LA ESCRITURA DE
CARMEN BERENGUER:
Compromiso con la poesía,
compromiso con la realidad
por SOLEDAD
BIANCHI
Carmen
Berenguer
La gran
hablada
Editorial Cuarto Propio
162
páginas.
Hace
casi veinte años, en 1983, Carmen Berenguer publicó su primer libro,
Bobby Sands desfallece en el muro. Hoy, en La gran
hablada, la Editorial Cuarto Propio decide recogerlo junto a
Huellas de siglo, de 1986, y A media asta, aparecido
en 1988, sus tres primeros escritos. Quedan fuera, los posteriores:
Sayal de pieles (1993) y Naciste pintada (1999).
..... ¿Qué nos muestran, qué nos
"dicen", ahora, después de décadas y en un contexto otro, esos textos
que marcaron los inicios de esta poeta?: ¿serán sólo pasos mudos, y ya
superados, de un trayecto interesante y siempre en transformación, o
emiten, todavía, nuevos "murmullos" y diferentes sentidos? Con esta
inquietud, abordaremos estos volúmenes, ya inencontrables en nuestro
medio.
..... Cuando Carmen Berenguer
comienza a escribir lo que será Bobby Sands desfallece en el
muro, opta por aproximarse a un acontecimiento "real" y a una
persona, este prisionero irlandés que murió el 5 de mayo de 1981, en
una cárcel de Irlanda a consecuencias de una huelga de hambre. La
poeta trabajó, entonces con la memoria reciente, como un homenaje, me
parece, pero, asimismo, había en su ademán cierta complicidad: una
voluntad de romper con precisiones estrictas. Pienso, entre otras: en
la geografía.
..... No hay que olvidar
que los tres volúmenes aquí recogidos aparecieron, en Chile, en plena
dictadura militar. Entonces, aunque este poemario inicial refiera a un
acontecimiento lejano, este hecho podía pensarse posible, asimismo, en
nuestro país, donde había cárceles y presos políticos, había censura,
había represión, había rechazo y castigo a la diversidad y las ideas
ajenas.
..... Casi está demás decir, que
el lector chileno debe haber hecho una analogía de vecindad, borrando
distancias y estableciendo más semejanzas que diferencias con la
situación que Bobby sands había vivido, y por la que había muerto.
Pero, sin duda, el receptor no hacía sino gozar las posibilidades
otorgadas por el texto mismo por la elaboración y transformación
realizadas por Carmen Berenguer en una escritura que permitía -y
permite, todavía- este acercamiento múltiple, y colaboraba e instaba
-e insta, aún ahora- a proceder a traslaciones y desplazamientos
varios, figurándose mudanzas y correspondencias móviles. Porque, no
hay dudas: Bobby Sands desfallece en el muro es un ejercicio
de imaginación y una práctica y despliegue de invención en su
ordenamiento; en la voz que allí se expresa; en el modo cómo lo hace;
en la forma de los poemas, cuya brevedad nos impide olvidar que quien
"habla" es un ser debilitado y frágil, a pesar de su fortaleza para
resistir, para oponerse.
..... Apenas un
suspiro se diría que son estas pequeñas unidades de pocas líneas que,
tal vez, por este mismo laconismo podríamos pensarlas escritas por el
propio prisionero en las paredes de la prisión, esos límites que -como
la muerte- cercan al rebelde Bobby Sands, quien
desfallece en el muro, día a día, como lo expresa cada título
en su progresión temporal.
..... Aunque
sin evidencias ni obviedades y con escasas explicitaciones espaciales,
en la lectura de entonces, ese muro, esos "barrotes" ("Día 40"), el
hambre, la "tortura" ("Día 33") , pedían extenderse más allá de una
precisa celda de una determinada cárcel irlandesa para apuntar a la
ciudad, al país, a distintos países.
.....
Sin duda, esta primera publicación de Carmen Berenguer no hacía
sino romper, con libertad, las imposiciones y normas, tal vez,
tácitas, mas bastante acatadas, de aquella poesía "política"
-llamémosla "política"- canónica, plena de estereotipos y visiones
maniqueístas, que impiden toda posible ambigüedad pues privilegia un
lenguaje unívoco, de supuesta transparencia.
..... De la recepción de Bobby Sands
desfallece en el muro, no pude encontrar registros: recuérdese que
se trata de un volumen artesanal, como muchos de ese entonces; que, en
aquel tiempo, la censura todavía era ley y había que someter cada
manuscrito al dictamen militar: es bastante posible que Carmen
Berenguer tampoco se haya plegado a esta orden pues la edición no
registra rastros ni rúbrica del poder. Escasas eran, asimismo, las
publicaciones periódicas "autorizadas" que acogían las voces
discrepantes, ni eran tan numerosas las clandestinas ni las revistas
literarias, casi siempre marginales, que pueden habercomentado a esta
nueva poeta y su quehacer, quizá sorpresivo por no obedecer ni
continuar los modelos tradicionales de la poesía de
"denuncia".
..... Me interesa, también,
advertir el gesto de quiebre que hizo Carmen Berenguer cuando tres
años más tarde, en 1986, dio a conocer Huellas de siglo, una
obra mucho más tentativa y de transición, donde la escritora opta por
no mantener su propia marcha y aligera la mano, creo, ensayando,
tanteando... Varía, aquí, no sólo su concepción del libro: ya no se
trata de un poema unitario y, de cierto modo, total, aunque dividido
en segmentos, sino de una recopilación de textos muy diversos y
perfectamente apartables unos de otros, lo que nunca ha repetido. Se
incorporan, además, otros intereses poéticos, entre los cuales: la
mirada a Santiago es de los principales; y el desenfado ante el
lenguaje y su uso, inscrito en "Lengua osa verba", hace presagiar
cambios en la producción venidera: en A media asta, sin duda,
donde una hablante rota, violentada corporalmente, se disgrega en
ambigüedades varias y múltiples emisiones, hablas y personas
gramaticales, confundiendo, también, los personajes, las normas, los
códigos lingüísticos. Entre las muchas voces, algunas retroceden y
dejan lugar a otras, ajenas y propias; existen fragmentos que como en
eco se repiten, y re-escritos palimsestos. Hay variaciones constantes,
gran versatilidad y fuertes contrastes. Con todo, creo que la
desenvoltura se extrema en Sayal de pieles por la relevancia y
el énfasis en el significante, como si se creara un nuevo lenguaje, no
utilitario; sin valor de cambio ni de intercambio pues no sirve, ni
puede ser usado, para comunicar; un lenguaje que se vuelve sobre sí
mismo en el goce, en el placer del sonido... No hay duda: desde
Huellas de siglo, libro intermedio, se nota un mayor desparpajo
frente a un lenguaje que se agrede, al igual que se fuerza y
distorsiona la sintaxis y el cuerpo del texto y el cuerpo humano. No
obstante, la inquietud por la situación política y sus consecuencias
continúa, y no sólo en la autora: así, un poema como "Molusco" no
puede sino ser leido como un subterfugio expresivo, para aludir y
nombrar la represión, eludiéndola, aunque casi se imite a describir el
rudo proceso de ablandamiento del "concholepas" o loco.
..... Pienso, entonces, que Huellas de
siglo podría sintetizar un tránsito entre dos "lenguas", referidas
con constancia: aquélla parte de la boca de Bobby Sands, ese órgano
que ayudaría a comer al hombre con hambre; y esa otra que, en A
media asta, se vuelve habla y escritura declaradas, sin que se
olvide o desaparezca lo físico cuando la lengua lame y acaricia,
colaborando al erotismo sexual y lingüístico y textual en fricciones,
frotes, ficción, fantaseos, intentos, inventos...
..... El cuerpo, sus partes, el deseo, la
violencia física, el amor, el acto de escribir, son obsesiones y
materialidades cada vez más presentes y profundas en la poesía de
Carmen Berenguer. Al elegir al huelguista irlandés Bobby Sands como
sujeto poético, la poeta se inclinaba por la disidencia. En A media
asta, esa marginalidad se expande y aparece, también,
nuestro pasado cuando habla la mujer indígena, la despojada,
adolorida, históricamente violada. Las mapuches, las onas, como
marginales, al igual que Sands, al igual que "la expatriada
Raimunda", "la loca del pasaje", y los "arrabales" de un espacio
apenas insinuado, pero que había dejado sus marcas urbanas en
Huellas de siglo: la ciudad, ahora cada vez más presente y
hasta construida, ruinosa y plural, en Naciste pintada, el
último escrito conocido de Carmen Berenguer, ubicado en Santiago, en
Valparaíso, y sus memorias citadinas.
.....
Y para terminar, retomo el nombre de esta presentación y
explico que pocos años después del Golpe de Estado, a Enrique Lihn le
preocupaba que los poetas se comprometieran más con la realidad que
con la poesía. Me parece evidente, sin embargo, que la lectura de los
volúmenes que componen La gran hablada evidencian la superación
de esta fractura pues, sin temor a arriesgarse y variar, de libro en
libro, Carmen Berenguer sigue renovando su modo de expresar una
historia, personal y colectiva, más o menos cercana, más o menos
imaginada.
Este texto de Soledad Bianchi sirve de
prólogo a la edición de La gran hablada de Carmen Berenguer publicada
por Editorial Cuarto Propio.
en
LIBROS&LECTORES
Nº 1, enero marzo de
2003