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COMENTARIO A PLAZA DE LA DIGNIDAD DE CARMEN BERENGUER
EDITORIAL MAGO, 2020.
Por Alejandra González Guerrero
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“Diario vivir…
Lo importante es salir a la calle, oler ese malévolo gas letal. Pensé
que moriríamos frente a esta Plaza junto al movimiento. Hoy nos
convocamos con el fin de hacer un Cabildo poético, y pensar en
nosotros como hacedores de mundos y reveladores de este mundo tan
frágil como este pueblo entre cerros y montañas. Cual sería nuestra
demanda, a qué apelamos en este gran requiebre como hacedores de
símbolos, metáforas, imágenes, realizadores, cómo fue subsumido
consumido por el mercado neoliberal”
Con versos y una prosa poética clara y lucida, llena de claridad y caminatas entre multitudes, que se confunden con falsos políticos, aparece este libro abierto en plena alameda, PLAZA DE LA DIGNIDAD, ahí convergen todas esas voces del descontento y la inequidad, donde el estallido se revela en versos y prosa poética, que va surcando un nuevo territorio, desde donde se espera que germine la semilla nueva, la que se disgregue por todo este país maltrecho, vendido y saqueado.
Carmen Berenguer en sus infinitos poemas nos narra la fuerza de los poetas, de esos que no tienen miedo de salir a la calle, de los que irrumpen en los sistemas de abusos, la poesía es la bandera de lucha para creer en un nuevo país, la poesía es lo posible entre tanta violencia.
La poética de Carmen Berenguer en PLAZA DE LA DIGNIDAD es una suma de hechos que nos hacen habitar la memoria de una historia que nos pertenece a todos, por lo tanto, nos invita a seguir en el movimiento social, a seguir levantando la voz ante nuestros derechos. En un lenguaje explícito nos dice que desde la crisis se germinan nuevas posibilidades para construir un cambio: “Y quién lo mató y quien lo vengará’’ resonaba sola la huella de ese grito en la marcha por el salario / Se nos hizo costumbre salir a pelear por las chauchas /atisbando ráfagas /palos
Este lenguaje sugerente en símbolos se desplaza por las páginas de este nuevo universo poético de la autora, que desprende su alter ego en un hablante lírico que busca el reafirmamiento de voces ante la represión, esta poesía es una propuesta poética social que se vislumbra en esa apelación al lector, para persuadirlo de cambios y nuevas posibilidades.
Es una poesía que no cae en lo panfletero, sino en la sutileza del lenguaje que describe lugares violentados y torturados, describe cansancio y dolor, pero que infringe toda ley para volver a la lucha de la poesía y de un nuevo amanecer.
“Relato viejo del mercado neoliberal y líquido /curaremos las heridas a los ojos al cuerpo / escribiremos nuestra poética en la alameda chilena” con estos versos del poema Plaza Dignidad nos clarifica que escribir la nueva historia es el deber del ciudadano. Es la firme convicción que debe tener un chileno, un latinoamericano, un ciudadano del mundo. Esta universalidad del libro lo hace único, una pieza literaria que viene a culminar una nueva poesía social en nuestro país.
En el grueso de PLAZA DE LA DIGNIDAD nos encontramos con poemas memorables como: Plaza de la Dignidad, “El derecho de vivir en paz”, Sentidos del oficio, Diario vivir…, A oscuras, entre otros y entre prosas poéticas que sorprenden con su ritmo lingüístico y su gramática persuasiva, que nos exalta la elocuencia de un decir intenso y arriesgado que se lanza al vacío para reivindicar la dignidad, el lenguaje y la vida misma, a una sociedad que despertó y que Carmen Berenguer lo comunica a través de su libro PLAZA DE LA DIGNIDAD ese lugar, ese hogar país donde todo es posible.
Rengo, Sexta Región. Abril 2021
Fotografía de Carlos Jerez
