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. . . . ...................................................... . .. Fotografía de César Reyes

 

“He escrito siempre como si me fuera a morir mañana”
(Conversación por email con Américo Reyes)

Por Bernardo González Koppmann



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- Después de leer "Que los cuerpos cumplan su destino", tu obra completa reescrita, corregida, recuperada y publicada el año pasado, quisiéramos conocer más al autor de tamaña propuesta poética. Entonces, antes de hablar de tu poesía, ¿quién es Américo Reyes, el poeta de Curicó?
- Como ciudadano común y corriente, siempre he creído que las autodefiniciones resultan un tanto majaderas, más aún para alguien que escribe, o pretende al menos, escribir poesía. Sobre todo si como poeta, por mucho que trate de evitarlo, estoy todo el tiempo tratando de definirme en mis versos, que es una forma de buscarme y encontrarme, de dar conmigo, para mostrar al individuo que soy, si es que a alguien le interesa. No creo ser mejor ni peor que otros.

- Clarito. Bueno, Américo, entremos en materia entonces. Me gustaría saber cómo desarrollaste tu oficio de escritor, tu escritura, para llegar a ese estilo tan propio, tan original que tienes. ¿Qué etapas has ido atravesando en tu aprendizaje poético?
- A la edad de 12 años encontré en un libro de castellano de la época (estoy hablando de 1973…) una maravillosa sugerencia. Se le preponía al alumno escribir un texto que hablara de una mariposa que quiere llegar a la luna, imagínate... Sonaba bonito y acepté el desafío. Fue mi primer poema. Poco después recibo de manos de mi madre un ejemplar de La Araucana, libro que me cautivó por su sonoridad, la forma de narrar el encuentro de dos culturas tan antagónicas, etc. En ese tiempo llego también a Neruda, hecho que se transformó para mí en un acontecimiento de proporciones, si bien ahora de adulto me siento muy distante de la poesía partidista y/o militante, debo decir que mi creación de mis inicios tuvo toda esa influencia. Recuerdo que en mi adolescencia armaba folletitos con mis poemas a los que les daba carácter de libro, al que consideraba acabado... Qué ingenuo, ¿no? En esos folletos me refería a las culturas precolombinas sobretodo de una manera muy romántica...; el tema existencial me calaba hondo, tú sabes, el tema amoroso... Piensa que en Chile acababa de instaurarse una dictadura feroz, yo era un jovencito de provincia sin mucha información... Bueno, obviamente debo decir que mi obra de entonces estaba influida por los poetas que iba descubriendo, en especial los españoles, la poesía iberoamericana con sus altos y bajos... Bernardo, yo escribo porque no podría no hacerlo. No sé si soy tan original como tú dices (la originalidad en literatura está muy desprestigiada). Se logra ser original, y esto sólo lo supongo, escribiendo siempre desde nuestro ser profundo, alentando la naturalidad y el placer de escribir, siendo en extremo sincero. La poesía para mí sigue siendo como esa sugerencia escolar de la que te hablé al principio, ésa de la mariposa que quería llegar a la luna. Vista así, la poesía es la posibilidad del viaje a lo imposible, dar la señal de que existimos, y por decirlo con cierta onda: agarrarse del cielo... pero con los pies bien puestos sobre la tierra.

- Américo, además de tu estilo personal, con un lenguaje cultísimo, te paseas por temas populares, pueblerinos y con reiteradas referencias a ríos y parajes silvestres. Pero, además, eres un fino cultor de la poesía homoerótica. ¿Me puedes hablar de esa propuesta, por favor? Has dicho alguna vez "Me encantan esos lugares donde se puede ir a pata pelá, ser salvaje e irresponsable".
- Ah Bernardo, estás dejando en evidencia mi condición de granuja... Sentado en una roca, con las patitas en el agua, el vino y la poesía tienen otro sabor. He vivido en esos lugares más de alguna aventurilla, que luego he plasmado en versos. Y es ahí donde mi poesía se torna como tú dices, en homoerótica... Es decir, poesía amorosa, que en mi caso no sé si tiene carácter de propuesta, tomando en cuenta que no levanto banderas ni lemas; no es una poesía homoerótica militante, por así decirlo. Es mi vida sentimental al límite, eso es todo.

- Así es mejor; que prime la hermosura desnuda de tu poesía alejada de parámetros tan ajenos a esa manera tuya de concebir la escritura. Américo, háblanos un poco de la estructura de tus poemas, donde te paseas desde la rima harto rigurosa de las formas clásicas hasta el versículo más rebelde, sin inmutarte.
- Con el tiempo me he vuelto más exigente respecto de mis escritos. En mi libro "Que los cuerpos..." explico este asunto en algunas notas. Eso de la corrección, la re-escritura y a veces la anulación total de más de un poema que en algún momento consideré imprescindible, bueno, tú sabes. He tratado de darle duro a (casi) todas las posibilidades líricas. Desde el verso libre, por la frondosa musicalidad y libertades expresivas que ofrece, hasta la majestuosidad del soneto. He trabajado también la oda porque me parece que encierra la esencia prístina de la poesía: la celebración, el gozo...

- Otra pregunta. Es novedoso ver en Chile un libro al que se le agregue tal sobrecarga de Notas y Subnotas anexas a los poemas. Por cierto que esclareces la técnica de la reescritura con esas explicaciones al margen, pero, ¿lo consideras necesario para leer tu poesía?
- Es un juego. Alguien dijo: "Hay que sacar de quicio al lector"... Yo quiero sacarlo de quicio, pero divirtiéndolo.

- Perfecto. Américo, ¿"Que los cuerpos ocupen su destino" es una antología de tus cuatro libros o una obra única en desarrollo a la manera de "Hojas de hierba" de Whitman, "Cántico" de Jorge Guillén o "Edades" de Antonio Gamoneda? ¿Cómo la concibes, cómo la edificas? Es muy interesante el proceso que has utilizado para construir esta verdadera magnun opus, poniéndonos cursis de frentón.
- Salvando las distancias respecto de los autores que mencionas, yo creo que en cierto modo sí, este trabajo lo erijo como una suma de mi poesía, sobre todo cuando uno concibe su propia obra marcada por definiciones claras e insoslayables. Cambiar de estilo sería como cambiarse de piel. He escrito siempre como si me fuera a morir mañana. Corrijo mucho, quizás demasiado, pero escribir me resulta muy placentero y me da la sensación de que sirvo para algo.

- Américo, ¿cuáles serían tus referentes? No me digas que eres un clavel del aire, o de generación espontánea. ¿Qué poetas admiras, qué escrituras son de tus afectos?
- Ja ja... Está bueno eso de la generación del clavel del aire. Pero, en serio, no sé si pertenezco a generación alguna... ¿Cómo se mide eso? ¿Por la edad?, ¿primera publicación?, ¿estilo? Soy un poeta del Maule, lo que me maravilla y honra, y mis referentes son los libros de distintas edades y latitudes, tú sabes, que leo y releo, con Whitman a la cabeza. De la literatura lo espero todo mientras me siga dando gozo y asombro. Me carga eso de las guerrillas literarias. La poesía no es una carrera de caballos y por tanto creo que cada uno de los que hemos optado por la palabra como opción yo diría de vida, tenemos que hacerlo con humildad y, en especial, con algo que a muchos se les olvida: la naturalidad, independientemente del credo, filosofía o alternativa política que se profese.

- Para ir terminando. ¿Te aminas a compartir un poema breve que te represente, en esta entrevista? Para ilustrar esta conversación, me refiero, y para hacerse un juicio de qué calidad literaria estamos hablando.

- Podría ser éste:

TODO OCURRE UNA VEZ III

Ahora sé que cuando tuve muchos años
también era joven
mientras me alcanzara la vida para
contar lagartijas en la desolación
y espantar moscas con la mirada
y comprender que el amor haría de mí
un hombre hosco y malhumorado
a la vez que el rencor me abriría
un mundo de posibilidades
Vivir en paz sería
a fin de cuentas
otra cosa”

Aquí tengo otro:

“Miré la fotografía una y otra vez
hasta que adiviné su pasado.
No obstante, a duras penas logré descifrar
lo que mi amigo había garrapateado en el dorso:

 

De los tres que
aparecemos
en esta fotografía
apenas seis seguimos con vida:
nueve han muerto, dieciocho
fracasaron.
El de la izquierda
 huyó de todo,
el de la derecha convalece aún
de enamoramiento ancestral.
La muchacha que sonríe
 quedó huérfana
de muchas humedades,
la que llora suspiró tardíamente.
Y yo que aparezco
con mi perro
abrazándolo
cumplo años cada vez
que vuelvo
 a mirar
esta fotografía.

De "Que los cuerpos cumplan su destino". 

- Por último, ¿qué esperas de tu carrera literaria? ¿Para qué escribes? ¿Tiene sentido todo esto?
- Una vez un poeta se refirió a su amada como "mujer de belleza indescriptible...", y yo me pregunté: ¿Es eso posible? ¿Es posible que ante lo "indescriptible" haya chocado nuestro poeta como la bestia contra los muros de un castillo? Entonces comprendí que lo "indescriptible" para el poeta no constituye carga. Es más: lo indescriptible es el campo de acción del poeta, y éste su cronista natural. Digno de compasión es el que se atenga, ya sea en la forma o en el fondo, a la moda escritural, ¿no? Mejor que el político, el poeta es capaz de distinguir los entramados del engranaje social, eso que los filósofos llaman del bien y del mal, aunque la lucha del poeta es, en mi parecer, muy otra, y muchas veces se mezcla con la de los desposeídos y los explotados... Pienso que el CANTO del poeta es, en estricto rigor, transversal porque transparenta las emociones, los sentimientos, los asombros y los trajines humanos... Y en este aspecto la poesía se asemeja a la locura porque ve más allá... Pero, siendo la poesía el más implacable tribunal, el poema se presenta carente de juicio alguno al lector sagaz... Después de muchos procesos de "necesaria contaminación" el poema debe, debiera, nacer puro y limpio.

- ¿Algo más que quieras agregar, Américo?
- Y sí, yo creo que tiene sentido todo esto, Bernardo. Cuando me preguntabas por mi "propuesta homoerótica" aludiendo a cierto tipo de poesía, te puedo agregar que si mis escritos ayudan de alguna forma a ensanchar las mentalidades, a comprender otras maneras de vivir la sexualidad y expresarlas, entonces estaría aportando con mi granito de arena, contibuyendo al fomento de la tolerancia, a participar desde mi escritura en la consolidación de una democracia más incluyente, más humana, y eso me dejaría más que satisfecho... A modo de despedida no olvidemos al poeta conquistador que en sus octavas reales "fundó" Chile a través de su poema, cualesquiera sean las lecturas que se hagan de este acontecimiento histórico; no sabríamos nada de Marco Polo si un tal Rusticiano no hubiera plasmado en un libro sus viajes maravillosos, y qué decir de aquella muchacha, Scheherezade, que para salvar el pellejo le cuenta a su rey esas historias plenas de fantasía y encanto. La vida resultaría no tolerable sin toda esa desbordante belleza y magia. Por último te digo, Bernardo, que soy muy torpe para estas cosas, estas entrevistas, y me da mucho pudor hablar tanto de mí. Ya lo hago suficientemente en mis versos, ¿no te parece? Pero como dicen "habla de tu aldea y serás universal". En el fondo de mí pienso que el individuo es la aldea…

- Definitivamente, Américo, creo que en poesía sirves mucho más que para un simple “algo", como dices más arriba. Publicaste una obra hermosa, y no es poco. Solo me resta darte las gracias y esperar que sigas escribiendo y reescribiendo tu "vida sentimental", para el bien de tus lectores y de todo ser humano que quiera crecer como persona. Nos vemos.

Talca-Curicó, enero 2014.



 



 

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