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Las vocales del verano, de Antonia Torres: en busca del tiempo perdido
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
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Una mujer se recluye en la soledad para meditar sobre su vida. Para ello escoge una antigua casa familiar ubicada en un balneario al sur del país donde cuando niña acostumbraba veranear. Allí la protagonista se dedica a quemar el tiempo pensando en su padre fallecido -con quien tuvo una especial historia en común-, y en todos sus muertos, en los amores que fracasaron y en el rumbo que tomará su vida. Es en este retiro donde se topa con Rubén, un lugareño que al parecer conoce desde la infancia pero que no recuerda. Si bien Rubén y ella son diametralmente opuestos, Rubén es un hombre que vive en el lugar y jamás se ha movido de él, mientras que ella cuenta con experiencia y educación, se produce una fuerte atracción entre ambos. No obstante sus diferencias, la seducción que siente ante esta presencia le es imposible reprimir. Ambos terminan teniendo un amorío, la vida marcha a tranco lento pero tranquilo, hasta que la mujer, un día cualquiera, toma un paseo por la playa y observa un cuerpo tendido en la arena. Sin saber qué hacer, abandona el lugar y no da aviso a nadie de lo que presenció. Este mutismo se rompe cuando es buscada por la policía para declarar sobre el hecho pero ésta no cuenta con ningún tipo de prueba de que ella pueda estar involucrada en el suceso, todo esto mientras medita sobre el paso del tiempo, sobre cómo la juventud va quedando atrás y el tiempo avanza sin control. “Las vocales del verano”, el debut narrativo de la poeta Antonia Torres, es una novela testimonial, donde las acciones son narradas en tercera persona y en donde la protagonista, cuyo nombre no es mencionado, debe enfrentarse a personajes del pasado y a un descubrimiento que de cierta forma desafiará su propia identidad y su pertenencia. Hay una alteración del orden con que la protagonista estructura su mundo, un orden que ella misma desafía al iniciar una relación con un lugareño, rompiendo las distancias entre una mujer cultivada y un hombre burdo como asegura un narrador omnisciente. En el texto queda de manifiesto el oficio de poeta de su autora presente en el lenguaje utilizado. Se trata de una novela intimista urdida con una prosa sencilla. “Las vocales del verano” es, en definitiva, un auspicio debut en narrativa de la autora, donde la tensión siempre se mantiene y en donde el lector se verá seducido de principio a fin.
