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El Mapeo de la Desigualdad

Cristian Cruz

 

Como ya se sabe y con toda la parafernalia posible, aquella que caracteriza a la farándula política, han  decidido desde ese mundo político  difundir un mapa sobre los resultados SIMCE de cada comuna y lugar. En ese mapa se colocará   las escuelas que no alcanzan el puntaje ideal  en rojo, un rojo de alarma, un rojo de desigualdad. Estoy más que seguro que esos puntos rojos no vienen nada más que a desnudar las diferencias sociales de la educación.  Digamos,  de lo erróneo de los diseños y de las expectativas que el mundo económico político tiene con respecto a  este nicho de desarrollo de la  sociedad. ¿Qué se entiende por desarrollo entonces?  Para este mundo político que encarna  la derecha chilena, y en su momento fue la concertación,  es la mirada economisista, vale decir que las acciones deben por naturaleza, bajo este prisma, tener  sustento en el dinero. La pregunta es ¿para qué?, ¿cuál es el fin?.

Necesariamente Chile como país que apuesta a salir de manera apresurada del subdesarrollo,  debe estar a la altura de los estándares económicos de los países nórdicos o europeos. Véase entonces, que la apuesta es llegar al nivel de Finlandia en educación, y eso significa apurar el proceso para estar ahí, en donde creemos que debemos estar, porque así lo dicta este  paradigma de desarrollo. Se hacen apuestas con pruebas estandarizadas, las cuales se aplican en esos países, como por ejemplo la prueba Pisa. Esa prueba deja al país chileno como uno de los menos desarrollados en el aspecto del conocimiento, en el aspecto intelectual cultural de nuestros alumnos. Pero léase que existen colegios del mundo privado que apuestan a dar esa prueba con la finalidad última de hacer publicidad, pero no muestran sus resultados.  Lo cierto es que este país  llamado Chile en nada se acercará a encumbrar la capacidad intelectual de nuestros estudiantes si no entendemos que la desigualdad con esos países  también se basa en la distribución de los ingresos. Digamos, en las pocas o casi nulas  oportunidades  que estos estudiantes   tienen, o que el país  no les brinda. ¿Qué pensará el Ministro de Educación sobre  lo que sentirán los alumnos estando bajo el rótulo de malos estudiantes? , ¿La comunidad?, ¿Los docentes?. Nada, ya que  los medios de comunicación   restringidos para opiniones como esta, harán un análisis descarnado y se harán parte de tal persecución. Si bien algunos  rasgarán vestiduras y realzarán la fuga desde el sistema público al particular subvencionado, en donde tampoco se ven grandes resultados, camuflarán sus ansias economisistas enriqueciendo a sostenedores privados  que solamente   trabajan en función  del dinero y no en función del desarrollo humano y social. Sabían ustedes ¿Qué es lo que hace un sostenedor  privado con la subvención del estado?:  1) Extiende el patrimonio escolar del estado. 2) Compra un nuevo automóvil cada año. 3) Pinta la escuela y entrega más horas para la preparación de la enseñanza y paga bien a sus  docentes. Claramente  el auto  prima en la balanza. Pero no es el tema en discusión, el tema es la competencia que solapadamente intenta colocar el gobierno de Piñera entre establecimientos, comunas, localidades, provincias. La competencia entre privados y  públicos. Esto en nada cambiará el nivel educacional del país, pues lo que una sociedad necesita es  levantar el nivel cultural e intelectual  con la sensación de ser partícipe, de ser validado y con oportunidades sociales  palpables.

Para qué se pretende separar los niveles de séptimo  y octavo  del mundo de la enseñanza básica y entregarlo a la media. Nada más que por afanes económicos. Puesto que ningún establecimiento subvencionado podrá negar matrícula hasta sexto básico. Desde ese límite se abren todas las posibilidades de discriminación posible, sobre todo la económica. Es decir, dividieron políticamente en la mitad el asunto. Con la finalidad cierta que  se cierren las posibilidades de desarrollo educativo de gran parte de la población por asuntos económicos y de discriminación social  y así negar posibilidades de crecimiento intelectual y humano de esta misma población.

La palabra competencia fue nombrada  claramente en el discurso del 21 de Mayo, esa palabra arremete  desde las profundidades del neoliberalismo, instalándose  en esta casa piloto del mismo.  No se busca  desarrollar a las pequeñas localidades, lo que buscan es desarrollar el  lucro privado, la influencia política  internacional para instalarse en las  economías grandes y desde ahí ser parte de un dominio centralizado.  Desean ser participes de la grandes decisiones mundiales, aquellas que se refieren sobre si se ha de atacar o no a tal o cuál país, si   asistirán caritativamente a tal o cuál país, si se hablará por fin o no inglés en tal o cuál país y así, suma y sigue.

Esa competencia agresiva que se propone instalar con este mapa que me recuerda el mapa del Transantiago,  no tiene otro motivo que desarticular a la sociedad en función de  algo que no se resuelve de la noche a la mañana. La educación tiene en Chile a su peor enemigo, el lucro. Este  elemento disociador  instalado solapadamente en ese mapa, avanzará  depredando lo poco  o nada que queda como concepto de sociedad.  “Mi escuela es mejor que la tuya”,  “Mis profesores son mejor que los tuyos”, “Mis alumnos son mejor que los tuyos” por lo cual “sus familias son mejores que las tuyas”. Y quién se pregunta cuántas veces aquellos que se jactarán de ser los  mejores  según el mapa, visitaron un museo el año que pasó, cuántas obras de teatro contempló con su familia, cuántos libros compró  el mes pasado. Cuántos momentos de esparcimiento y buen uso del ocio cultivó con su familia. La mayor parte del tiempo la sociedad chilena crea sueños en torno al consumo mediático, o al contrapunto con lo que no se puede alcanzar. Acepta sugerencias desde el mercado y no desde la funcionalidad que le pueden brindar a su vida  las posibilidades culturales y de desarrollo intelectual. Es por ello que este mapa nace desde donde lógicamente debe nacer, desde el mundo de la derecha política y desde el frío mundo de un empresario, No midiendo el impacto negativo  espiritual que causará.

Ellos saben que no cambiará los resultados este mapa, ellos saben que solo  aportan con tierra y harán leña del árbol caído de la educación. Porque la educación chilena nunca estuvo en pie, nunca ha estado en pie y no tiene porque estarlo pues el SIMCE es solo un resultado, un número que aunque salga bien se puede desplomar como la bolsa o como los aviones.

Los Profesores:

Se ha culpado una y otra vez a los profesores del mal que aqueja endémicamente a la educación.  En cierta medida la voz del gremio no hace un MEA culpa, o bien su presidente Gajardo siempre ha antepuesto la problemática laboral,  las difíciles condiciones, los magros sueldos por sobre el tema educativo propiamente tal. Si bien es de vital importancia  esa variable en la mejora de los aprendizajes, es sabido por todos que  el tema se encuentra enfocado a los malos resultados pedagógicos. Así hemos visto en los medios de comunicación, la mala estrategia, o mala argumentación por parte del presidente de los profesores con temas de carácter pedagógico. Es decir, se contempla más la falta de manejo técnico pedagógico y de ciencia educativa de Gajardo.

Es muy fácil  desarrollar un discurso en torno al tema, un discurso que explique y deje en claro cual es el grado de  responsabilidad de los docentes con los malos resultados y cuáles son los aciertos de  los profesores con las mejoras.

 Para la opinión pública las movilizaciones del año 2009 fueron un completo fracaso en función de las mejoras en los resultados. Eso nos habla de la falta de visión política educativa del gremio y su representante. Más bien, queda la sensación  de que se defiende con vehemencia la demanda monetaria de los profesores y no la demanda de igualdad que la educación debe  buscar en las políticas públicas de educación.

De lo anterior se desprende que la izquierda chilena en temas  de educación perdió la batalla con respecto a resguardar  y mantener un discurso que encante y convenza a la sociedad respecto a una visión de desarrollo humano y social.  Esto último no resta mérito a la demanda laboral de los profesores, al contrario se deben agudizar, pero enfocada a una paridad en el desarrollo profesional de nuestro gremio. Recordemos que lo que se hace dentro de una sala de clases es ciencia, la ciencia de enseñar. Por lo tanto, debemos los docentes estar a la altura del ser profesional, con herramientas pedagógicas a la altura de esa ciencia. Agregando por supuesto,  el convencimiento de los mismos de que se está trabajando por el desarrollo de un país y que desde esa perspectiva el gremio construye también ese país.

Volvamos al mapa:

Ese instrumento discriminador encausará a la masa a dictaminar una guerra canibalezca con respecto a las unidades educativas. Como ya se citó más arriba, las escuelas tenderán a perder el respeto de tales por el solo hecho de encontrarse en un parámetro rojo. Será el castigo del gobierno del Presidente Piñera hacia un grupo humano, localidad o comuna que para el sistema económico no se porta bien.  Por lo cual se les  dictaminará el  epíteto de Parea de la sociedad. Ese gesto político traerá serias consecuencias sociales. Si  hacemos comparaciones con  gestos de esta  índole, podríamos recordar el Muro de Berlín, el Muro de la franja de Gaza o ahora  que se viene un mundial de fútbol, la segregación hacia la raza negra en el país  organizador.

El país no puede traducirse en mapas que marginan, que  apuntan con el dedo de la política  neoliberal, que aplastan con medidas que no proponen soluciones, si no, que aplastan  deliberadamente a los más desposeídos de la sociedad. Porque estoy seguro que esos puntos rojos aparecerán en donde ya sabemos, en los sectores marginales, en las escuelas insertas en los bolsones de pobreza, en los sectores que si hacemos un zoom, conviven los más desposeídos.  
           
Sería entonces hora de leer en profundidad ese mapa, de sacarle la verdad a ese mapa.  Es probable que si se miden variables asociadas a él, nos encontraremos con; altas tazas de desempleo, imposibilidad de  que esos estudiantes puedan llegar a la educación superior, escasas posibilidades de atención de salud dignas  y así suma y sigue.

No se trata en cuanto los estudiantes que aparecerán allí,  lean más o lean menos, cosa que es de importancia vital, se trata  sobre lo que se pueda producir. Entonces veremos una serie de medidas de parche, de medidas incongruentes  y desenfocadas para salir a como de lugar de esa condición de Parea.  Todo esto me recuerda la triste historia de Gabriela  Mistral y su acusación de ladrona en la escuela de Monte Grande. Fue apedreada por la  comunidad educativa, incluida su profesora en la jauría hambrienta de sed humilladora. Esa Gabriela estudiante  jamás olvidó tal infamia y un día, estando de  paseo por su amado pueblo, con un Nóbel bajo el brazo,  contempló el funeral de esa profesora inquisidora, y no crean que tuvo  chispazos de pena, continuaba su dolor y rechazo a esa maestra que viajaba en un féretro hacia el olvido.

En la actualidad las escuelas se encuentran en un plan de cuatro años de mejoramiento educativo, incluido los fondos para ello. Este programa comenzó hace un año, y si, es verdad que  los recursos llegaron y que se dio por primera vez la oportunidad de que cada escuela asumiera su verdad y desde esa verdad reinventarse para lograr mejoras. Es pues de preguntarse ¿Si quedan tres años para que ese plan termine de aplicarse y ver los resultados, en dónde calza este mapa. Se está cercenando a priori antes de ver los resultados de esos planes de mejora.  Esta  medida entonces dispara a quema ropa las ansias de cada docente, equipo directivo, de cada escuela. Me pregunto si el señor ministro visitó ese plan de mejora que ya se encuentra instalado y funcionando en cada escuela de nuestro país. Les aseguro que ese plan,  es real, que se han gastado millones de pesos en cada escuela para buscar la mejora, y no crean que ese dinero es para incrementar sueldos, es  derechamente para los alumnos y el establecimiento. Entonces me pregunto nuevamente, ¿El señor Lavín miró estas medidas?.

Cuidado con no ver la intencionalidad de ese mapa,  cuidado con la violencia social  dispensada  en ese mapa. Esto no es más que un Mapeo de la Desigualdad.

 

 

 

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