Proyecto Patrimonio - 2012 | index | Claudia Apablaza | Autores |





 

 


 




28 disparos latinoamericanos de vanguardia
Manifiestos Vanguardistas / Claudia Apablaza (compiladora). Ediciones Barataria, 2011, 254 págs.

Juan Ignacio Rodríguez Medina
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 25 de marzo de 2011




 



.. .. .. .. .. .. .

El disparo precursor lo dio Europa, Baudelaire más precisamente. Y ya más en propiedad, en 1909, el Futurismo del italiano Marinetti, con su manifiesto que encumbró al "automóvil rugiente" (y luego al fascismo). Así, los primeros afanes vanguardistas latinoamericanos intentaron "crear una estética propia demasiado subordinada a la herencia de los pioneros", según escribe Jordi Corominas i Julián en el prólogo de Manifiestos vanguardistas latinoamericanos, un volumen que recoge -anote- al Vedrinismo, Ultraísmo, Estridentismo, Martinfierrismo, Creacionismo, Atalayismo, Nadaísmo... y otros 21 "ismos" de este lado del mundo.

Detrás de la recopilación -publicada en España por Barataria y que por ahora se puede conseguir en Amazon.es, además de Casadellibro.es y Buscalibros.cl- está la escritora chilena Claudia Apablaza, quien explica que el volumen se inserta en la colección de vanguardias latinoamericanas que coordina en la misma editorial: "Hemos publicado ya a Juan Emar, Marta Brunet, Macedonio Fernández, Norah Lange, César Vallejo, Martín Adán y a Lorenzo García Vega. En algún momento pensé que sería bueno contextualizar un poco más este movimiento y entregar a los lectores los manifiestos y algunas proclamas que fundaron las vanguardias en Latinoamérica, y que la colección no quedara tan despojada de ese eslabón. Así nació la idea de rescatar los textos que dan sentido y fundamento a las nuevas estéticas".

Respecto de los criterios de selección, Apablaza señala que intentó abarcar la mayor cantidad de manifiestos en distintas publicaciones y, en cuanto a las proclamas, se ciñó, principalmente, a las que dicen relación con los autores publicados o que se publicarán en la colección: era la forma de limitar un libro que, de lo contrario, habría tenido "dos mil páginas o más".

Nuevo mundo

Una estética demasiado subordinada a la herencia de los pioneros, se leía en la introducción. Un juicio que apunta especialmente al período que se enmarca entre 1912 y 1926, entre el Vedrinismo del dominicano Otilio Vigil y su arte por el arte -"todo título debe ser bello, poco importa que no diga nada"- y el Estridentismo mexicano, del que se incluyen cuatro manifiestos.

Recién con el Postumismo de Andrés Avelino, en Puerto Rico, se abren los fuegos para superar a Europa: "Porque no podemos seguir siendo súbditos de una aristocracia intelectual que no nos pertenece". Lo mismo buscaron el Martinfierrismo argentino, de Oliverio Girondo, y el Manifiesto Bandera disparado en Perú. En medio de esa euforia, la pausa reflexiva la pusieron César Vallejo y el Creacionismo de Huidobro: "Huidobro demuestra ser una referencia mundial en su Manifiesto de manifiestos, donde pone los puntos sobre las íes al surrealismo", reseña Coromias. Surrealista es, a todo esto, La Mandrágora (1938), el grupo de los chilenos Braulio Arenas, Teófilo Cid, Enrique Gómez Correa y Jorge Cáceres, también compilado.

Al final de los veinte emerge una serie de manifiestos que se mueven entre el antiimperialismo, la reivindicación de lo autóctono y popular, y la afirmación de una poesía nacional. Así, por ejemplo: el Minorismo en Cuba, la Antropofagia en Brasil y el Atalayismo y la Anti-Academia nicaragüenses. Claudia Apablaza cita también el Segundo Manifiesto Euforista, además del Afrocubanismo y Afroantillanismo, de Nicolás Guillén, quien en su "Canto Negro" escribe:

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.

El último disparo de esta recopilación lo percuta el Nadaísmo colombiano (1958): "El Movimiento Nadaísta no es una imitación foránea de Escuelas literarias o revoluciones estéticas anteriores. No sigue modelos europeos. Él hunde sus raíces en el hombre, en la sociedad y en la cultura colombiana", se lee en el primer manifiesto escrito por Gonzalo Arango.

Se entiende, entonces, que Apablaza prefiera hablar de un diálogo entre las vanguardias americanas y europeas, antes que de una subordinación de éstas a aquéllas: "Son movimientos contemporáneos, en donde el vínculo entre artistas y escritores latinoamericanos y europeos fue muy fluido. Tienes el caso de Borges y el Ultraísmo, un movimiento que se dio en ambos lados del charco, con Borges de este lado y con Rafael Cansinos Assens del otro. También el Creacionismo de Huidobro. Además, al mirar las fechas de los manifiestos, puedes ver que los movimientos son contemporáneos, por ejemplo, el caso del Vedrinismo (1912); o el Panedismo y Pancalismo en Puerto Rico (1913); Los Nuevos en Colombia (1915), surgen en fechas similares. El Futurismo es de 1909, el Dadaísmo de 1916, el Surrealismo de 1920, aproximadamente".

-¿Qué elemento propiamente latinoamericano se puede identificar en estas vanguardias?
-La defensa de lo local y el indigenismo. Lo local en tanto naturaleza, lenguaje, geografía, etcétera. Por ejemplo en el Diepalismo de Luis Palés Matos y su Orquestación Diepálica, se imitan los sonidos de las aves y animales de Puerto Rico, para despojarse de la retórica y representar la naturaleza de la forma más objetiva posible: "Guay! Au-au, au-au,... hummmmm.../ La noche. La luna. El campo... hummmmm.../ zi, zi, zi, -zi, -zi, co-quí, co-quí, co-quí...".



 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2012 
A Página Principal
| A Archivo Claudia Apablaza | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
28 disparos latinoamericanos de vanguardia
Manifiestos Vanguardistas / Claudia Apablaza (compiladora). Ediciones Barataria, 2011, 254 págs.
Juan Ignacio Rodríguez Medina
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 25 de marzo de 2011