dicho que estoy ciega,  
                    Atrás el mar es un espejo de dioses  
                    olor de patios abandonados.  
                  El horror con que me miras no tiene límites.  
                    Hoy ha llegado maldita la hora de la muerte
  
                    mártires y verdugos  
                    héroes y patrañas  
                    escollos de una civilización perdida  
                    para enterrarte y desenterrarte del olvido.  
                  Tu cuerpo flota como un río
                    donde pasó rápida la luz,
  
                    Tu cuerpo lleva mi estigma,  
                    el signo en que perpetuó nuestra muerte.
                   El día  
                    la tarde
  
                    la noche asustan.
  
                    Todo asusta en este rincón enfermo  
                  donde se grabó para siempre  
                    el desamparo del tiempo
                    (Cezanne mira tristemente desde  
                    el otro lado del mundo).  
                  Allí estas tú  
                    magia estática que congeló los cuerpos.  
                    Este es el baile de los muertos.  
                  Aquí estamos tú y yo.
  
                    Solos.  
                    Mirando al vacío.  
                   
                   
                  MULTITUDES EN SANTIAGO  
                  Sobre la desértica estepa
  
                    un rumor de multitudes se divisa:
  
                    son los antiguos corazones de los muertos
  
                    abriéndose y cerrándose;  
                    resonancia en cardos floridos.  
                  Quién dijo que en el desierto no crecerían las flores  
                    al son de los yertos corazones.  
                  Un valle
  
                    o un rumor de multitudes que se expande:  
                    flora que resuena antiguo pulso  
                    recuerdos abriéndose y cerrándose;  
                    la certeza de todo
  
                    incluso la elegida muerte  
                    los entierros cantados
  
                    los felices sepulcros.  
                    Memorias, lloviznas, disparos.  
                  Quién dijo que las flores no irían a la muerte.  
                  Helecho sobre helecho  
                    este rumor de multitudes que se abre:  
                    eco o amplificado tictaqueo ese ruido
                    de yertos corazones resonando en estas voces  
                    vegetales que se abren en felices cataratas,
  
                    florido paisaje.  
                  Quién dijo que la muerte no moriría.  
                   
                   
                  EL VIAJE
                   El fuego no prende pues
  
                    llueve y estamos desnudos.  
                    En la orilla
  
                    un encaje de leños se balancea.
                   Hacia el abismo.
  
                    Sobre el monte nubes grises.  
                  El rumor de la niebla que se expande.
                  
                     (no veo nada ¿dónde estás?  
                      ¿dónde están los otros?  
                      En el borde sobre la madera camino  
                      con los brazos extendidos yo también  
                      ando buscando un foso para morirme)
                  
                   Apenas arden minuciosamente algunas
  
                    astillas sobre la tierra mojada.  
                    Toda la extensión  
                    es el último camino.  
                  Hacia el fin.
  
                    Desde la tierra.
                  La niebla que nos cubre.  
                  
                    (no veo nada ¿dónde estás?
  
                      ¿dónde están los otros?  
                      ¿los ves? ¿puedes verlos?
  
                      Hemos venido aquí para perdernos
                      para cansarnos de no ver bajo la lluvia
  
                      ¡Déjame cargar este madero!
  
                      Yo también soy una cruz  
                      buscando el sacrificio)  
                  
                  No hay fuego pues
  
                    llueve y estamos desnudos.  
                    He aquí el paisaje
  
                    en toda su extensión.  
                  Hacia lo largo y ancho de las cruces.  
                    Sobre el abismo,
                   este inútil paseo de solitarios.  
                   
                   
                  LOS VIAJANTES  
                  Estamos tras la puerta  
                    observando a los que se van de este baile
  
                    donde nos reímos de nosotros mismos.  
                    Mañana, en una esquina que no quiere encontrarnos  
                    volveremos a decirnos: He ahí el placer;
  
                    un foso abierto en cruces crueles,  
                    una fila de muñecas rotas en el Porvenir. 
                  Escuchamos el ruido de un reloj que retumba
  
                    en los espejos de un sueño que no logro recordar.  
                    La memoria es un cadáver que se incendia
  
                    para siempre en la llanura,  
                    un labio vaginal que palpita sobre la fina comisura  
                    de la boca de un bosque de plateados diamantinos  
                    (orfebrería de sabios al borde de las aguas infinitas  
                    que esperan impacientes y no saben  
                    que nunca volveremos a humedecer la trenza muerta
  
                    con que nos hemos engañado tanto).
                  Hoy apenas disponemos de una sutil abertura
  
                    para depositar las fotografías de nuestros héroes de  infancia;  
                    Este tiempo es un foso que siempre nos anda buscando,
  
                    una estaca que persigue su destino.  
                    Estamos aquí despidiendo a los que se van
  
                    a la otra orilla de este viaje
  
                    el mañana es un fonógrafo perdido en una selva virgen,
  
                    una estepa que bien podría ser un mar  
                  Por la ventanas abiertas para siempre
  
                    a las tumbas regresantes
  
                    huyen infinitos caballos perdidos de carruseles  
                    y en los sueños que llevamos al abismo
  
                    nuevamente rebrotan los mirtos  
                    que nos acompañaron siempre las silenciosas,
  
                    frías  
                    e inconfundibles noches de Santiago.