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«Vida viuda» de Armando Uribe : Antes de morir
Lumen, 2018
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
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Un retrato de una vida llena de acontecimientos vitales y mortales. Un hombre aferrado estrechamente a la religión y a la Iglesia Católica. En Vida viuda, el abogado, profesor y Premio Nacional de Literatura 2004, Armando Uribe (1933) relata su vida desde su temprana edad hasta la muerte de su fallecida mujer, Cecilia Echeverría. En el libro el poeta escribe sobre el país, sobre su visión del sistema imperante desde la dictadura hasta nuestros días. Pero lo que más resalta es la importancia que la literatura tuvo para él en su formación. “Existe algo que impulsa a escribir poesía. Es una pulsión que sin duda está afiatada en las profundidades del inconsciente”, sostiene Uribe. El abogado, al mismo tiempo, critica el manejo de las autoridades desde la recuperación de la democracia. “No creí en absoluto, y no lo creo pasados todos estos años, que haya reaparecido la “democracia” desde que Pinochet dejó el gobierno en manos del señor Aylwin el 11 de marzo del noventa no tenía estatura interior como para realizar un corte con el gobierno monstruoso de Pinochet”. Uribe desde el año noventa y ocho se encerró en su hogar en un destierro que dedica principalmente a la lectura -lee 10 horas diarias- y a la escritura. La muerte es un tema recurrente es su obra. “La muerte, que considero sigue recorriendo mi casa, sube por las escaleras, se oculta en los closets y a veces da sus golpes de guadaña. Pienso que siempre es injusta, mientras no sea mi propia muerte; cuando es la muerte de otros, es injusticia”. Su pesimismo es característico. Para él una disposición a verlo todo en deterioro, y eso aumenta con la edad. Armando Uribe se enamoró de Cecilia Echeverría cuando tenía 14 años. Ella era unos 3 años mayor. Dice que lo suyo fue un estado psicótico, ya que su enamoramiento surgió al ver imágenes de ella. La buscó por siete años hasta que la conoció. Luego de unos años pidió su mano a su padre, aunque sabía que Cecilia no tenía planes ni deseos de casarse con nadie. Pero se casaron y estuvieron juntos 44 años. El día de su muerte, Uribe se alertó al notar que su mujer estaba enferma, un fuerte peso en el estómago no la dejaba respirar, a tal punto que el poeta tuvo que practicarle respiración boca a boca. Pero ella ya había muerto. 15 años después, al pensar en Cecilia, Uribe dice: "He tenido suerte, la Providencia, no sé cómo llamarlo, de recibir en mi vida una visitación de la Divinidad". Un libro sincero, elegante y hermoso. Una lectura necesaria.