Proyecto Patrimonio - 2018 | index | Cristián Brito Villalobos | Autores |
Laguna, de Álvaro Bisama: Cuerpos olvidados
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
.. .. .. .. ..
Hablar de la literatura de Álvaro Bisama (1975) es hablar de un estilo y mundo definido. Se trata de una prosa reconocible, de una obra gruesa y consistente. Con el paso del tiempo la pluma de Bisama se ha convertido en una marca registrada, en un modo de narrar único y particular. En “Laguna” una vez más somos testigos de una historia que transcurre sin pausa. Un texto que se hilvana con un discurso claro y sucinto. Un lenguaje preciso para lo que el autor pretende entregar; un mundo donde el caos es recurrente, un lugar donde vivos y muertos cohabitan en una armonía que funciona como reloj. “Laguna” es una historia que ocurre en una noche. Está ambientada en Viña del Mar, ciudad que juega un importante papel en el asunto del volumen. Montados en un auto Lada antiguo los personajes de la novela llevan un gran cargamento de armas realizando un viaje cargado de violencia, drogas, alucinaciones y desvaríos en un desenfreno que no da respiro ni pausa. Los hechos se suceden uno tras otro rápidamente. El protagonista es un joven de cerca de 20 años que arriba a la “Ciudad Jardín” para estudiar y escapar de su hogar al que desprecia profundamente. El sujeto lleva una vida relativamente tranquila hasta que se cruza con el Chino, un músico decadente y del cual es compañero en la universidad. Con él van al Hotel O`Higgins a reunirse con un grupo de delincuentes. Los hechos transcurren en verano, en medio de la efervescencia del Festival de Viña, el que finalmente actúa como un espejo de una sociedad banalizada y sumergida en una realidad falsa y plástica. Dentro de la novela se encuentran una serie de historias breves que juntas dan vida al texto pero que sin embargo perfectamente podrían funcionar como narraciones apartes y particulares. Cada uno de estos relatos se suceden a una velocidad que el escritor imprime a través de una escritura ágil, rápida, casi a un ritmo desquiciante. Sin embargo, y a pesar de todos los acontecimientos, la obra se sustenta en una historia llamativa, de rápida lectura y además muy entretenida que no da respiro y que insta al lector a no detenerse, pues la misma novela lo impone. Con “Laguna” Álvaro Bisama vuelve a exhibir la calidad de su pluma, la que es reconocible como un mundo particular; el mundo de Bisama.