Desde el borde costero de la Región de Los Lagos, Alejandra Wolleter y Fabiola Narváez enlazan sus respectivas disciplinas (poesía y fotografía) para presentar un libro interesante, que bien pudiera representar el aterrizaje de una poesía contemplativa en clave oriental en el bosque lluvioso del sur de chile, sin antecesores nominales. El jardín de Manzanos (Ediciones Kultrún, 2021) llega en esta oportunidad en una segunda edición ampliada en texto; primera versión a través de editorial pese a haberse autopublicado hace casi veinte años.
Las fotografías monocromáticas de Narváez retratan ruinas de muelles, bordes de océano y jardines que sirven de un lienzo similar al complemento tinta-acuarela en los viejos textos de oriente, sobre el cual Wolleter extiende una poética que hace ecos de la tradición japonesa o la epigráfica presente en textos de sabiduría China, entremezclada con prosa y verso de carácter libre.
Opuesta a una poesía auto flagelante que responde a la desarticulación y a la muerte del sujeto en el gran foso de la ciudad y la modernidad, El jardín de manzanos presenta una visión sutil, alejada a su vez de lo sureño-pastoril en función de un escenario más universal. En un revés al quizás esperable componente lárico de un libro que sugiere el espacio natural como su campo de exploración, Wolleter se diferencia del imaginario Teillieriano fundamentalmente en cristalizar el tiempo de sus imágenes sin adeudarlas de una melancolía fijada por tránsitos pasados o futuros. El jardín no es un ideal que se deforma en el estanque de la memoria; se presenta como un estado de gracia flotante, fruto de una observación extática del aquí y ahora y que refiere reflexiones sin tiempo.
El ritmo de los corazones se detuvo cayó sobre las mejillas del mundo el peso de todas las lágrimas
las lágrimas resbalaron a la tierra humedecieron las semillas y brotaron en aquellos que quisieron sentarse y conversar
(El jardín de manzanos, pp.44. Ediciones Kultrún, 2021).
A través de la figura del corazón y su ritmo, del tejido de ramas, silencio y palabra, la semilla, el viento que acarrea hojas, y de la tierra que se riega con lágrimas; el colectivo de imagen y texto se configura con la ética y estética del Haiku (y es en este aspecto una indudable similitud con el poeta de Lautaro), aún cuando poéticamente no se reconozcan métricas definidas o una estructura cohesiva propiamente tal, esto debido a la naturaleza heterogénea de su exploración, aun cuando muchos textos se encuentren emparejados temáticamente. El libro finalmente opera como una especie de anecdotario poético o un diario sobre el cuál la figura de un yo que aparece y desaparece presenta comentarios, consejos, deseos, reflexiones y preguntas abiertas. Se entremezcla poesía y prosa con una delicadeza ceremoniosa de quién, en un estado meditativo, acepta con pasividad el ritmo de las estaciones y el pulso de la tierra como venga sin detenerse en normativas, enfocándose en la iluminación de la imagen poética, sea con la parsimonia del agua calma o la agitación vegetal del temporal.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com EL JARDÍN DE MANZANOS de Alejandra Wolleter y Fabiola Narváez
Por Carlos Aguilar Islas
Publicado en La Antorcha Magacín 2 de Abril 2023