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        Fóllame, de Virginie Despentes : Matar no es nada nuevo
          Literatura Random House, 2019. 208 págs. 
        
          Por Cristián Brito Villalobos 
          Periodista y magíster  en literatura
          
          
        
          
            
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Un viaje sin destino. Huir de la ley y, de cierta forma, de los recuerdos  negros. Un grito de libertad y una búsqueda. En Fóllame, de la escritora francesa Virginie Despentes (1969), se desarrolla una trama, en la  mayoría de sus pasajes, sórdida, con escenas de sexo explicito y colmado de una  crueldad que se extiende a la largo de la obra. Todo esto en busca del vértigo  de saberse buscadas. El asunto principal trata sobre el viaje que emprenden una  prostituta y una actriz porno. Las mujeres se encuentran casualmente en una  estación tras haber cometido el que sería el primero de sus crímenes. Manu  quiere escapar a Bretaña y para ello amenaza a Nadine con pistola en mano para  que la transporte. Cuando el acto parecía ser obligatorio, Nadine no se  resiste, al contrario, le gusta la idea. Como si fuera algo que esperaba para  salir del letargo de su existencia. Esta singular unión genera un viaje  violento, donde ambas mujeres cruzarán Francia, en una escapada llena de  pornografía, sexo, crímenes y alcohol. Resulta inevitable recordar el film Thelma & Louise, ajustada aquí a una perspectiva trash. Se trata de una novela donde se  produce una subversión del relato del escape de dos mujeres  profundamente arraigadas a una estética, fieras contrincantes del estima y  hedonistas. Se trata de un volumen envolvente desde su inicio, donde el lector  se encontrará con un mundo sombrío, donde los personajes siguen un tránsito  narrativo angustiante, y en que el lector se ve interpelado frente una sociedad  cada vez más peligrosa. Despentes narra con una velocidad que no deja aliento,  sin escatimar en recursos narrativos para generar una atmósfera sumamente  oscura, y es esa oscuridad, ese desparpajo, es lo que finalmente prevalece a lo  largo del texto. Se trata de un libro no recomendable para lectores sensibles,  ya que el lado oscuro del ser humano podría alterar ciertas miradas  conservadoras, pero los que se atrevan a internarse en sus páginas se sentirán  incómodamente cautivados con los personajes. Una lectura muy recomendable de  una autora que a sus veinticinco años publicó esta novela que le abrió paso  entre las escritoras más singulares de la literatura contemporánea.