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"La Ciudad un cuerpo de citas"
De Jaime Lizama López. Mago Editores, 2015
Por Carmen Berenguer
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Intento regresar al día que conocí al poeta y ensayista Jaime Lizama y se vuelve siempre en este ejercicio de recobrar el año (1981) en el taller que aglutinó a personas que amaban escribir. Lo único que querían era comunicarse por medio de la palabra y en esa yuxtaposición lo que estaba desaparecida era: la palabra.
La palabra, intentando balbucir la misma paloma ausente, palabra, la que a esa misma hora en un vecindario distinto, Patricio Marchant argumentaba su ‘Desolación’ en la poesía chilena.
Jaime Lizama, venía del grupo ‘Polifemo’ grupo proveniente de la carrera de Filosofía en el Ex Pedagógico. Ellos recitaban a voz en cuello, a viva voz, a todo pulmón, la mejor poesía que escribían de manera urgente, lúcidos, poniendo el énfasis solo en la voz, nada de versitos apergaminados, ni floreos en la lengua, citaban de Dylan Thomas a grito pelao “La muerte no tendrá señorío” Activistas estudiantes provenientes de las agrupaciones culturales del “Peda”: AKA y ACU, dos vertientes políticas que sacudían el polvo de los asientos académicos impuestos.
Al comienzo del éxodo de los estudiantes de las carreras humanistas de las universidades, llegaron a guarecerse para el bien de esta Casa (SECH).
Entre el taller y los jóvenes desempolvaron los libreros de la Biblioteca, que se convirtió en el foco subversivo de los años 80.s
Nombraré dos textos luminosos y vitales y sus referentes: El poema ‘Molly Chakes’ de Jaime Lizama y la pieza de teatro ‘Lily yo te quiero’ de Grégory Cohen, ambos textos de amor, la Molly Chakes, textos líricos desbordantes, lúdicos irónicos y ardientes textos amorosos.
Luego, publica: ‘Llama Salida de la Muerte’ (78-84) I parte: Desde el ojo.
Después vendría ‘Sitio Eriaso’ libro magnífico, vanguardista y los Ensayos de Jaime Lizama, ambos premiados.
‘La ciudad un cuerpo de citas’
Epígrafe: El lenguaje es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro. Mi lenguaje tiembla de deseo. R. Barthes
Se trata de un caminante, un vouyeur, un mirón, un ojo es el sujeto en la figura del deseo que producirá imaginarios, en eróticas posiciones de la ciudad como figura femenina, ninfas cruzadas por la ciudad de Lesbos como perfil amoroso de una ciudad sugerente y sus posesiones fantasmales, encuentros furtivos en las esquinas y recovecos de la ciudad.
‘En esta ciudad nada será lo mismo luego de que ellas posaran con sus sexos libérrimos en / la madrugada translúcida.’
En esta ciudad nómade y trágica reclama su autor fue y ha sido una fantasmagoría de ritualidades paganas sin deseos fatalmente.
Galerías del centro
Donde hay dos o tres parejas que en este momento se pierden en las sombras, ella cree ver una muchedumbre.
A. Breton
Este recorrido en el centro antiguo de Santiago el paseante señala a los otros paseantes y a sus lectores lo que es y fue ese centro por sus Galerías, La galería España, Imperio y sus portales Fernández Concha y sus cines como imágenes perdidas como su centro y espacio de esparcimiento común en los años sesenta, como toda gran ciudad, El gran Palace, el teatro Opera, el cine España, el cine Imperio, el cine Roxi, negocios, joyerías, tiendas, en un recorrido ausente de las gentes.
El autor Jaime Lizama hace notar este vacío de tiempo creado y ensimismado por medio de un registro literario de autores chilenos y citas de otras ciudades y autores literarios pródigos en imaginarios como ‘Dirección Única’ de Benjamin, en las prosas de la ciudad de Baudelaire, las huellas de un juego infantil, este paseo cultural por el centro es la excusa para que estas citas se refundan, citándose en un pasaje del centro, será el motivo de la fugas del idilio amoroso, para nunca llegar a encontrarse finalmente.
La tercera parte, pertenece a las lecturas del caminante, se lee en la calle, al viejo Normandiea Etore Scola, por el ‘Jardín de los finzi-contini, el Forestal, la Fuente Alemana, ‘por aquí entre esas vertientes de ‘Imágenes algo pálidas por el tiempo y sus arreglos actuales está esta vertiente/ del ayer como si fuera hoy y su trastienda en Plaza Italia.’
La otra poética: ‘Madame Edwarda’, ‘Nadja’, ‘Fragmentos de un discurso amoroso’, ‘El mono gramático’ el poeta aquí, enuncia sus amores literarios, amores críticos, Ciorán; como tránsfugas por las páginas de este libro, sus gustos literarios, sus escritores de la página B. Sus amores y por supuestos, sus dardos a la pequeña burguesía literaria.
Sus películas, terminando con un bello raconto en ‘Escrito en el cuerpo en el parque forestal’ en el que Lizama traza su disquisición en este tiempo y el otro como si fuera ayer, en el deseo y el placer, las eternas preguntas, ¿qué es la escritura y el deseo? Sin embargo, deja una inquietante pregunta por la escritura de estos tiempos, en el que los deseos, por cierto son otros, entre los otros, un yo, que se las juega en el ahora, el placer frente al cálculo. Un libro de la ciudad como tema, en el que Jaime Lizama, ha profundizado y la ha inventado literariamente, como ciudad mítica.
Enero 2016