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Dios nos odia a todos, de Patricio Jara: Una ciudad enferma
Cruz del sur - Emecé, 2017
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
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Corre la segunda mitad del siglo XIX. El norte de Chile comienza lentamente a conectarse con las escasas ciudades que conforman el país. La llamada primera Antofagasta surge como uno de los principales puertos. Los habitantes de la ciudad, a pesar de ser pocos, ya se organizan y dan vida a la vida urbana. Es en este escenario cuando repentinamente una extraña y desconocida peste acecha la zona. Una enfermedad que se expande y que a cada momento cobra mayores víctimas. Los pobladores, horrorizados, comienzan a probar diferentes fórmulas para detener la epidemia, sin embargo, todos los intentos, que se basan principalmente en curas con elementos naturales, terminan por fracasar. Es así como los médicos se ven sobrepasados por la cantidad de personas que se infectan. En “Dios nos odia a todos”, la nueva novela del escritor antofagastino Patricio Jara (1974), el autor instala el espanto de la peste negra en América, donde la ciencia se ve superada y así se dejan ver los instintos más básicos de sobrevivencia. La obra, que dialoga con novelas anteriores del autor como “El exceso” y “Quemar un pueblo”, da vida a una novela con rasgos históricos en donde la verdad y la realidad son superadas por una maldición a la que nadie encuentra solución. En este ambiente surgen dos personajes fundamentales, Lucio Carbonera y su mujer Elena Cubito. Ellos logran permanecer sanos siguiendo las prescripciones que abundan y que prometen una cura. Ambos encarnan y representan, a fin de cuentas, a los ciudadanos comunes y corrientes que se han visto afectados por esta extraña peste. Son, además, dos personas que logran zafar de la enfermedad cuando se alejan del puerto cuando éste es bombardeado por el Huáscar con el fin de exterminar todo rastro de la ciudad y así acabar con la tragedia. “Al ver al Huáscar encabezando la flota, Lucio y Elena saludaron con sus pañuelos. Suponían que los barcos traían la ayuda que tanto necesitaban. Imaginaron que traían médicos –muchos médicos- para atenderlos a todos, pero al cabo de unos minutos sin que les contestaran las señas, Lucio sospechó que algo no andaba bien. Había aprendido que quien no devuelve el saludo en el camino no es alguien de fiar” se lee cuando la ciudad se apronta a ser atacada para aplastar todo rastro de la peste, incluyendo a sus pobladores. “Dios nos odia todos” es una breve novela en donde se mezcla la historia y la ficción para dar pie a una trama en donde afloran los instintos básicos de las personas ante una amenaza desconocida y que cobra a demasiadas víctimas. Escrita con minuciosidad, el lector se encontrará con un texto narrado de manera ágil y que mantiene una tensión y que ratifica a su autor como una de los escritores más destacados de su generación.
