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Devil Doll, o el portal de las mil voces
Por Carlos Almonte
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Cuanto más domine la razón a un hombre
menos probable es que acceda a la grandeza.
Mr. Doctor
The Sacrilege of Fatal Arms (1993, Hurdy Gurdy Records) es el quinto álbum de la banda Devil Doll, y, al mismo tiempo, una versión aumentada del disco Sacrilegium (1992). The Sacrilege of Fatal Arms es también la banda sonora de una película, escrita y dirigida por el autor intelectual de la banda, Mr. Doctor, alias de Mario Panciera (pintor, escritor y músico esloveno-italiano, además de doctorado en las disciplinas de criminología y filosofía), el que —según algunos estudiosos— también sería un seudónimo tomado de un antiguo teólogo italiano, quien agregó a Sacrilegium alrededor de treinta minutos para conformar una sola composición, sin cortes, de 79 minutos y 2 segundos, en los que se incluyen visitas al rock progresivo, gótico, folk (influencias centroeuropeas: rumanas, eslovenas, húngaras), música docta, clásica, audios reales, gritos irreales, deformaciones de voz, silencios... Mr. Doctor, apodado, con razón, el “hombre de las mil voces”, hace exacta gala de su registro de agudos y tergiversaciones vocales (técnica denominada sprechgesang), a ratos apenas audibles, entre susurros y exclamaciones ancladas en el nicho estético del cine mudo.
Adscrita a la corriente de rock gótico-progresivo, Devil Doll tiene una carrera, un rol y una trascendencia todavía inclasificables. En los seis discos a su haber (de los cuales solo cinco se pueden conseguir, ya que del primero The mark of the beast, hay solo una copia), publicados entre 1988 y 1996, se evidencia una extraña vigencia propia de los clásicos; vigencia que, evidentemente, perdura hasta hoy, mucho tiempo después de la aparición del último disco publicado: Dies Irae, en 1996.
No es casualidad que The Sacrilege of Fatal Arms —obra maestra, sin ninguna duda— verse sobre el mal, la alienación y la peste, y comience con el audio del anuncio de un nuevo Papa (Eugenio Pacelli, Pío XII, conocido por su posición abiertamente contraria a Hitler, quien fue elegido Papa el 2 de marzo de 1939, seis meses antes de la invasión alemana a Polonia, que diera inicio de facto a la Segunda Guerra Mundial). El tono gutural, trascendente y cargado de referencias, imágenes, sentimientos y emociones, además de la adscripción, digamos “secreta” del entorno, hacen de esta experiencia un portal complejo de alcanzar. Incluso para los fanáticos, se trata de un espacio restringido, guardado en la habitación de los últimos altares, en los que se ofrenda en secreto y se práctica la unión tascendental. (Para los incautos, esto no es exageración). Lo confirma la sentencia de Lao Tsé: “El que sabe, no habla. El que habla, no sabe”, incluida en el texto lírico.
En una atmósfera inquietante, individual, colectiva y epocal, se desarrolla una de las experiencias de escucha más notables de las que exista registro. La notificación inicial (desde la carátula): "Una advertencia para los curiosos: esta música puede alterar su salud mental", es por completo pertinente. Ya no a modo de inhibición o detracción, sino para acometer la experiencia en el espacio justo y con la preparación adecuada.
Este disco ha sido catalogado como un portal, un pasadizo que transita desde las atrocidades de este mundo, representadas, experimentadas y asumidas, hacia un espacio final en el que no existe la incerteza; tan breve como luminoso. Ciertamente, para ese final representado en un solo instante final, se debe experimentar el dolor y la tragedia. No hay esperanza sin dolor, pareciera decirnos Mr. Doctor; dolor que está plasmado en este soberbio compilado de imágenes, musicales, textuales y de interpretación, que, en su conjunto, conforman un total que está mucho más allá de la suma de sus partes. Este ánimo, esta diversidad, esta manifestación de collage se evidencia en un recorrido de estructuras armónicas, de ritmo, estéticas y reflexivas; desde el aroma a feria circense hasta los sonidos de campanadas y otras referencias principalmente cristiano-católicas, que se repetirán a lo largo de la obra, como hemos dicho, ya no disco musical, sino textura, roce, trágica armonía estética y consciente interpretación histórica. Un ejemplo de esto lo encontramos hacia la mitad exacta de la obra (39.56), en donde, inmediatamente después de la referencia al imperio de la oscuridad, surge nuevamente el registro en audio de una misa papal.
Sobre el concepto central de esta obra se han ensayado algunas posibilidades, que van desde la visión de un hombre enterrado (el segmento final –separado por largos silencios- avala esta teoría), lugar desde el cual se escuchan paladas de tierra, rezos de misa fúnebre, graznidos de cuervo, y un tono que expresa un cambio de estado vital... hasta visiones más conservadoras, que implican un discurso hecho de fragmentos. Toda la obra es una mixtura de imágenes y sonidos que refieren al mal desde variadas formas; desde aquella aterradora imagen auditiva de un niño encerrado, los horrores de la guerra, fragmentos de un discurso desde el Reischtag, hasta breves enunciados, susurros entrecortados de quien ya ha traspasado aquel umbral.
Como sabemos, cada obra (libro, concierto, conversación, silencio o meditación consciente) tiene su espacio, “un momento justo de apreciación justa”. Así como cada acercamiento requiere de intuiciones naturales y distintas. De este modo, The Sacrilege of Fatal Arms requiere de un tiempo, un espacio y una preparación adecuadas. Esto no es decir nada nuevo, tan solo una recomendación para vivir esta experiencia, que parte desde lo musical, e incluye ver de frente al bien y el mal, a lo luminoso, a lo oscuro, a la guerra, a la violencia, a lo heroico, a un espacio superior de convivencia... a lo que ha muerto, a lo trascendido.
Poética de The Sacrilege of Fatal Arms
Por los infinitamente largos
Millones de instantes
Bebí de la copa del delirio
Cultivando temores y locuras
Vagando, desesperadamente,
Por oscuros túneles
De la caja de huesos
Entonces, sometiéndome,
Decidí ahogarme
En las ruinas de mis sueños
Cuando la pureza se trasgrede
Tres días son insuficientes
Para resucitar
Resucitar Resucitar
La lepra se expande
Se apaga la luz de los ojos
Los truenos desgarran los tímpanos
El grito es uno solo:
¡Que la peste sea contigo!
Sacrilegium. Profanatio
Omium Quae Deo
Vel Sanctis Propositis
Consencratur
Parece que hubiera sido ayer
Cuando éramos niños
Y corríamos unos tras otros
Uno tras otro
Me encerrabas bajo llave
En el oscuro sótano
Y yo imploraba:
¡Por favor, abre!
Solía correr y tropezar con
Aquellas pequeñas cabezas
-Cortadas-
El cobertor sobre el pasto
No teníamos madre
Entonces nos turnábamos para ser ella
Siendo ella
Me visitabas en sueños
Para salir a la nieve
A través de los cristales refulgentes
De ilusiones virginales
El tiempo era nuestro hermano
Hasta la noche mortal
Torcido, te conservé
- Celosamente- a mi lado
Gélido, adornado con ropas malditas
Del súbito silencio
Te ofrecí una sonrisa
Mientras, soñando,
En un destello suspendido
El espíritu fue extirpado
Por las mortales armas del sacrilegio
¿Dónde está la desposada?
Abandonada
Huyendo de los engañados
Lo dejó solo...
Para siempre
¿Recuerdas?
Para siempre
Guardaré el secreto
¡Hablen, necios!
Desde siempre quise
Aún sin vida y vacío
Tu sombra delante del
Lecho nupcial
Allí, donde reíste
Asombrada
Mencionando los cuentos
Extraños y retorcidos
Que te contaba cada noche
Antes de someterme
Al imperio de la oscuridad
Mors en suae cohortis ludus:
¡Anathema, anatema tibi!
Arcani vis et natura:
¡Anathema, anatema tibi!
¡Los que saben, no hablan!
¡Los que saben, no hablan!
¡Maledictus!
¡Maledictus!
¡Los que hablan, no saben!
¡Los que hablan, no saben!
¡Maledictus!
¡Maledictus!
Somos solo bocetos de hombres
Atrapados en un malvado vórtice
No hay otra posibilidad
Que ser Dios o ser condenado
Sin embargo, después de todo,
Esto no se arregla con
Un consejo apenas perceptible
Un remordimiento de lo infalible
Un instinto secreto
Revela la impureza escondida en el éxito
La vulgaridad de la victoria o
La inmundicia clavada
En la fortuna
De la total pureza
De una catarsis absoluta
Está en desgracia
En la tragedia
De un inevitable jaque mate
El polvo
Que solía construir
La realidad impalpable de mis noches
Me devuelve a los caminos
Donde esparcí
Inútiles esperanzas
Cree...
-¿Puedo confiar en ti?
-¡No, por favor, no! ¿Puedo confiar en ti?
-¡Siempre, realmente, siempre!
Mi nombre está condenado;
los juramentos fueron grabados en el agua
Obedece...
Como un niño, o un idiota
Que sigue las leyes de los otros
Las arenas movedizas solo tienen un
propósito implacable
Bon voyage, mon amour...
¡Pelea! ¡Pelea!
[No llores, por favor]
Aquel enemigo invisible
Acurrucado detrás de
Hermosas, falsas, afiladas sonrisas
Tengo que decir adiós
[-Para conquistar el futuro
Y destruirlo
-Regreso una vez más
Al abismo de mi nada
-Ya sabes
La muerte tiene la virtud
De parecerse a cada uno]
Y cuando las luces se apagan
Y cae el telón, lentamente
Vuelvo para bailar sobre un anillo
Con el hombre esqueleto
Y la mujer barbuda
El niño pájaro y el enano risueño
Entre dragones y ángeles vengadores
Las doncellas aladas y las tropas de ciegos
Ladrando con sus órbitas abiertas
Llevándome -al fin- al mundo donde
La incerteza no existe
En el cielo o bajo tierra
Incluso los ángeles lloran
si un héroe se niega a volar
y prefiere arrastrarse entre gusanos
The Sacrilege of Fatal Arms
For long endless millions of instants / I drank at the goblet of illusion / Tilling tumours and follies / Desperately wandering / Through the dark tunnels / Of the bone box / Then, submitting / I chose to drown / In the ashes of my dreams / When purity is raped / Three days are not enough / To resurrect: / Everywhere / Leprosy spreads out / The light of the eyes / Is extinguished / Thunders now shatter / The eardrums / The scream is: / "The plague be on you!" // Sacrilegium. Profanatio / Omium Quae Deo / Vel Sanctis Propositis / Consencratur // It seems like yesterday / We were children / And playing at running / After each other; / You would often lock me / In the dark cellar / And I implored: / "Please, open!" / I used to run trampling on / The little heads / - Cut off - / Spread ripe on the lawn / We had no mother / So we're taking turns / In being her / You have visiting my dreams / Leaving to snow / Through almost / Closed fingers / Glittering crystals / Of verginal illusions // Time seemed our brother / Until the deadly night / Twisted, I preserved you / - Jealously - beside me / Gelid, adorned with the clothes / The damned cloths / Of the sudden / Silence... / while / Dreamful... / I offered you / A smile... / in a suspended flash / The spirit... / was plucked away / By the... / sacrilege of fatal arms! // "Where is the bride?" / "Forsaken him!" / "Fleeing the deceived" / "Left him alone!" // Forever! / Remember? / Forever! / I kept the secret // Talk, talk / You fools! // Forever I wanted / Still, lifeless and empty / The shadow of you / To lie on / The bridal couch / Where you laughed / Astonished / Minding the tales / Bizarre and contorted / I told you every night / Prior to submitting / To the empire of the dark // Mors at suae cohortis ludus: / Anathema, anathema tibi! / Arcani vis et natura: / Anathema, anathema tibi! // They who know, do not speak! / They who know, do not speak! / Maledictus! Maledictus! // They who talk, do not know! / They who talk, do not know! / Maledictus! Maledictus! // We are just sketches of men / Caught in a wicked vortex / Where tertium non datur / Between being God / Or being damned // But, after all / Isn't it true that / An inaudible suggestion / An ineffable remorse / A secret instinct / Reveal the impurity / Hidden in success / The vulgarity of victory / The filth nestling / In fortune: / Pure purity / Absolute catharsis / Is in misadventure / In tragedy / In one's ineluctable / Check mate // The dust / I used to build / The impalpable reality / Of my nights / Brings me back / Along the paths / Where I scattered / Useless hopes // Believe! / Can I trust you? / No, please, don't! / Can I trust you? / Forever, really, forever! // My name is damned / Oaths engraved in the water... // Obey! / As a child, or an idiot / Who follows the laws / Of the others? / Quicksands have just one / Unrelenting goal / Bon voyage, mon amour... // Fight! / That invisible enemy / Nestled behind those / Gorgeous, false, sharp / Smiles // I’ve got to say good bye // [In order to conquer the future: and destroy it! / I go back -once more- into the abyss of my nothing / You know / The dead have the virtue of looking like each other] // And when the lights dim / And falls slowly the curtain / I return to dance in a ring / With the skeleton man / And the bearded lady / The bird-boy and / The laughing dwarf; // Among dragons / And avenging angels / Winged maidens / And herds of blind men / Who dark / With open wide orbits / Taking me at last / To the world where / Uncertainty does not exist / In heaven or underground // Even angels cry, even hero refuses to fly / and prefers to creep among worms
San Miguel de El Llano, diciembre 2020
Traducción de Carlos Almonte
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